"Nos metieron a porrazos en el vestuario"
Los protagonistas de la bronca entre Atl¨¦tico y Celtic recuerdan la 'batalla de Glasgow' de 1974
Era mi¨¦rcoles santo, pero el 10 de abril de 1974 pas¨® a la historia como la batalla de Glasgow. El Atl¨¦tico, forrado de argentinos con la leyenda negra de Panadero D¨ªaz, Ovejero y Ayala, arranc¨® un empate sin goles en la ida de las semifinales de la Copa de Europa ante los 73.444 espectadores que abarrotaron Celtic Park tras quedarse con ocho jugadores en la primera parte. "Quique y Panadero D¨ªaz se fueron a la calle tras dos entradas dur¨ªsimas, porque no sab¨ªan qu¨¦ hacer para detener a Jimmy Johnstone, un diablo con el bal¨®n, mientras que Ayala vio dos amarillas, la segunda tras una entrada por detr¨¢s en el mediocampo. Nos sometieron a un acoso constante, en todo el segundo tiempo no pasamos del centro del campo. Fue ag¨®nico, digno de un poema ¨¦pico, de La Il¨ªada de Homero", recuerda G¨¢rate. Hoy (21.05, Cuatro), los dos clubes se cruzan de nuevo.
IDA DE LAS SEMIFINALES DE LA COPA DE EUROPA DE 1974 | CELTIC, 0 - ATL?TICO, 0
Celtic: Connaghan, Hay, Brogan, McNeill, McCluskey, Murray, Hood, Callaghan, Johnstone, Deans (Wilson, m. 66) y Dalglish.
Atl¨¦tico: Reina, Melo, Eusebio, Ovejero, Panadero D¨ªaz, Benegas, Adelardo, Ayala, G¨¢rate (Quique, m. 63), Heredia e Irureta (Alberto, m. 66).
?rbitro: Babacan (Tur). Expuls¨® a Quique, Panadero D¨ªaz y Ayala.
72.000 espectadores en el Celtic Park.
VUELTA DE LAS SEMIFINALES DE LA COPA DE EUROPA DE 1974 | ATL?TICO, 2 - CELTIC, 0
Atl¨¦tico: Reina, Benegas, Cap¨®n, Adelardo, Heredia, Eusebio, Ufarte, Luis (Bermejo, m. 86), G¨¢rate (Cabrero, m. 86), Irureta y Becerra.
Celtic: Connaghan, McGrain, Brogan, Hay, McNeill, McCluskey, Johnstone, Murray, Dalglish, Hood y Lennox.
Goles: 1-0. M. 31. G¨¢rate. 2-0. M. 40. Adelardo.
?rbitro: Scheurer (Suiza).
70.000 Espectadores en el Calder¨®n.
Cuatro d¨¦cadas despu¨¦s, el plantel rojiblanco no olvida el arte de Jinky, al igual que en Chamart¨ªn siguen recordando la actuaci¨®n de La Pulga Voladora en el homenaje a Di St¨¦fano en junio de 1967, unos meses despu¨¦s de que el Celtic se proclamara campe¨®n de la Copa de Europa. "Johnstone era dificil¨ªsimo de parar por lo legal porque era muy peque?ito y te sal¨ªa por los dos lados... Se paraba, te amagaba, recortaba y arrancaba como un ob¨²s. Era buen¨ªsimo con el bal¨®n. Aprovech¨® que Babacan era un ¨¢rbitro muy riguroso para buscarles las cosquillas a todos los que pasaban por el lateral izquierdo... ?Era imparable! ?l solito larg¨®, por as¨ª decirlo, a Panadero D¨ªaz y a Quique pasada la media hora", relata Adelardo. El entrenador, Juan Carlos Lorenzo, le coloc¨® por el lado de Johnstone para taponar sus constantes incursiones: "Sab¨ªa que si le entraba me iba a la calle, as¨ª que busqu¨¦ intimidarle. Le llam¨¦ de todo. Creo que me entendi¨®, por la cara que pon¨ªa. Al acabar le dije 'te espero en Madrid'. En la vuelta en el Calder¨®n ni se le vio y les ganamos bien, 2-0 con un gol m¨ªo y otro de G¨¢rate. ?El pobre se escondi¨® detr¨¢s del linier!".
"S¨ª, s¨ª, pero eso todav¨ªa no lo sab¨ªamos. Aquel d¨ªa se dio bien, y eso que hab¨ªa niebla", interviene Miguel Reina. El arquero reconoce la dureza de algunos compa?eros: "Las cosas como son, no se puede hacer lo que hizo Panadero, que fue a por la rodilla de Johnstone y casi le arranca la cabeza. Y anda que la de Quique...". El Atl¨¦tico hizo 51 faltas.
No era la primera vez que el carrilero sudamericano y el extremo de Viewpark se encontraban. En la Intercontinental de 1967 el Celtic mantuvo tres asaltos salvajes con el Racing de Avellaneda, en lo que se conoci¨® como la batalla de River Plate. Panadero era el lateral izquierdo de aquel equipo y le dio tanta estopa que Billy McNeill, capit¨¢n verdiblanco, denunci¨® su "defensa de terroristas". "Los del Atl¨¦tico eran asesinos, escoria", escribi¨® McNeill el fin de semana en The Scottish Sun. Apelando al mismo sentimiento, David Hay, medio de aquel equipo, se neg¨® a hablar con este diario. "A lo largo de mi carrera me dieron muchas patadas, pero nunca tantas en el mismo partido como aquellos argentinos del Atl¨¦tico", recordaba Jinky, ya fallecido, en 2002 en EL PA?S.
"Estuvimos cercados, como en la guerra de Vietnam. Como decimos en Argentina estaban bombardeando el rancho, pero nos mentalizamos para que no nos cobraran un penalti. Los escoceses se tuvieron que contentar con un sinf¨ªn de faltas laterales que les concedi¨® Babac¨¢n", dice El Cacho Heredia. "Al Johnstone este le tirabas una patada y ni le dabas, pero el caso es que sobrevivimos, que no es poco", asiente Irureta, que tampoco se olvida de un delantero jovencito que dar¨ªa que hablar, Kenny Dalglish.
Con el pitido final la tensi¨®n termin¨® de explotar. "Fuimos a la carrera a protestarle al ¨¢rbitro, y nos cayeron palos por todos lados. La polic¨ªa, que deb¨ªa estar para protegernos, nos meti¨® a porrazos en el vestuario", explica Melo. "A Ayala le agarraron del pelo y le dieron una patada en el culo; yo me fui con el placer de pegarle a un polic¨ªa", apunta Heredia. "Yo me abr¨ª camino por el t¨²nel de vestuarios repartiendo patadas", a?ade Reina. "Nos tuvieron que sacar escoltados y, ya en el aeropuerto, cuando el funcionario vio la nacionalidad de mi pasaporte, lo escupi¨® y lo tir¨® al suelo", concluye Ovejero.
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