Buenas noticias
Cada vez nos tropezamos con m¨¢s gente que dice estarse quitando de eso de leer los peri¨®dicos. Prefieren aislarse de las malas noticias, como quien no va al m¨¦dico mientras el bultito ese bajo la piel no se nos ponga del tama?o de un bal¨®n de f¨²tbol. Pero que t¨² no mires no significa que ellos no act¨²en. Con la crisis econ¨®mica los medios han sobreactuado, han abusado de portadas y mensajes dram¨¢ticos. Cada viernes se acaba el mundo y cada lunes hay otra goleada del Barcelona o el Real Madrid. En qu¨¦ quedamos.
Es probable que esa sobre-dramatizaci¨®n de los analistas haya terminado de cavar el agujero para proceder al entierro del proyecto de bienestar sobre el que nos pusimos a trabajar hace muchos a?os y que ahora nos parece una perspectiva de porvenir inalcanzable. Lo cual, m¨¢s que otra cosa, nos deber¨ªa hacer reflexionar sobre c¨®mo hemos podido dar tantos pasos hacia atr¨¢s creyendo que los est¨¢bamos dando hacia delante.
En cuestiones de comparativa hay que ser cautos. Cada vez que oigo a alguien protestar porque los ni?os de ahora no saben divertirse ni jugar recuerdo a mi padre contar que su divertimento principal en la infancia era meter una piedra en la bufanda y arrearse entre amigos. Rafael Azcona sol¨ªa blandir una vi?eta de The New Yorker cada vez que alguien le endilgaba un serm¨®n sobre c¨®mo ¨ªbamos a peor. En ella se ve¨ªa a dos tipos del paleol¨ªtico y uno le dec¨ªa al otro: "Mucho quejarse del estr¨¦s, la contaminaci¨®n y la vida moderna, pero la esperanza de vida de ellos es de 80 a?os y la nuestra no pasa de 30".
Hay quien dice que el pesimismo es una trampa para colarte lo peor como irremediable. T¨¦nganlo en cuenta. La semana pasada, la joven francesa Elvire Bonduelle sac¨® una edici¨®n limitada de este peri¨®dico donde se presenta un montaje de las buenas noticias publicadas entre mayo y agosto. Si no se han hecho con un ejemplar de El Mejor Pa¨ªs, corran a hacerlo. Puede que no se reconcilien ni con la realidad ni con los medios, pero no dejar¨¢n de reconocer que al alcance de nuestra mano hay un mont¨®n de bellas posibilidades para transformar las malas noticias en buenas.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.