H¨¢gase ya
El p¨¢nico econ¨®mico exige que Europa baje tipos, apruebe el rescate griego y autorice los eurobonos
A juzgar por el hundimiento de las cotizaciones burs¨¢tiles durante la sesi¨®n de ayer y el nuevo repunte de los diferenciales de deuda, los mercados financieros comparten el temor a la recesi¨®n que ha manifestado la Reserva Federal estadounidense (Fed) con el lanzamiento de nuevos e incitativos est¨ªmulos econ¨®micos. Lo excepcional de la decisi¨®n revela inquietud de quienes disponen de m¨¢s elementos de juicio sobre la situaci¨®n de la econom¨ªa estadounidense y las grav¨ªsimas tensiones financieras que pesan sobre el sistema econ¨®mico mundial. Pero, a pesar de la ca¨ªda continua de las Bolsas y de la resistencia a bajar de las primas de riesgo, que, para cualquier observador, revelan una situaci¨®n mal disimulada de p¨¢nico ante las dificultades para salir del estancamiento mundial, los responsables econ¨®micos europeos siguen sin afrontar con decisi¨®n la cada vez m¨¢s inevitable quiebra de Grecia y, si eso sucediera, el riesgo de una desaparici¨®n a corto plazo de la moneda ¨²nica.
Prueba de esa irresponsabilidad pol¨ªtica que contamina Europa es que en plena tormenta monetaria, con la prima de riesgo espa?ola por encima de los 370 puntos y una expectativa de crecimiento que prometen una tasa de paro superior al 20% el a?o pr¨®ximo, la ¨²nica preocupaci¨®n del presidente del PP en la ¨²ltima sesi¨®n del Congreso sea el caso Fais¨¢n. O el mutismo del Gobierno, empezando por su presidente, ante lo que est¨¢ sucediendo. O que la discusi¨®n sobre los nuevos planes de salvaci¨®n de Grecia siga fijada en octubre y condicionada a m¨¢s ajustes cuya discutible racionalidad hundir¨¢ las rentas de gran parte de la poblaci¨®n griega. Rid¨ªculo y aterrador.
Estados Unidos ha hecho, mejor o peor, lo que ten¨ªa que hacer. Obama, Geithner y Bernanke creen que es posible la reactivaci¨®n de la econom¨ªa mediante una pol¨ªtica de est¨ªmulos. La llamada Operaci¨®n Twist trata de presionar a la baja los tipos de inter¨¦s a largo plazo para favorecer aquellos segmentos de mercado a los que la actividad se muestra m¨¢s sensible, como los correspondientes al mercado hipotecario y, en general, la financiaci¨®n empresarial. A ese prop¨®sito destinar¨¢ 400.000 millones de d¨®lares: comprar¨¢ t¨ªtulos de deuda del Tesoro de su pa¨ªs con vencimientos de 6 a 30 a?os, que financiar¨¢ vendiendo una cantidad equivalente en t¨ªtulos con vencimiento igual o inferior a 3 a?os. La Fed ha comprometido la reinversi¨®n en compra de bonos a 30 a?os de los ingresos derivados de cualquier amortizaci¨®n anticipada de valores hipotecarios provenientes de agencias como Fannie Mae.
Una operaci¨®n de tal envergadura demuestra que EE UU cree que la recuperaci¨®n es posible y aplica las pol¨ªticas necesarias para lograrla. Pero en Europa, los responsables del euro parecen dormidos mientras la estabilidad de la moneda ¨²nica se desmorona. Christine Lagarde, directora del FMI, expuso ayer con agudeza el fondo de la cuesti¨®n: las decisiones son correctas, los planes nacionales afrontan con valent¨ªa los ajustes del d¨¦ficit y la cumbre de julio plante¨® una reforma valiente de la arquitectura financiera europea; pero hay, dice Lagarde, un "desfase entre los compromisos y su puesta en pr¨¢ctica".
Mantener ese "desfase" en esta situaci¨®n de miedo incontrolable equivale a una negligencia culpable por parte de los responsables del euro. Se sabe lo que hay que hacer para acabar con el p¨¢nico de las Bolsas y la deuda y ofrecer esperanzas de recuperaci¨®n: bajar los tipos de inter¨¦s, aprobar el rescate de Grecia, autorizar la creaci¨®n de los eurobonos y aplicar por fin la "nueva arquitectura financiera" discutida en julio. Pues bien, h¨¢gase de una vez. Pero no el mes que viene ni en funci¨®n de los intereses de Francia o Alemania; h¨¢gase ya. Con la misma urgencia que si Europa se jugara la supervivencia como reducto de bienestar econ¨®mico; porque lo cierto es que se lo juega y pierde por goleada.
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