Altezas en periodo de pr¨¢cticas
Catalina y Charlene adoptan un papel secundario tras sus medi¨¢ticas bodas
Fueron noticia de portada y su imagen dio la vuelta a medio mundo. Durante meses los objetivos enfocaron todos sus movimientos y cualquier detalle protagonizado por ellas se convirti¨® en objeto de an¨¢lisis. As¨ª hasta el gran d¨ªa: el de su boda. Catalina Middleton y Charlene Wittstock entraron en la realeza europea la pasada primavera y meses despu¨¦s han pasado a un discreto segundo plano. Apenas se sabe de ellas: alguna foto en actos m¨¢s o menos protocolarios y poco m¨¢s. Son todav¨ªa altezas en periodo de pr¨¢cticas, reci¨¦n casadas con pr¨ªncipes pero novatas en c¨®mo moverse por los palacios. Ambas tienen pocas cosas en com¨²n aunque coinciden en la prudencia m¨¢s o menos estudiada con la que inician su nueva vida, quiz¨¢ asesoradas por expertos que recomiendan discreci¨®n despu¨¦s de tanta exposici¨®n p¨²blica.
Kate ha adoptado un tan segundo plano tras su espl¨¦ndida boda en la abad¨ªa de Westminster que los paparazis han decidido convertir en su nueva princesa a su hermana Pippa. Buscado o no, la menor de las Middleton ha permitido a la novata alteza vivir un cierto periodo de anonimato. Todo hasta esta semana cuando la casa real brit¨¢nica ha informado de su paradero. Mediante un comunicado oficial se ha informado de que la duquesa de Cambrigde pasa sus d¨ªas recibiendo clases. Al parecer, y a petici¨®n de Guillermo, Kate est¨¢ siendo formada sobre c¨®mo funcionan los diferentes organismos oficiales del Reino Unido, adem¨¢s de ponerse al corriente de la actualidad de la vida pol¨ªtica y econ¨®mica del pa¨ªs. O lo que es lo mismo: est¨¢ recibiendo un m¨¢ster intensivo para poder abordar la tarea que tiene por delante.
Los observadores brit¨¢nicos han querido ver algunas se?ales en esta decisi¨®n. Kate recibe clases pero Camila no las tuvo. Y entonces la conclusi¨®n puede ser: las posibilidades de que Guillermo y Kate tomen el relevo de la reina Isabel, desbancando a Carlos y Camila, aumentan. Para apuntalar esta tesis hay un nuevo dato: a la reina le gusta cada d¨ªa m¨¢s Kate. Tanto es as¨ª que Isabel II quiso que los reci¨¦n casados pasaran parte del verano con ella. Parece que Kate no solo ha sabido ganarse el favor de la gente, sino tambi¨¦n el de la soberana. Algo que ya se denomina como la primera victoria de una plebeya en la corte brit¨¢nica, una situaci¨®n que jam¨¢s disfrut¨® Diana, pese a pertenecer a la aristocracia m¨¢s rancia.
Quienes siguen haciendo su agosto con Catalina son las firmas de moda. Cualquier dise?o que luzca, sea de sport o de vestir, se convierte en un ¨¦xito de ventas. Tanto es as¨ª que las p¨¢ginas web en las que se ofrecen sus modelos se colapsan nada m¨¢s ponerse en marcha la venta.
En una supuesta competici¨®n de altezas en pr¨¢cticas, Kate lleva mucha ventaja. Primero porque su boda fue m¨¢s cre¨ªble que la de Charlene y Alberto, y adem¨¢s porque Kate representa a la generaci¨®n de j¨®venes pr¨ªncipes que intentan dar sentido a la continuidad de la monarqu¨ªa en el siglo XXI. De Charlene tambi¨¦n se sabe poco. Se la ha visto, siempre junto a Alberto, en un par de fiestas, de esas que se organizan en M¨®naco donde el glamour pierde la batalla con los excesos de lujo hortera. La princesa de M¨®naco no ha abandonado el gesto de tristeza que la acompa?a desde el d¨ªa de su boda, cuando los rumores de infidelidad e hijos no reconocidos sacudi¨® una boda poco real.
Tras una luna de miel en la que ni tan siquiera compartieron hotel en Sud¨¢frica, la tierra de ella, los pr¨ªncipes de M¨®naco han logrado de momento que se deje de hablar de la prueba de paternidad que una mujer le reclama a Alberto. Y parece que est¨¢n decididos, seg¨²n ellos mismos han confesado, a ser padres cuanto antes para acallar rumores. Lo que s¨ª ha trascendido es que en el contrato prenupcial: Charlene se compromete a estar casada al menos cinco a?os y a concebir un heredero que d¨¦ continuidad al Principado. Por eso, Charlene no estudia c¨®mo ser princesa, ella se prepara para ser madre, el objetivo que dio sentido al matrimonio tard¨ªo de Alberto de M¨®naco.
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