Las danzas negras marcan el paso
No son pocas las dificultades y obst¨¢culos, pero pese a ello al fin se va configurando una danza contempor¨¢nea africana. El ritmo de crecimiento ha sido aletargado y la mayor¨ªa de sus creadores relevantes han debido abandonar sus pa¨ªses para buscar la informaci¨®n en Europa o Estados Unidos. Algunos han vuelto para sembrar lo aprendido y otros se han quedado en la di¨¢spora. No obstante, casi ninguno ha abandonado del todo ese sello tel¨²rico que es se?a de identidad continental. Hacen una danza apegada a la tierra, atada a sus ancestros, vinculada a sus ra¨ªces y que no ignora la dif¨ªcil realidad actual de sus sociedades. Hay emergencia por contar y denunciar, de ah¨ª que sean pocos los que se decanten por una danza totalmente abstracta o decididamente conceptual. "La danza es pol¨ªtica. El arte no sirve de nada si no est¨¢ conectado con la realidad. No me interesa la belleza en el escenario. Tampoco la t¨¦cnica de los bailarines. Lo que busco es humanidad", asevera Robyn Orlin, probablemente la voz m¨¢s ruidosa, inc¨®moda y pol¨ªticamente incorrecta de la nueva danza africana.
"Tenemos el peso de nuestra propia cultura, nuestra propia manera de expresarnos", afirma Germaine Acogny
Blanca y jud¨ªa, Orlin naci¨® en Sud¨¢frica y vive a caballo entre Par¨ªs y Johanesburgo, sede de su compa?¨ªa. Sus padres fueron perseguidos por los nazis y en su juventud fue activista antiapartheid. Esta mezcla model¨® su atrevido lenguaje coreogr¨¢fico, una amalgama de humor ¨¢cido, performance y agitaci¨®n pol¨ªtica, que ha llamado la atenci¨®n en los m¨¢s innovadores festivales y centros de la vanguardia europea y norteamericana. Sus obras, de t¨ªtulos largu¨ªsimos y surrealistas, abordan asuntos apremiantes de ?frica como el sida y el hambre, pero atacan tambi¨¦n a Occidente y su visi¨®n racista, clasista y estereotipada del continente. Su irrupci¨®n se produjo con el ¨¦xito de su contundente Daddy I've seen this piece six times before and I still don't know why they're hurting each other (1999) y desde entonces sus creaciones han sido ovacionadas por toda Europa y Estados Unidos, aunque siga siendo una desconocida en Espa?a. Tras la mordaz Dressed to kill, Killing to dress (2008), su nueva creaci¨®n ...have you hugged, kissed and respected your Brown Venus today? promete m¨¢s pol¨¦mica y se espera como uno de los grandes acontecimientos del Festival de Oto?o de Par¨ªs este octubre y del Monaco Dance Forum, de Montecarlo, en diciembre.
"Yo hice contempor¨¢neo y cl¨¢sico, pero soy negra y senegalesa. Sab¨ªa que no pod¨ªa aspirar a ser Giselle", relata Germaine Acogny, bailarina, core¨®grafa y docente, que puede ser considerada la madre de la danza contempor¨¢nea africana, con sus casi cuarenta a?os de lucha por implantarla en el continente. "Aprend¨ª esas t¨¦cnicas porque eran buenas para mi cuerpo, me permit¨ªan una confrontaci¨®n, pero no me puedo enga?ar, sigo siendo yo, pero con otros conocimientos y posibilidades. Ocurre lo mismo al contrario, es un asunto cultural. Un europeo puede aprender la t¨¦cnica de nuestras danzas, puede ser bueno a la hora de moverse, pero nunca tendr¨¢ el feeling africano".
Acogny, que fue bailarina de Maurice B¨¦jart y consigui¨® fundar en 1977 el ya desaparecido centro Mudra ?frica, en Dakar, es actualmente la directora de la Ecola de Sables, un centro educativo y sede de Jant Bi, su propia compa?¨ªa, ubicado en un enclave id¨ªlico cerca de la capital senegalesa. Probablemente sea uno de los centros de danza m¨¢s importantes del continente, donde llega informaci¨®n y se han formado las nuevas generaciones de bailarines y core¨®grafos que hoy intentan dar forma al paisaje de la nueva danza africana. "La escuela se centra en la danza contempor¨¢nea, pero no dejamos de lado la tradicional porque es algo que est¨¢ muy enraizado en nuestra cultura. Por eso lo que buscamos es la confrontaci¨®n y el mestizaje. No podr¨ªamos hacer danza abstracta o extremadamente conceptual. Tenemos el peso de nuestra propia cultura, nuestra propia manera de expresarnos".
