Diez razones para el "s¨ª" europeo

No es muy frecuente que Europa tenga la oportunidad de desempe?ar un papel crucial en el escenario mundial. Pero, en plena campa?a de los palestinos para que la ONU reconozca su Estado este mes, las dos partes buscan el voto de la UE, que ha descubierto que no ten¨ªa tanta capacidad de influencia en el proceso de Oriente Pr¨®ximo desde los Acuerdos de Oslo.

El mayor problema al que se enfrentan los 27 Estados de la UE es el de presentar un frente unido. Hay 10 razones para que se pongan de acuerdo en votar s¨ª y mantengan viva la estrategia de los dos Estados.

La votaci¨®n fundamental ser¨¢ en la Asamblea General, sobre una resoluci¨®n para elevar la condici¨®n de Palestina de observador a Estado no miembro. Los palestinos obtendr¨¢n la mayor¨ªa, con toda probabilidad, pero lo importante, m¨¢s que el resultado, es el margen y la distribuci¨®n de los votos. El Gobierno israel¨ª est¨¢ ejerciendo fuertes presiones, y la OLP, incapaz de controlar la situaci¨®n sobre el terreno, conf¨ªa en obtener cierta recompensa diplom¨¢tica por su constante fe en la soluci¨®n de dos Estados. En este tira y afloja, los europeos se encuentran en la posici¨®n nada habitual de ser los m¨¢s codiciados.

La UE debe votar unida en la ONU a favor del Estado Palestino para llevar la paz a la regi¨®n

La primera raz¨®n por la que los Veintisiete de la UE deben votar s¨ª es que la resoluci¨®n de la ONU es un intento de mantener viva la soluci¨®n de dos Estados. Esta estrategia est¨¢ en peligro por la continua expansi¨®n de los asentamientos israel¨ªes en los territorios ocupados y la convicci¨®n de Netanyahu de que hay que aceptar que el conflicto es "irresoluble". Por consiguiente, la votaci¨®n no es una distracci¨®n sin importancia, sino una reafirmaci¨®n de que el proceso de paz tiene sentido.

La segunda raz¨®n es que los europeos ya han invertido mucho en esa soluci¨®n de dos Estados, incluidos los 1.000 millones de euros anuales de ayuda a la construcci¨®n de un Estado palestino. Una vez m¨¢s, el s¨ª es la reafirmaci¨®n de que el proyecto merece la pena y puede tener ¨¦xito.

La tercera raz¨®n es sencillamente la necesidad de reaccionar de manera positiva ante los avances logrados por Mahmud Abbas en la construcci¨®n de su Estado. No hacerlo ser¨ªa negarse a reconocer formalmente hasta d¨®nde han llegado los palestinos.

La cuarta raz¨®n tiene que ver con la primavera ¨¢rabe. Todo lo que no sea un s¨ª podr¨ªa justificar que tanto los Gobiernos posrevolucionarios como los reg¨ªmenes ¨¢rabes conservadores acusaran a los europeos de emplear un doble rasero, de no apoyar los derechos de los palestinos mientras los defienden en otros pa¨ªses.

Adem¨¢s, el s¨ª concilia los intereses con los valores europeos (la quinta raz¨®n), puesto que reordena las relaciones regionales. Los intereses de Europa -entre otros, la prevenci¨®n del terrorismo yihadista, la contenci¨®n de Ir¨¢n, la seguridad del abastecimiento de energ¨ªa y la protecci¨®n de los mercados para nuestras exportaciones- se ver¨ªan perjudicados si se proyectara una imagen de hipocres¨ªa a prop¨®sito del conflicto Israel / Palestina.

Pese a la preocupaci¨®n de los atlantistas de que un s¨ª pueda da?ar las relaciones con EE UU, tambi¨¦n beneficiar¨ªa los intereses de Washington (la sexta raz¨®n). EE UU no puede votar s¨ª por motivos internos comprensibles, pero, si la UE lo hiciera, fortalecer¨ªan la posici¨®n de EE UU a la hora de tratar con Israel.

Las razones s¨¦ptima y octava est¨¢n relacionadas con Israel. Sus objeciones a la votaci¨®n -que es unilateral y viola acuerdos anteriores- no se sostienen, y no son motivo para que Europa no vote s¨ª. Es cierto que la votaci¨®n dar¨ªa a los palestinos unas opciones de negociaci¨®n que ahora est¨¢n cerradas, pero, tambi¨¦n podr¨ªa ayudar al Estado jud¨ªo. Los pasos para reconocer el Estado palestino dentro de las fronteras de 1967 reforzar¨ªan la legitimidad de la propia existencia de Israel.

A pesar de los temores israel¨ªes, no significar¨ªa facilitar el camino para que Palestina presente un recurso ante el Tribunal Penal Internacional, y quiz¨¢ dar¨ªa a Europa margen para negociar con los palestinos con el fin de que no emprendan la v¨ªa del TPI durante un periodo sustancial, con lo que se quitar¨ªa hierro a este escabroso tema.

La novena raz¨®n para el s¨ª es que no aumentar¨ªa las posibilidades de violencia palestina. El sentimiento de fracaso y la influencia de la primavera ¨¢rabe, s¨ª podr¨ªa desencadenar una "tercera Intifada". Las autoridades palestinas, comprimidas entre Israel y la estimulante imagen de las revueltas televisadas, necesitan ver se?ales de progreso para impedir que las frustraciones deriven en violencia. El apoyo europeo a su Estado ser¨ªa una poderosa muestra p¨²blica de que es posible avanzar.

Por ¨²ltimo, un s¨ª en la ONU no implica el reconocimiento bilateral de Palestina. Lo que se vota es elevar la representaci¨®n en la ONU; el reconocimiento solo pueden otorgarlo los Estados a t¨ªtulo individual.

Existe un 11? motivo. El mundo ya cuenta con suficientes ejemplos de la incapacidad de Europa para desempe?ar un papel real en el ¨¢mbito internacional. Los optimistas aspiran a que, esta vez, los europeos nos sorprendan a todos, hagan lo debido y, de paso, se aseguren un ¨¦xito diplom¨¢tico que les es muy necesario.

Martti Ahtisaari, expresidente de Finlandia, fue premio Nobel de la Paz. Javier Solana ha sido ministro de Exteriores de Espa?a, secretario general de la OTAN y alto representante de la UE para la pol¨ªtica exterior y de seguridad. Ambos son miembros de la junta directiva del Consejo Europeo de Relaciones Exteriores.