El entrevistado
Una entrevista de tres minutos en la BBC a un especulador financiero corre como la p¨®lvora por Internet. Lo que dice no es algo que no hayamos escuchado. Que el mundo est¨¢ en manos de Goldman Sachs y no de los l¨ªderes pol¨ªticos. Que los mismos que han provocado esta crisis se beneficiar¨¢n de ella. Que as¨ª ocurri¨® en el crash del 29. Que en un a?o millones de peque?os ahorradores perder¨¢n su dinero. Que lo perder¨¢n porque van a quedarse de brazos cruzados dado que ignoran c¨®mo poner a buen recaudo lo que han ganado con esfuerzo. Que para ¨¦l y otros como ¨¦l, agentes, brokers, inversores (que a diferencia nuestra saben c¨®mo actuar), se abre una gran posibilidad de enriquecimiento. Que ¨¦l personalmente sue?a todas las noches con una gran recesi¨®n. Que el euro se hunde. Que los mercados no creen en el fondo de rescate. Tres minutos inolvidables. Y lo dice sin que le tiemble la voz o sin que parezca experimentar aquello tan antiguo que se llamaba empat¨ªa con la desgracia ajena, o culpa. O remordimiento, palabra en desuso. Por algo ser¨¢.
La ministra Salgado lo ha tachado de inmoral. Lo es a primera vista. Pero, sin entrar a opinar sobre si el vaticinio de este individuo vestido de limpio se cumplir¨¢ o no, la impresi¨®n que tenemos muchos es que, al menos, ha sido el primero en expresar sin pudor que los ciudadanos estamos vendidos. Al menos hemos de agradecerle una insensata sinceridad.
Pero antes de calificar a este tipejo de desgraciado tengo la esperanza de que en realidad se trate de un activista disfrazado de desgraciado. Podr¨ªa ser un integrante de la organizaci¨®n Yes Men. No ser¨ªa la primera vez que alguno de sus miembros trata de desenmascarar las verdaderas intenciones que esconden discursos construidos para la autodefensa y el enga?o. Otra forma de hacer periodismo: poni¨¦ndose en la piel del entrevistado.
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