Iconoclastas a hurtadillas
No lo recuerdo con precisi¨®n, pero lo recuerdo. Se estaba redactando el borrador de la Constituci¨®n cuando se produjo una filtraci¨®n de su contenido a la prensa. A mi padre, Juli¨¢n Mar¨ªas, le pareci¨® err¨®neo y aun disparatado, lleno de detalles impropios de un texto tan fundamental, y escribi¨® un art¨ªculo al respecto dando la voz de alarma. Dicho art¨ªculo no s¨®lo tuvo mucho eco, sino que el mismo d¨ªa de su publicaci¨®n mi padre recibi¨® una llamada del entonces Presidente Adolfo Su¨¢rez, que, sumamente preocupado, lo invit¨® a visitarlo para que le expusiera sus objeciones en persona y m¨¢s por extenso. La redacci¨®n de la Constituci¨®n -hubo luego m¨¢s reacciones- se inici¨® de nuevo, o poco menos. Qued¨® libre de adherencias absurdas o interesadas y lo bastante presentable para ser sometida al refrendo de los espa?oles, en 1978. La actitud de Su¨¢rez contrasta sobremanera con la de Zapatero, Rajoy y el resto de pol¨ªticos actuales. ?Se los imaginan sobresalt¨¢ndose por lo que opine un intelectual y convoc¨¢ndolo en seguida para escuchar su parecer y sus posibles consejos? Quienes tengan estima por Juli¨¢n Mar¨ªas podr¨¢n arg¨¹ir que tampoco hay hoy ninguna figura equivalente a la suya. Es cierto que no la hay id¨¦ntica, pero en cada ¨¦poca hay figuras equivalentes a las de cualquier pasado. Fernando Savater, de quien discrepo a veces, lo es a todas luces en cuanto a su capacidad de razonamiento y argumentaci¨®n, su independencia y su impredecibilidad. Pero ni Zapatero ni Rajoy creen precisar de su concurso ni del de nadie, o les basta con lo que les dictan Merkel y Sarkozy, cuya altura intelectual nadie pone en duda porque carecen de ella.
"PP y PSOE handinamitado lo que se han pasado treinta y tres a?os defendiendo y reverenciando"
Desde su aprobaci¨®n en 1978 -treinta y tres a?os-, la Constituci¨®n ha sido intocable, y tanto el PSOE como el PP se han esforzado al m¨¢ximo porque lo fuera. A ambos partidos se les ha llenado la boca diciendo defenderla, en incontables ocasiones. Hasta el punto de que ni siquiera se ha tramitado una enmienda que ya clama al cielo, a saber: que en esta Monarqu¨ªa Constitucional les sea posible reinar a las mujeres. Modificaci¨®n tanto m¨¢s necesaria cuanto que la descendencia del Pr¨ªncipe Felipe es, por ahora, exclusivamente femenina. (Eso por no hablar de la injusta Ley Electoral que padecemos desde hace tres d¨¦cadas.) Y de pronto, en pleno agosto y por v¨ªa sospechosamente urgente, esos dos partidos se ponen de acuerdo -nunca lo est¨¢n en nada- para reformar la Constituci¨®n de manera poco democr¨¢tica, dada su anterior y proclamada inviolabilidad. Y, pese a los centenares de millares de firmas reclamando un refer¨¦ndum, se saltan ¨¦ste a la torera e imponen la reforma desde el Congreso. Rajoy ha tenido la desfachatez -en fin, su partido se caracteriza por ser falaz casi siempre- de asegurar que, puesto que una abrumadora mayor¨ªa de diputados ha votado a favor de ella, tambi¨¦n lo ha hecho una abrumadora mayor¨ªa de espa?oles, olvidando, o m¨¢s bien escondiendo, que dicha reforma no figuraba en el programa del PP ni del PSOE cuando hubo elecciones por ¨²ltima vez, en 2008. Ning¨²n espa?ol, por tanto, ha aprobado nada de lo que ellos se han sacado de la manga a ¨²ltima hora, cuando la presente legislatura est¨¢ agotada y el Presidente del Gobierno no va a seguir si¨¦ndolo.
No tengo conocimientos para saber si conviene o no que se limite el d¨¦ficit y se establezca un techo de gasto mediante enmienda constitucional. Puede ser. Aunque jurar¨ªa, desde el sentido com¨²n, que hay otras formas de conseguir eso -?decreto ley, aplicaci¨®n y cumplimiento de las leyes ya existentes?- sin necesidad de tocar el texto fundamental. Y, en todo caso, creo imprescindible que la modificaci¨®n se someta a refer¨¦ndum. Han salido voces, a menudo inteligentes, como las de Peces Barba y otros, que sin embargo han soltado inesperadas sandeces en contra de ese refer¨¦ndum, como "?Para qu¨¦ hacer una consulta popular si ya se cuenta en el Parlamento con una mayor¨ªa suficiente?" O les da lo mismo, o no han ca¨ªdo en la cuenta de que es posible -s¨®lo posible- que dentro de unos meses el PP goce de mayor¨ªa absoluta en dicho Parlamento y que, con este precedente peligros¨ªsimo y los argumentos de Peces Barba y sus colegas por bandera, se sienta facultado para cambiar la Constituci¨®n a su antojo y cuantas veces le plazca, dej¨¢ndonos a merced del criterio y el provecho de un solo partido que jam¨¢s se ha distinguido por su respeto a la ciudadan¨ªa. Con esta reforma impuesta se ha abierto, asimismo, la caja de Pandora: ya ha salido uno reclamando que se incluya en la Constituci¨®n el derecho a la "autodeterminaci¨®n"; otro, el federalismo; un tercero, que si Monarqu¨ªa o Rep¨²blica; un cuarto, que se reconozca la "singularidad" de su pueblo, y as¨ª hasta el infinito.
?C¨®mo pueden ser nuestros pol¨ªticos tan obtusos? En un momento en que hay una creciente y manifiesta aversi¨®n hacia ellos; en que se ha producido un movimiento que no debe tomarse a la ligera, el del 15-M, el cual ha subrayado las imperfecciones de nuestra democracia y el progresivo distanciamiento entre nuestros representantes y sus representados; justo entonces, no se les ocurre otra cosa que reformar a hurtadillas -es "a hurtadillas" todo lo que no sea consultar a la poblaci¨®n al respecto- el texto que hasta ahora era intocable y sacrosanto. Es como si los obispos se hubieran convertido en iconoclastas de sus veneradas efigies de Semana Santa. Eso es lo que han hecho el PP y el PSOE: dinamitar lo que se han pasado treinta y tres a?os jurando que defend¨ªan y reverenciaban. ?Qui¨¦n va a creerles a partir de ahora una palabra? Lo de "a partir de ahora" es s¨®lo un decir, no me tomen por tan tonto.
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