China necesita a Europa
A solo tres horas de avi¨®n del coraz¨®n de Europa, amenazada existencialmente por la crisis de la deuda y la ¨²ltima tormenta desatada sobre su sistema bancario, Sarkozy y Cameron disfrutaron el jueves en Tr¨ªpoli y Bengasi de los 15 minutos de gloria que Andy Warhol decret¨® posibles para todo ser humano en alg¨²n momento de su existencia. L¨ªderes de dos exgrandes potencias fueron recibidos como libertadores del pueblo libio. Por unas horas, el presidente franc¨¦s debi¨® sentirse el general De Gaulle recorriendo los Campos El¨ªseos tras la liberaci¨®n de Par¨ªs. La grandeur de la que no puede disfrutar en Francia agobiado por el desplome de sus grandes bancos. Cogido de su brazo, el primer ministro brit¨¢nico pudo creerse Churchill, olvidando unas horas el malestar social en Reino Unido, sometido a una cura de caballo fiscal. Ni Cameron ni Sarkozy hubieran podido darse este ba?o de masas sin los misiles de Estados Unidos y sin el paraguas de la OTAN, sin los cuales no hubiera sido posible el cambio de r¨¦gimen. Sus ej¨¦rcitos, aun siendo los mayores de Europa, no est¨¢n para guerras urbi et orbi, tampoco sus haciendas. La canciller Merkel, que patin¨® en Libia optando por el aislamiento de Alemania, probablemente viera con melancol¨ªa las im¨¢genes triunfantes de sus colegas en los telediarios mientras se debate ante la decisi¨®n m¨¢s importante de su vida pol¨ªtica. Salvar la idea misma de la UE sin romper el euro, sin mancomunar las deudas de los 17 de la eurozona, sin que Grecia abandone la moneda ¨²nica y sin que los alemanes se rebelen. Ser¨¢ dif¨ªcil lograrlo sin aceptar los eurobonos, dar el salto a la uni¨®n pol¨ªtica y la integraci¨®n fiscal, reabriendo el mel¨®n de los tratados y enmendando incluso la propia constituci¨®n alemana.
Pek¨ªn busca sumar a Europa en un G-3 que compense a la todav¨ªa superpotencia dominante
Cuando hemos entrado en una zona muy peligrosa de la crisis, 44 millones de parados en los pa¨ªses de la OCDE, con la secuela de una generaci¨®n perdida, los l¨ªderes europeos contin¨²an poniendo con mimo tiritas. La gobernanza global viene de los principales bancos centrales que enchufan liquidez en d¨®lares a la banca europea hasta Navidades. Un alivio, pero que no resolver¨¢ por s¨ª mismo el problema de fondo que es pol¨ªtico. Europa, en conjunto, tiene bastante dinero para resolverlo. EE UU, alarmado, advierte de un posible contagio europeo a su econom¨ªa. Al tiempo oculta que su situaci¨®n de deuda es peor que la de Europa. Su econom¨ªa se estanca, la clase media se desmorona, la pobreza aumenta y aflige a 46 millones de estadounidenses, el 15% de la poblaci¨®n. Obama, el presidente "bella durmiente", como le llama Maureen Dowd en The New York Times, repliega al pa¨ªs tras sus fronteras para reconstruirlo, tras los d¨¦ficits provocados por las guerras de Afganist¨¢n e Irak. Conflictos b¨¦licos que han debilitado la econom¨ªa y el poder blando de EE UU. Una d¨¦cada perdida, acumulando desequilibrios, aumentando la desesperanza de las generaciones futuras y distra¨ªda por la guerra contra el terrorismo, en beneficio de China, como ha explicado en estas p¨¢ginas Timothy Garton Ash. Se cumple as¨ª el pron¨®stico realizado por Paul Kennedy, profesor de Historia en Yale, ya en 1988, en su libro Auge y ca¨ªda de las grandes potencias (DeBolsillo). "Los dirigentes en Washington deben afrontar la inc¨®moda y duradera realidad de que la suma total de los intereses globales y obligaciones de EE UU es hoy en d¨ªa mucho m¨¢s amplia que el poder del pa¨ªs para defenderlas simult¨¢neamente". Algo que ya le hab¨ªa ocurrido anteriormente a los imperios espa?ol o brit¨¢nico. "Simplemente, ninguna sociedad ha podido permanecer permanentemente por delante del resto".
Europa, al borde del precipicio sin direcci¨®n pol¨ªtica; EE UU, limitado a advertir del riesgo del contagio occidental, y China, ya no el peligro amarillo, sino el caballero blanco que ofrece salvaci¨®n. El tablero volteado y el mundo al rev¨¦s. El G-2, el condominio Washington-Pek¨ªn, no funciona. El G-20 tampoco. Un G-cero aumentar¨ªa el caos. China no est¨¢ a¨²n dispuesta a asumir responsabilidades globales, antes debe despejar sus desequilibrios internos. Lo que le sobra es tiempo. Pek¨ªn necesita sumar a Europa en un G-3 que compense a la todav¨ªa superpotencia dominante. China ha triplicado su compromiso financiero con Europa desde 2008, exporta m¨¢s a nuestro continente que a EE UU, necesita la tecnolog¨ªa europea y un euro fuerte contrapeso al d¨®lar como moneda dominante. China anuncia que sus fondos soberanos acudir¨¢n al rescate de las deudas europeas. Con un precio: el reconocimiento por Europa de la segunda econom¨ªa mundial como econom¨ªa de mercado, lo que reducir¨ªa barreras comerciales y facilitar¨ªa su inversi¨®n directa en el Viejo Continente. Las dictaduras cayendo en Oriente Pr¨®ximo, las democracias fallando y el capitalismo de Estado chino al rescate. Los papeles cambiados.
fgbasterra@gmail.com
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