?Oportunidad perdida?
Esta edici¨®n de Feria Habitat Valencia, entre el 20 y el 24 de septiembre trae, como es habitual en los ¨²ltimos a?os, cambios en busca del esplendor perdido. Esperemos que sea de verdad en esta ocasi¨®n. La p¨¦rdida de br¨²jula de la feria, los errores y los desacuerdos con buena parte del sector del mueble espa?ol vienen de antes de la crisis, aunque esta los haya agudizado. No vamos a entrar, porque adem¨¢s de ser un hecho externo al sector del mueble ya no tiene remedio, en la desafortunada y costos¨ªsima ampliaci¨®n del antiguo recinto: una enorme mole de hormig¨®n que ilustra, justamente, c¨®mo no se debe dise?ar el planeamiento y la distribuci¨®n de un espacio ferial.
Los plantes de expositores, los desacuerdos con fabricantes, la falta de transparencia en la aplicaci¨®n de tarifas, la ineficacia de la promoci¨®n exterior y la filtraci¨®n de los diferentes tratamientos econ¨®micos para operadores extranjeros, la ausencia de di¨¢logo en general y con otros recintos feriales, y una cierta actitud de prepotencia han llevado a la Feria del Mueble de Valencia a la situaci¨®n actual. Se deja tras de s¨ª un cambio de marca, introduciendo el concepto de Habitat, un vocablo m¨¢s propio de la ecolog¨ªa, la antropolog¨ªa o la sociolog¨ªa, motivado en su d¨ªa, sobre todo, para justificar la necesidad de sumar sectores que cubrieran espacios vac¨ªos, en parte por las razones aludidas antes, y desperdiciando as¨ª el capital acumulado, especialmente fuera de nuestro pa¨ªs -que es el mercado que busc¨¢bamos antes y especialmente ahora- por la marca Feria del Mueble de Valencia.
Entre tanto, el peligroso ejercicio de mirarse al ombligo ha supuesto dejar crecer como setas ferias del mueble en diferentes provincias, en lugar de dedicarse a promover y protagonizar, contando con todos, una gran feria del mueble de car¨¢cter estatal, capaz de figurar entre las m¨¢s importantes convocatorias del mueble a nivel internacional, de ser el referente del mueble espa?ol en el mundo.
Cuando se juntan bancos y cajas, cuando en muchos sectores se unen empresas para poder competir con garant¨ªas en una econom¨ªa globalizada, tenemos muchas dudas de la viabilidad de tantos cert¨¢menes -ya se cuentan m¨¢s de 10 en Espa?a- relacionados con el mueble y la decoraci¨®n. A no ser que se pretenda enjugar sus d¨¦ficits a costa del presupuesto de las comunidades aut¨®nomas correspondientes, o que se quiera incrementar indebidamente el escandallo de los fabricantes y el PVP.
De los cambios anunciados este a?o, el m¨¢s importante es, sin duda, el que la feria est¨¢ siendo gestionada por los propios empresarios a trav¨¦s del comit¨¦ organizador, apoyados por un comit¨¦ t¨¦cnico organizado en cinco ¨¢reas y con la colaboraci¨®n del personal profesional de la feria. La creaci¨®n de un pabell¨®n Basic, destinado a empresas con productos muy comerciales con precios muy accesibles de stand, un ¨¢rea especializada en el Contract, una pasarela internacional de marcas de vanguardia, una nueva sectorizaci¨®n o el escalado de tarifas en funci¨®n de los metros contratados, son otras tantas novedades de esta convocatoria que deseamos funcionen.
La nueva direcci¨®n se ha preocupado, con acierto, de marcar distancias y sumar compromisos: desde los elementales paquetes de viaje con compa?¨ªas a¨¦reas, agencias y hoteles, hasta la solicitud de apoyos a las principales asociaciones sectoriales, a los organismos empresariales m¨¢s representativos a nivel estatal, tanto del mueble como de la decoraci¨®n, textiles para el hogar o iluminaci¨®n, a entidades como la coordinadora estatal de agentes comerciales, a presentaciones comerciales en otras ferias (Normueble, en Gij¨®n) y en el extranjero, o instituciones como el Ivex o el Icex, etc., siempre con el objetivo de abrir la feria a todo el comercio del pa¨ªs relacionado con dichos sectores.
Los mensajes que se env¨ªan desde la organizaci¨®n se dirigen al conjunto de los fabricantes y a los grupos de distribuci¨®n, con la intenci¨®n de aumentar su atractivo y ser el certamen de referencia del sector. Bienvenida la cuota de humildad, pero no sabemos si estamos a tiempo de devolver a la Feria del Mueble de Valencia su brillantez pasada. Estos momentos de incertidumbre y d¨¦ficit de ventas, unidos al incipiente ¨¦xito -que no querr¨¢n abandonar- de algunas de las ferias del mueble surgidas en estos a?os, no parecen ser la mejor esperanza de recuperaci¨®n de una oportunidad, quiz¨¢ perdida para todo el sector del mueble espa?ol.
Pedro D¨ªaz Cepero es soci¨®logo y consultor de empresas.
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