Un pr¨ªncipe en aprietos
Puede ser que haya mujeres capaces de presentar denuncias falsas de violaci¨®n contra hombres adinerados para obtener unos buenos beneficios, pero tambi¨¦n puede ser que haya otras muchas dispuestas a no pasar por alto los abusos que hombres adinerados se han permitido tradicionalmente con el sexo femenino. Por si acaso se trata de este segundo caso, la Audiencia de Palma de Mallorca ha ordenado la reapertura del posible caso de violaci¨®n en Ibiza por parte del pr¨ªncipe saud¨ª Alwaleed bin Talal bin Abdulaziz al-Saud, de 56 a?os, contra una modelo de nombre Soraya.
El pr¨ªncipe es uno de los hombres m¨¢s ricos del mundo y segundo inversor del grupo medi¨¢tico News Corporation de Rupert Murdoch, inmerso ahora en el esc¨¢ndalo de las escuchas ilegales. Ella es una joven modelo que, seg¨²n su versi¨®n, fue narcotizada tras una noche de fiesta en el yate del saud¨ª y violada por ¨¦l. Restos de semen en su vagina y de narc¨®ticos en sangre, as¨ª como su testimonio son las pruebas principales de su denuncia.
El caso del pol¨ªtico franc¨¦s y exdirector del FMI Dominique Strauss-Kahn ha venido a demostrar que una denuncia de tales caracter¨ªsticas puede terminar con todo el cr¨¦dito de la demandante, pero tambi¨¦n con cualquier aspiraci¨®n pol¨ªtica del demandado. Aunque tiene todas sus aspiraciones pol¨ªticas colmadas, en el caso del pr¨ªncipe saud¨ª el resultado es mucho m¨¢s incierto. Para empezar, una cosa es demostrar que ha habido un contacto sexual y otra bien distinta, que dicho contacto ha sido forzado. La juez que instruye el caso lo archiv¨® a los dos a?os por falta de pruebas. Ahora, a instancias de la Audiencia, deber¨¢ intentar obtener el testimonio del saud¨ª como imputado, pues, al contrario que Strauss-Kahn, ni siquiera sufri¨® el trago de tener que comparecer.
La juez ha pedido a Arabia Saud¨ª que facilite la declaraci¨®n del pr¨ªncipe sobre el caso. Alwaleed se declara inocente y ha asegurado en un comunicado que ni siquiera estaba en Ibiza en agosto de 2008. En tal caso, no deber¨ªa tener problema en testificar. De lo contrario, su yate tendr¨¢ que buscar en pr¨®ximos veranos otros puertos menos comprometedores.
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