Ese inter¨¦s por lo propio es el distintivo de la danza contempor¨¢nea africana en general. Y se nota incluso en las producciones de las generaciones m¨¢s j¨®venes. Natalia Medina, la directora de Masdanza, Certamen de Danza de Maspalomas, en Canarias, ha decidido que este a?o tendr¨¢ un acento africano y en alianza con Casa ?frica y el Mercat de les Flors, de Barcelona, que tambi¨¦n tendr¨¢ un apartado africano en su programaci¨®n, lanz¨® su convocatoria y tuvo una espectacular respuesta de 48 propuestas de creadores noveles africanos, de las cuales su comit¨¦ ha seleccionado dos a competici¨®n: Tabdila, de Gagui Wajdi, de T¨²nez, que habla de la fragilidad de los pueblos despu¨¦s de una revoluci¨®n, y Laisse mois parler, del joven congol¨¦s Jacques Bana Yanga, alumno de Acogny que aborda la problem¨¢tica pol¨ªtica y social de los africanos hoy. "Vi los 48 v¨ªdeos y enseguida me di cuenta de que no disponen de medios", relata Medina. "Trabajan en unas condiciones terribles, muchos est¨¢n grabados en azoteas o directamente en la calle, bailando descalzos sobre suelo duro. Para ellos el esfuerzo de poner en pie una coreograf¨ªa es triple. No tienen espacios donde trabajar, no tienen medios econ¨®micos, no hay posibilidad de ayudas para una producci¨®n y mucho menos para viajar. Y asombra, porque los ves all¨ª bailando con una t¨¦cnica impecable, con ese entusiasmo y energ¨ªa, todos con una sonrisa, y entonces piensas que aqu¨ª no nos podemos quejar".
"Los gobiernos son ego¨ªstas y solamente piensan en el poder, mientras la gente tiene hambre. Eso hace que el ciudadano no tenga cabeza para otra cosa que no sea la subsistencia. El desarrollo de la cultura en ?frica no ser¨¢ posible hasta que los pol¨ªticos no cambien su mentalidad y dejen su flirteo constante con la corrupci¨®n", apunta indignada Acogny, cuya ¨²ltima producci¨®n, Waxtaan (2008), dirigida por su hijo y vista en Madrid y Barcelona hace unos a?os, habla justamente de la ineficacia pol¨ªtica.
Otro de los atractivos del Certamen Masdanza este a?o es que tendr¨¢ como miembro del jurado a Gregory Maqoma, bailar¨ªn y core¨®grafo de Johanesburgo que se ha convertido en toda una personalidad de la nueva danza africana. Se inici¨® como bailar¨ªn en su pa¨ªs y gracias a dos becas pudo ir a Viena y Bruselas para incorporarse a la prestigiosa escuela P.A.R.T.S., experiencias que le pusieron en contacto con otros artistas de la globalizaci¨®n, como el belga-marroqu¨ª Sidi Larbi Cherkaoui, con quien mont¨® Southern Comfort. Con su compa?¨ªa Vuyani Dance Theater ha creado tambi¨¦n su espect¨¢culo con m¨²sica en directo Beautiful Me, que re¨²ne tres solos que han hecho para ¨¦l Akram Khan, creador indobrit¨¢nico en la cresta de la ola, y dos j¨®venes valores ascendentes de la nueva coreograf¨ªa africana: el sudafricano Vincent Mantsoe y el congol¨¦s Faustin Linyekula, que investiga en la fusi¨®n de la danza contempor¨¢nea y el ndombolo, una forma de danza tradicional de Congo. Beautiful Me ser¨¢, justamente, el espect¨¢culo estrella del II Encuentro ?frica y Espa?a, una iniciativa del Mercat de les Flors, que tambi¨¦n presentar¨¢ en Barcelona Que corra el viento, la reciente producci¨®n de la compa?¨ªa canaria N¨®mada, montada con bailarines de Mal¨ª, Burkina Faso y Senegal.
Burkina Faso quiz¨¢ sea, actualmente, el l¨ªder art¨ªstico de la regi¨®n. Dista mucho de tener pol¨ªticas culturales coherentes, pero en su capital, Ouagadougou, se gesta un interesante movimiento. All¨ª los core¨®grafos Salia Sanou y Seydou Boro lideran un centro educativo, que es adem¨¢s sede de su compa?¨ªa y del festival Dialoges de corps, al que llegan compa?¨ªas extranjeras de danza contempor¨¢nea que traen informaci¨®n externa. Ambos creadores se conocieron trabajando en el Centro Coreogr¨¢fico de Montpellier, en Francia, a las ¨®rdenes de Mathilde Monnier. Ahora mismo, Boro ultima detalles de Le tango du cheval, para ocho bailarines y m¨²sicos en directo, inspirada en los caballos. Su estreno mundial ser¨¢ este octubre en Burdeos y en noviembre emprender¨¢ una gira espa?ola que le llevar¨¢ al Teatro Central, de Sevilla, y al Alhambra, de Granada, para pasar luego por el festival BAD, de Bilbao, ciudades todas en las que debuta.
En los pa¨ªses africanos existe cierta afici¨®n por las competiciones y eventos, y ya son abundantes los festivales y cert¨¢menes de danza. El paisaje va cambiando lentamente aunque todo es muy fr¨¢gil y depende b¨¢sicamente de voluntades personales como las de Germaine Acogny, que mont¨® su escuela en Senegal con el dinero de la venta de su piso en Par¨ªs. "En nuestra escuela ense?amos que la danza es un di¨¢logo con el cosmos, creemos que existe m¨¢s en nuestra cabeza y sentimientos que en nuestros propios cuerpos". Es una lecci¨®n sabia para tiempos de crisis y de ella viven colgados los j¨®venes y no tan j¨®venes core¨®grafos africanos, que van intentando, como pueden, cambiar el estado de las cosas.
Certamen Masdanza (Maspalomas). Del 15 al 22 de octubre. Beautiful Me. Vuyani Dance Theater. Mercat de les Flors (Barcelona). 8 y 9 de octubre. Le tango du cheval, de Seydou Boro. Festival BAD, de Bilbao, en noviembre. Teatro Central (Sevilla). 4 y 5 de noviembre. Teatro Alhambra (Granada). 9 de noviembre.
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