Un sustito para hacer ajustes
Espa?a ya est¨¢ donde quer¨ªa. A un ¨²nico partido de cumplir el objetivo principal que moviliz¨® jugadores y voluntades que no es otro que el lograr el pasaporte para los Juegos de Londres del a?o que viene. Macedonia es la ¨²ltima barrera que ha de atravesar y a la espera de la evoluci¨®n del tobillo de Calder¨®n, alcanza el pelda?o definitivo en las condiciones id¨®neas.
Por si le faltaba alguna experiencia para completar el aprendizaje, Eslovenia le brind¨® la oportunidad de poner a prueba su sistema nervioso con un arranque de partido algo sorprendente. Por la intensidad e ideas claras que tuvieron los jugadores de Maljkovic a la hora de tapar las habituales v¨ªas de producci¨®n espa?olas y por un acierto ofensivo desconocido en este campeonato (era el equipo con peor porcentaje de tiros de tres, que luego terminar¨ªan confirmando). El primer cuarto fue dominado de cabo a rabo por los eslovenos, con Espa?a tremendamente inc¨®moda en ambas canastas, algo sorprendida quiz¨¢s, sin encontrar nunca soluciones, encajando unos excesivos 23 puntos (que pudieron ser 26 si dan por v¨¢lido el ¨²ltimo triple) y logrando a trancas y barrancas unos escasos 16.
No hace falta ser un experto en psicolog¨ªa para poder entender las diferencias entre un partido de liguilla a uno de eliminaci¨®n directa. La proximidad del abismo cambia completamente el escenario emocional y encontrarte 10 puntos abajo en unos cuartos de final, aunque sea durante los dos primeros cuartos, ofrece coartada y empuje para que se produzcan perniciosos efectos como la aceleraci¨®n, el apresuramiento o la p¨¦rdida de claridad en el camino a elegir para recomponerse. Como corresponde a un equipo curtido y con la dosis de confianza que atesora, Espa?a no cay¨® en ninguno de estos vicios, salvo alg¨²n momento puntual que se tradujo en un exceso de p¨¦rdidas.
A partir del comienzo del segundo cuarto fue cambiando poco a poco sus registros y eficacias. No fue algo instant¨¢neo, pues la punter¨ªa tard¨® en afinarse, lo que otorga m¨¢s valor a su paciencia. Su primer foco de atenci¨®n se centr¨® en su mayor problema, la defensa, que fue incrementando su eficacia hasta provocar el colapso esloveno. Lorbek, Begic, Smodis o cualquiera que hab¨ªa hecho da?o anteriormente fue finalmente inutilizado, la zona funcion¨® de maravilla ante un equipo que ya hab¨ªa perdido parte de su buena punter¨ªa inicial y en ataque, primero personal a personal (termin¨® cargando de faltas a los p¨ªvots rivales) y luego, ya lanzados, se recuperaron sensaciones y eficacias hasta llegar al maravilloso tercer cuarto.
Una vez liberada del sustito inicial, Espa?a dio otra muestra de d¨®nde es capaz de llegar en su juego. Esa perfecta mezcla de est¨¦tica y practicidad no est¨¢ al alcance de ning¨²n otro equipo en este Europeo. Cap¨ªtulo aparte merece un tal Navarro, que dio una nueva muestra de la capacidad demoledora que tiene su juego cuando entra en ignici¨®n. Picado desde hace ya unos cuantos partidos con Dragic, pidi¨® la pelota y fue ejecutor principal de Eslovenia, que se rindi¨® a la evidencia.
Total, que con ocho victorias, una derrota, momentos gloriosos, otros no tanto, muchas dudas aclaradas, rotaciones perfiladas suficientemente, hombres clave en forma y un sustito en cuartos para hacer un poco de ajuste fino. Espa?a llega muy bien situada al definitivo sprint.
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