Rendir la escuela p¨²blica
Dan la impresi¨®n de no saber de qu¨¦ est¨¢n hablando, pero lo saben demasiado bien. La presidenta y la consejera de Educaci¨®n de la Comunidad de Madrid han logrado exasperar con sus desplantes y ademanes autoritarios a padres, profesores y alumnos de los centros p¨²blicos. Despido en masa de profesores mal llamados interinos (en realidad, ej¨¦rcito industrial de reserva que llevan a?os present¨¢ndose y aprobando oposiciones sin obtener la plaza que desempe?an), aumento de horas lectivas, amenaza de supresi¨®n de tramos de ense?anza gratuita: parte del programa oculto del PP sobre la ense?anza p¨²blica sacado a la luz por estas intemperantes l¨ªderes madrile?as.
Por supuesto, saben de sobra qu¨¦ es un interino y cu¨¢ntas son las horas de jornada laboral; como saben tambi¨¦n de qu¨¦ va todo esto: infligir un da?o irreparable a la escuela p¨²blica. La ni?a de sus ojos es, y siempre ha sido, la privada, que ven¨ªa experimentando desde hace medio siglo un claro retroceso que ellas se han empleado en detener y revertir. El n¨²mero total de centros p¨²blicos dedicados a ense?anzas de r¨¦gimen general no universitarias (infantil, primaria, ESO, Bachillerato, FP) ascend¨ªa en Madrid a 1.235 en 1999, mientras los privados eran 809. Diez a?os despu¨¦s, en 2009, el n¨²mero total de centros privados, que han experimentado una fort¨ªsima expansi¨®n en el nivel de ense?anza infantil, es 1.611, mientras los p¨²blicos se quedan en 1.573.
Esta inversi¨®n de la relaci¨®n entre escuela p¨²blica y centros privados prueba bien la "gran sensibilidad hacia los problemas que afectan al sector de la ense?anza privada" mostrada por Esperanza Aguirre. Nada de extra?o que la Asociaci¨®n de Centros Aut¨®nomos de Ense?anza Privada haya expresado con esas palabras su agradecimiento por la desgravaci¨®n fiscal de gastos de ense?anza, con un m¨¢ximo que ha subido este a?o de crisis de 500 a 900 euros, y que devuelve a los contribuyentes m¨¢s de 60 millones de euros, suficientes para mantener en sus puestos a todos los interinos.
Y prueba, sobre todo, el ¨¦xito del proyecto educativo de su consejera de Educaci¨®n cuando lamentaba en Italia, ante una asamblea de Comuni¨®n y Liberaci¨®n, la "intromisi¨®n excesiva del Estado en la educaci¨®n", y celebraba que "en esta fase de expansi¨®n de centros concertados, muchos de los proyectos nuevos est¨¦n en manos de religiosos laicos". Pod¨ªa alardear la consejera, palad¨ªn de la escuela cat¨®lica financiada por el Estado, que Madrid se encontraba a la cabeza de todas las regiones en el aumento de centros privados: 33% de concertados, de los que 2/3 corresponden a la escuela cat¨®lica. A la gran sensibilidad de Aguirre y al proyecto educativo de Luc¨ªa Figar se debe que los alumnos madrile?os de primaria y secundaria se dividan hoy por mitad entre centros p¨²blicos y privados cuando la media de Espa?a es de 69/31, la misma de Madrid hace una d¨¦cada.
Recuerdo bien los malos tiempos pasados, cuando curs¨¦ el bachillerato en el ¨²nico instituto masculino entonces abierto en Sevilla, el San Isidoro. La casi totalidad del territorio de ense?anza secundaria estaba ocupado por una legi¨®n de ¨®rdenes y congregaciones religiosas: jesuitas, maristas, salesianos, escolapios, capuchinos, hermanos de las escuelas cristianas... Un siglo de abandono de la escuela a manos de la Iglesia, que, con el breve par¨¦ntesis de la Rep¨²blica, solo comenz¨® a corregirse cuando los planes de desarrollo exigieron la elevaci¨®n del nivel de escolarizaci¨®n. Luego, con el acuerdo de financiaci¨®n de centros concertados, se estabiliz¨® la relaci¨®n entre p¨²blica y privada en una ratio aproximada de 70/30, en la espera de que aumentando la cantidad y elevando la calidad de la primera y financiando la segunda se alcanzar¨ªan porcentajes pr¨®ximos a la media de la Uni¨®n Europea: 90% de escuela p¨²blica en primaria, alrededor de 86% en los dos niveles de secundaria.
Pero a?os de gobierno del PP han logrado que la escuela p¨²blica retroceda en Madrid hasta l¨ªmites impensables hace 10 ¨® 15 a?os. Hoy resultar¨ªa imposible volver a un mapa escolar como el de Sevilla en 1950: las ¨®rdenes y congregaciones religiosas andan de capa ca¨ªda. Pero Aguirre y Figar no desesperan: con el despido de miles de interinos y el bloqueo de concursos a plazas de ense?anza p¨²blica, dan un gran salto hacia la meta final: superar el list¨®n del 70% para centros privados dejando que los p¨²blicos se hundan hasta la cota del 30%. Rendir la escuela p¨²blica a la invasi¨®n de Comuni¨®n y Liberaci¨®n, kikos y dem¨¢s "religiosos laicos", y no cuestiones pedag¨®gicas: eso es lo que est¨¢ hoy en juego en la Comunidad de Madrid.
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