"El terror ayuda a sobrevivir"
Fantasmas que regresan. Monstruos infantiles que nunca te abandonan. Juan Carlos Fresnadillo todav¨ªa recuerda las historias que de ni?o le contaba su madre. Eran secretos familiares, muy inquietantes, que se alejaban en el tiempo, que hablaban de bisabuelos y tatarabuelos. Algunos eran muy oscuros y estimularon la imaginaci¨®n de ese ni?o canario que ayer, a sus 43 a?os, inaugur¨® la secci¨®n oficial de la 59? edici¨®n del Festival de Cine de San Sebasti¨¢n con Intruders, su tercer largometraje, un angustioso y misterioso viaje a la fuerza del pasado que fue recibido con cierta tibieza entre la prensa y con aplausos en el pase del p¨²blico. Protagonizada por Clive Owen y Pilar L¨®pez de Ayala, Intruders transcurre en dos espacios, Inglaterra y Espa?a, en dos familias, y en dos idiomas. Fresnadillo viene a demostrar que los miedos del pasado nos acompa?an siempre. "Se heredan", asegura, reci¨¦n llegado de Toronto, donde su festival ha recibido el filme con gran expectaci¨®n. "De abuelos a padres. Ese hecho me pareci¨® siempre un escenario fascinante porque tambi¨¦n tiene que ver con la tradici¨®n de la fabulaci¨®n y la ficci¨®n".
El ni?o Fresnadillo fabulaba, escrib¨ªa y dibujaba para deshacerse de los relatos fant¨¢sticos que le contaba su madre. "El monstruo fant¨¢stico siempre es m¨¢s terror¨ªfico que lo real. La pel¨ªcula entronca con parte de preceptos del dolor ante la verdad, pero es preferible la verdad dolorosa que el ocultamiento sufridor. El sufrimiento es una cadena que dura mucho tiempo, en cambio, el dolor, la verdad, es un mazazo que te ayuda a seguir adelante. Es el miedo a la verdad el que genera monstruos".
Aunque la historia de Intruders est¨¢ muy pegada a los fantasmas y los miedos de Fresnadillo, ¨¦l no firma el guion -sus autores son Nicol¨¢s Casariego y Jaime Marqu¨¦s-, por razones muy personales. "Decid¨ª ceder la ejecuci¨®n de la escritura porque al ser una historia tan ambiciosa narrativamente, como realizador quer¨ªa tener cierta distancia, ten¨ªa que estar alejado para ver un poco la pintura desde lejos. Adem¨¢s, cuando uno escribe, a m¨ª por lo menos me pasa, me enamoro de cada frase y creo que en esta historia hab¨ªa que ser voluble, cambiar. Si yo estaba muy pegado al guion, hubiera intentado imponer frase a frase".
De nuevo se enfrenta al cine de g¨¦nero, pero ha cambiado el terror de 28 semanas despu¨¦s por el miedo sutil de Intruders. "El terror es una emoci¨®n que te ayuda a escapar, a sobrevivir. Est¨¢ acompa?ado del instinto de supervivencia. Pero el miedo es un lugar que se me antoja m¨¢s interesante desde el punto de vista narrativo y cinematogr¨¢fico, porque es un lugar donde todo es posible y la fabulaci¨®n de cada uno se puede interpretar de muchas maneras".
Pero queda el g¨¦nero, ese lugar donde el realizador se siente bien a gusto: "Me da una estructura que me ata a la tierra, me ata a unas convenciones narrativas por las que siento un gran respeto y, adem¨¢s, me ofrece facilidad para comunicar ciertas ideas a trav¨¦s de una estructura simple. El g¨¦nero simplifica la comunicaci¨®n de sentimientos, atm¨®sferas e ideas que puedan tener cierta complejidad, te hace sentir ideas narrativas que a veces son dif¨ªciles de transmitir, facilita la vivencia emocional de una historia".
Le hubiera gustado ir a concurso en San Sebasti¨¢n, medirse en los premios con sus colegas, pero el hecho de haber presentado Intruders en Toronto se lo ha impedido. "Entiendo que hay que abrir mercado y ense?ar la pel¨ªcula fuera, pero aunque no vaya a competici¨®n siento la misma responsabilidad inaugurando este certamen, al que quiero y admiro mucho". Esa obsesi¨®n por estar presente internacionalmente parece que persigue la carrera, corta pero exitosa, de Fresnadillo. Con Intruders hay un intento de mostrar que la industria espa?ola -la cinta es 100% de producci¨®n patria- tiene la capacidad suficiente para hacer pel¨ªculas que gusten en el mundo entero. "Hay que pensar en el mundo y no solo en nuestro p¨²blico, al que, sin embargo, debemos recuperar". Pone como ejemplo a su amigo e inseparable compa?ero de fatigas, el productor Enrique L¨®pez Lavigne. Juntos cruzan y vuelven a cruzar los mares de Estados Unidos a Europa, siempre buscando donde poder hacer el cine que desean. "Es un negocio global, demanda tanta inversi¨®n que tienes que intentar buscar mercados fuera". Aprovecha lo bueno de Hollywood, donde encuentra unos proyectos muy estimulantes, y lo de Europa, donde halla la libertad creativa. "No me quiero perder nada, quiero seguir combinando ambos territorios". ?Un ejemplo? La continuaci¨®n de la saga de Los inmortales, que comenzar¨¢ a rodar en mayo.
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