La batalla de Kukutza
31 detenidos y varios heridos al desalojar la Ertzaintza un 'gaztetxe' en Bilbao - Ares y Azkuna comparecer¨¢n en la C¨¢mara - Interior ve "proporcionada" la actuaci¨®n
Rekalde madrug¨® ayer m¨¢s de lo previsto. Pasaban las cinco de la madrugada cuando una sirena despert¨® a buena parte del populoso barrio bilba¨ªno. No era la de la polic¨ªa esta vez, ni la de ambulancias o bomberos, sino la se?al de alarma prevista por los okupas de Kukutza para advertir sobre el desalojo de su gaztetxe por parte de la Ertzaintza. El estridente sonido, acompa?ado por varios cohetes, marc¨® el inici¨® de una ma?ana que, prevista, pero sin fecha conocida, deriv¨® en lo m¨¢s parecido a una batalla campal, solo que entre edificios de viviendas y con una antigua f¨¢brica de maquinaria industrial como escenario. Una treintena de detenidos y varios heridos fue el resultado.
Ni las antes habituales algaradas de kale borroka o detenciones de etarras hab¨ªan provocado en Rekalde un despliegue policial similar. No hab¨ªa despuntado a¨²n el alba cuando decenas de agentes, -"muchos efectivos" seg¨²n Interior- se personaron ante el gaztetxe, con mandato judicial, para proceder a su desalojo. Lo hicieron equipados con material antidisturbios y acompa?ados de tanquetas para derribar los accesos al edificio. La respuesta de los okupas se materializ¨® con el lanzamiento de varias piedras y ladrillos que provocaron da?os materiales en algunos veh¨ªculos aparcados en las inmediaciones.
Los 23 okupas del inmueble fueron trasladados a comisar¨ªa
El Ararteko decide abrir un expediente de oficio por la actuaci¨®n policial
Fue solo el inicio de una tensa jornada. La Ertzaintza tuvo que emplearse a fondo en un doble frente. Primero, en el interior de Kukutza, donde los agentes encontraron a su paso objetos cruzados a modo de barricada que dificultaron su intervenci¨®n, m¨¢s a¨²n a oscuras. M¨¢s de seis horas se prolong¨® finalmente la operaci¨®n hasta que los agentes arrestaron a los 23 inquilinos del gaztetxe y procedieron a su expulsi¨®n como paso previo al traslado hasta dependencias policiales.
No m¨¢s sencilla result¨® la labor de contenci¨®n a pie de calle. El s¨ªmbolo antisistema que representaba Kukutza y la pol¨¦mica suscitada en torno a su desaparici¨®n hab¨ªa provocado en las ¨²ltimas semanas un movimiento popular de respuesta que no tard¨® en tratar de torpedear el dispositivo de la Ertzaintza.
A lo largo de la ma?ana, cientos de personas quisieron mostrar su apoyo al gaztetxe mediante peque?as concentraciones de protesta en Rekalde e intentos de escaramuzas que fueron contrarrestados con cargas policiales. Como resultado, el barrio qued¨® en una especie de estado de sitio, con un cord¨®n policial alrededor del edificio desalojado que interrumpi¨® la circulaci¨®n en varias arterias y oblig¨® a identificar a varios viandantes.
Siete personas m¨¢s fueron detenidas y varias resultaron heridas como consecuencia de los disturbios en la v¨ªa p¨²blica, que se saldaron con el vuelco de varios contenedores. El ¨²ltimo arresto se produjo pasadas las diez de la noche tras la manifestaci¨®n de protesta por el desalojo.
Uno los heridos tuvo que ser atendido en el hospital de Basurto, mientras que el resto de lesionados optaron por ir al ambulatorio del barrio. Ante el aluvi¨®n de llamadas recibidas por presuntas acciones desproporcionadas de los agentes, el Ararteko decidi¨® abrir un expediente de oficio para investigar las circunstancias de la actuaci¨®n de la Ertzaintza. El juzgado n¨²mero 5 de Bilbao, por su parte, suspendi¨® la orden de derribo de Kukutza durante 48 horas, hasta escuchar a todas las partes.
Al lugar de los hechos se trasladaron representantes como Dani Maeztu, de Aralar; Juanjo Agirrezabala, de EA; Mikel Arana, de EB; el concejal de Bildu Txema Azkuenaga, y Oskar Matute por parte de Alternatiba. Todos ellos coincidieron en criticar la intervenci¨®n policial en forma y fondo. EA, EB y Aralar, cuyos representantes no pudieron acceder al gaztetxe, pese a exhibir el carn¨¦ de parlamentarios, anunciaron que pedir¨¢n la comparecencia en la C¨¢mara tanto del consejero de Interior, Rodolfo Ares, como del alcalde de Bilbao, I?aki Azkuna, para que den explicaciones.
El PP record¨® que el desalojo era obligado "por la existencia de sentencia judicial y la licencia del Ayuntamiento para el derribo del edifico". A¨²n as¨ª, inst¨® a Azkuna a buscar una opci¨®n para Kukutza.
La pol¨¦mica generada oblig¨® a intervenir a Ares, quien tuvo que ofrecer una rueda de prensa por la tarde en la base central de Erandio para dar su versi¨®n. Ares defendi¨® que la intervenci¨®n policial fue "proporcionada" ante el comportamiento "extremadamente violento de las personas que ocupaban el tercer piso y la azotea del inmueble", mientras que el amplio dispositivo pretend¨ªa "garantizar la seguridad" de los implicados y completar la operaci¨®n "en el menor tiempo posible".
El concejal de Urbanismo en Bilbao, Ricardo Barkala, sostuvo que la Ertzaintza cumpli¨® con su trabajo al ejecutar la orden de desalojo y mostr¨® su sorpresa por las reacciones violentas. "Nos hab¨ªan advertido de que iban a mantenerse en la defensa de su posici¨®n, pero siempre de forma pac¨ªfica y eso no cuadra con apedrear lunas o volcar contenedores", lament¨®.
Pendientes de la juez
La asociaci¨®n de vecinos Errekaldeberriz celebr¨® ayer como un triunfo parcial la paralizaci¨®n cautelar del derribo de Kukutza por parte de la titular del Juzgadi de Instrucci?on n¨²mero 5 de Bilbao. La decisi¨®n coincidi¨® con la operaci¨®n para desalojar el
gaztetxe
y gener¨® una profunda sorpresa en el resto de las partes implicadas en el conflicto.
La juez se dio ayer un plazo de 48 horas para resolver. Hoy ha citado a representantes de Kukutza, del Ayuntamiento, el Gobierno y la empresa propietaria del edificio
okupado
para escuchar sus versiones antes de tomar una decisi¨®n. Hasta que no la adopte, tampoco se podr¨¢ hacer efectiva la licencia de derribo, por lo que la Ertzaintza tendr¨¢ que mantener la vigilancia del edifico, de forma ininterrumpida, al menos hasta ma?ana.
Mantener la zona bajo supervisi¨®n policial exigir¨¢ una dedicaci¨®n extraordinaria que no estaba prevista ayer, cuando comenz¨® el dispositivo.
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