Hombres de poca fe
De ni?o, cuando ment¨ªa, mi abuela me dec¨ªa que los mentirosos ten¨ªan las piernas muy cortas y yo imaginaba que hab¨ªa gente mayor con unas piernas como las m¨ªas. La verdad, en las filminas Don Bosco que nos pasaba el cura, era un chico rubio, sonriente y saludable. Eso suced¨ªa a principios de los ochenta, pero si algo se modula de manera sorprendente es la mentira y hoy, 30 a?os despu¨¦s, el deforme paticorto y el alegre muchacho de rasgos arios se han fundido hasta convertirse en un solo hombre.
Llevamos una mala racha, con las mentiras y los mentirosos. En las ¨²ltimas legislaturas hemos tenido que aguantarlas y aguantarlos de todo tipo y tama?o. En la mentira, Aznar y Zapatero empatan a much¨ªsimo. Uno no puede recordar sin verg¨¹enza ajena el "cr¨¦anme, les estoy diciendo la verdad", aquella apelaci¨®n a la verdad en el caso de las armas de destrucci¨®n masiva. O el silogismo del 11-M: hab¨ªa sido ETA y por eso el mundo abertzale y el independentista deb¨ªan sentirse culpables y, carambola, Catalu?a y el Pa¨ªs Vasco, tambi¨¦n. Lo de Zapatero con la crisis supera tambi¨¦n todos los l¨ªmites del cinismo. Cuatrocientos euros reparti¨® en aquellos momentos de ligera desaceleraci¨®n y brotes verdes. Qu¨¦ les voy a contar del "apoyar¨¦ el Estatuto".
La mentira que viene va a ser revisionista. Se revisa el pasado con el mismo ah¨ªnco que los mercados de futuros
Tenemos mentiras de calibre diverso. Veniales, como inflar los curr¨ªculos, o realmente viscosas, como todo lo que rodea al caso Palau. Puntuales y sostenidas como la discriminaci¨®n del castellano en los juzgados catalanes. Todas ellas son mentiras de diapositiva, pronto habr¨¢ una nueva generaci¨®n que no sabr¨¢ qu¨¦ son las diapositivas y ellos siguen en sus trece. Ah¨ª est¨¢ el verdadero problema: intentan que nos creamos mentiras del siglo pasado, mentiras de Olivetti y multicopista que hoy se perciben con una resoluci¨®n baj¨ªsima, terriblemente pixeladas.
Intentan contarnos el cuento del pastor y las ovejas, que est¨¢ muy bien, pero es un cuento del Antiguo R¨¦gimen. Lo cierto del cuento es que, en realidad, el reba?o fue atacado en diversas ocasiones y que el pastor pidi¨® auxilio a sus vecinos. Sus vecinos, que tem¨ªan enfrentarse a la jaur¨ªa de lobos, se inventaron la f¨¢bula por miedo, para no correr peligro, y adem¨¢s situaron, con la mentira, al propio pastor como agente provocador y v¨ªctima justa. Seguro que les suena a subprime y a Strauss-Kahn.
Los tiempos cambian. Wikileaks a?adi¨® cierta emoci¨®n al mundo de los efectos especiales, pero nada que pudiese sorprender a los lectores de novela negra. No, no se trata de eso. La mentira que viene es una mentira consensuada e inclusiva, amable como la autoayuda. Zapatero estuvo a punto de dar en el clavo con su f¨¢brica de ficci¨®n. Se alej¨® de la mentira violenta y rotunda de Aznar y lo intent¨® con el optimismo, la asertividad y la especializaci¨®n en contar a todo el mundo lo que quer¨ªa o¨ªr.
No, la mentira que viene va a ser revisionista. Se revisa el pasado con el mismo ah¨ªnco que los mercados de futuros. El pa¨ªs estar¨¢ hecho unos zorros, pero entenderemos el porqu¨¦ y compartiremos las causas con economistas, soci¨®logos y fil¨®sofos. Sabremos qu¨¦ bancos est¨¢n arruinados y qui¨¦nes fueron los culpables, qu¨¦ ministro mand¨® construir aeropuertos sin aviones o qu¨¦ universidad es la m¨¢s ineficiente. Lo vamos a saber todo, pero ?va a servir de algo? La informaci¨®n podr¨¢ ser veraz y la realidad s¨®lida o l¨ªquida, lo que m¨¢s le convenga a quien la describa, y a pesar de todo puede que nosotros seamos cada vez m¨¢s virtuales. Mis 1.743 amigos de Facebook, guapos, rubios y saludables, sonr¨ªen con cara de tonto. No les veo las piernas.
Francesc Ser¨¦s es escritor.
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