Ahmadineyad pone en duda en la ONU el 11-S y el Holocausto
EE UU y los pa¨ªses de la UE abandonan la Asamblea durante el discurso

En una de sus m¨¢s provocadoras y conseguidas actuaciones en la ONU, el presidente de Ir¨¢n, Mahmud Ahmadineyad, dio lugar ayer a una desbandada general en el aforo de la Asamblea General al volver a poner en duda el Holocausto y referirse al 11-S como "ese misterioso incidente", entre otras brutales descalificaciones a Estados Unidos que arruinan cualquier ilusi¨®n de moderaci¨®n de parte del r¨¦gimen al que representa.
El discurso de Ahmadineyad sorprendi¨® por su dureza y, adem¨¢s de reabrir un litigio que parec¨ªa relativamente dormido en los ¨²ltimos meses, obliga a preguntarse sobre su significado en el contexto de la lucha por el poder que desde hace tiempo se viene librando en Ir¨¢n. Ahmadineyad lleg¨® este a?o a Naciones Unidas con aparentes signos de debilidad, por la hostilidad de que ha sido v¨ªctima de parte del sector religioso m¨¢s intransigente, y precedido de algunos gestos de buena voluntad que parec¨ªan anunciar una versi¨®n moderada y conciliadora del presidente iran¨ª.
El l¨ªder iran¨ª dice que los atentados de 2001 fueron "un misterioso incidente"
Tras la intervenci¨®n, el problema del plan nuclear de Teher¨¢n recobra urgencia
No fue as¨ª. Despu¨¦s de varios minutos dedicados a resaltar la divinidad del ser humano y la presencia de Dios en todo aquello que crea el hombre, incluida la ONU, arremeti¨® ferozmente contra EE UU, a quien record¨® la esclavitud, el uso de bombas at¨®micas, la guerra de Vietnam, entre otros episodios, y al que culp¨® de la recesi¨®n econ¨®mica que vive hoy el mundo.
Todo eso forma parte del repertorio habitual de los discursos de este dirigente, y solo molest¨® en la medida en que era el indicador de que Ahmedineyad no ven¨ªa a Nueva York precisamente a hacer amigos. Pero lo que forz¨® que la delegaci¨®n norteamericana recogiera su carpeta y abandonara la sala fue la alusi¨®n del l¨ªder iran¨ª a que EE UU hab¨ªa "utilizado ese misterioso suceso del 11-S como pretexto para atacar a Irak y Afganist¨¢n".
Las teor¨ªas conspirativas sobre el 11-S, del que se acaba de cumplir el d¨¦cimo aniversario, se han escuchado muchas veces y en muchos sitios. Ayer, resonaron en la tribuna de la ONU, en Nueva York, a un par de kil¨®metros de la Zona Cero, y en la inauguraci¨®n de una Asamblea General, probablemente el momento estelar de la pol¨ªtica internacional cada a?o.
Tras EE UU, y ante la evidencia de que la oratoria de Ahmadineyad no se templaba, se levantaron los representantes de Francia, y despu¨¦s de ellos, los de los dem¨¢s pa¨ªses europeos y de otros continentes que igualmente se sent¨ªan heridos por las palabras del presidente iran¨ª, quien no solo atac¨® a EE UU sino a "la ideolog¨ªa sionista" que lo invade todo y a los jud¨ªos como tal. No se puede entender de otra manera su nueva alusi¨®n de que "usando las redes de medios de comunicaci¨®n imperialistas que est¨¢n bajo la influencia del colonialismo, poderes arrogantes amenazan a quienes cuestionan el Holocausto y el 11-S con sanciones y acciones militares".
Ahmadineyad ya provoc¨® la ira y consternaci¨®n mundial cuando en 2005 dijo en este mismo foro que "han creado un mito en el nombre del Holocausto". Pero desde esa fecha daba la impresi¨®n de que el presidente iran¨ª hab¨ªa evolucionado hacia posiciones m¨¢s prudentes y representaba, en realidad, el rostro m¨¢s amigable del r¨¦gimen iran¨ª. Antes de llegar a Nueva York ha concedido entrevistas a medios norteamericanos en las que incluso se muestra relativamente conciliador en lo que se refiere al programa nuclear de Ir¨¢n.
Tras el discurso de ayer, ese problema cobra de nuevo vigencia y urgencia. Obama mencion¨® en su discurso en la Asamblea el pasado mi¨¦rcoles que la comunidad internacional ten¨ªa derecho a conocer qu¨¦ esconde la investigaci¨®n nuclear iran¨ª. La semana pasada, el Organismo Internacional de la Energ¨ªa At¨®mica (OIEA), dependiente de la ONU, advert¨ªa del riesgo de que el Gobierno de Ir¨¢n hiciera un uso militar de su desarrollo nuclear.
Es muy posible que exista alguna conexi¨®n entre ese asunto y el tono empleado ayer por Ahmadineyad en su discurso. Puede ser, o bien un mensaje a EE UU de que no existe ninguna posibilidad de negociaci¨®n en materia nuclear, o una se?al a los ayatol¨¢s en Teher¨¢n de que no se ha "vendido" a Occidente. O bien las dos cosas al mismo tiempo. La complejidad y el oscurantismo de la pol¨ªtica interna iran¨ª permiten especular con cualquier conjetura.
Es, en todo caso, una mala noticia para Barack Obama, que no solo tendr¨¢ que enfrentarse a la realidad acuciante de ese conflicto, sino a la presi¨®n pol¨ªtica dom¨¦stica por no haber sido hasta ahora m¨¢s en¨¦rgico con Ahmadineyad. Sarah Palin dijo en la v¨ªspera de este discurso que Obama no deber¨ªa haberle permitido al presidente iran¨ª acercarse a la ONU, una opini¨®n que seguramente comparten la gran mayor¨ªa de los candidatos presidenciales republicanos, con gran ignorancia de las reglas de funcionamiento de esta organizaci¨®n y de los l¨ªmites de los poderes presidenciales.

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