El porvenir del coche en la ciudad
En la urbe del futuro se circular¨¢ en autom¨®viles el¨¦ctricos compartidos
Hay que ser muy astuto para invitar a quienes piensan lo contrario de lo que t¨² a debatir el futuro de tu negocio. Audi recurri¨® a los soci¨®logos Saskia Sassen y Richard Sennett -"hace 20 a?os que no tenemos coche"- para pensar el porvenir del coche en la ciudad. El ingeniero y arquitecto Carlo Ratti que dirige el Senseable City Lab en el MIT (Massachusetts Institute of Technology) tambi¨¦n estaba invitado. Ratti ide¨® con sus estudiantes unas bicicletas que acumulan la energ¨ªa del ciclista para que este la pueda recuperar en las cuestas. Para aventurar el futuro del coche durante el Sal¨®n del Autom¨®vil se reunieron periodistas y cient¨ªficos, dise?adores y arquitectos. Aunque tal vez se quedaron fuera del recinto los futuros usuarios. "En Mumbai, con casi 20 millones de habitantes, tienen 35 coches por cada 1.000 habitantes; en M¨¦xico, quienes tienen el salario m¨ªnimo gastan un 23% de su sueldo en autobuses y 2,5 horas al d¨ªa en atascos. Eso es 38 d¨ªas al a?o metidos en un autob¨²s", explicaba el arquitecto mexicano Jos¨¦ Castillo. ?Ser¨¢n distintos los coches de las megaciudades? "Es dif¨ªcil que los pa¨ªses en desarrollo no cometan nuestros errores. Tienen derecho a equivocarse", apunt¨® Sassen.
El soci¨®logo Richard Sennett se pregunta c¨®mo hacer lo sociable eficaz
El soci¨®logo Richard Sennett habl¨® del dif¨ªcil equilibrio entre la eficacia que pedimos a las ciudades y la vida que nos gusta encontrar en ellas. El orden hace posible su funcionamiento, pero limita las formas de usar la ciudad y, por tanto, la vida en ellas. ?C¨®mo hacer lo sociable eficaz? Con sistemas de orden abiertos o por lo menos no cerrados. Los condominios -los grupos de pisos encerrados en torno a una zona de juegos com¨²n- son excluyentes. Entre las calles con comercios de siempre y las viviendas encerradas existe un paso intermedio, los l¨ªmites porosos. Sennett asegur¨® que los urbanistas han usado el transporte para levantar barreras entre los barrios. Y ¨¦l considera que deben establecerse jerarqu¨ªas. No todos tenemos la misma prisa, no todos queremos ir por el mismo sitio, tragar el mismo humo, se pueden diversificar los recorridos y las opciones. En esa l¨ªnea, la tambi¨¦n soci¨®loga Saskia Sassen apel¨® a la l¨®gica de los usuarios para dejar atr¨¢s la de los ingenieros.
La mayor¨ªa de los profesionales reunidos en Fr¨¢ncfort coinciden en que el autom¨®vil del futuro ser¨¢ el¨¦ctrico y compartido, y el ingeniero Heinz Hollerweger a?ade adem¨¢s que el coche deber¨¢ asumir m¨¢s usos durante las incontables horas que pasa aparcado: podr¨¢ limpiar el aire que ensucia o servir como elemento de mobiliario urbano.
"Eres lo que compartes", sostiene el antiguo corresponsal del Financial Times en Tokio, Charles Leadbeater. Autor del libro We think, mass innovation not mass Production que ¨¦l mismo colg¨® en la web antes de publicarlo. ?l considera que el transporte del futuro no ser¨¢ cartesiano. Obedecer¨¢ a otra l¨®gica. Y lo dise?ar¨¢ el que sea capaz de ver m¨¢s all¨¢. "Suceder¨¢ como con el iPod. ?Cu¨¢ntos de ustedes se interesar¨ªan por un coche dise?ado por Apple?". Alguien terminar¨¢ viendo el camino. Puede que ese alguien no viva en una ciudad occidental de crecimiento limitado. Pero el londinense Leadbeater dio una pista. "F¨ªjense en el Barcelona y en la escuela de Johan Cruyff: los defensas pueden ser delanteros, la pelota no solo va de atr¨¢s a delante, puede circular por todo el campo". Peter Schwarzenbauer, responsable de ventas de la multinacional alemana, concluy¨® la jornada con una ¨²nica certeza: "En los pr¨®ximos 30 a?os el coche cambiar¨¢ mucho m¨¢s que en los 80 que tiene de historia". Puede que las ciudades, tambi¨¦n.
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