El poeta Iborra muri¨® al intentar recuperar la bicicleta de un amigo

Pasadas las 1.30 horas de la madrugada del jueves, el poeta Salvador Iborra, de 33 a?os, charlaba en el bar Thales con Xavier, amigo y camarero del local, en el Barri G¨°tic de Barcelona. A ellos se sum¨® despu¨¦s Donielo Par¨¦s, de 61 a?os. El hombre regenta un aparcamiento junto al bar. "Yo le guardaba cada d¨ªa la bicicleta a Xavier para evitar que se la robasen", explic¨® ayer. Despu¨¦s de bajar la persiana, Par¨¦s acudi¨® al bar para devolverle la bicicleta a Xavier y se qued¨® un rato hablando con ellos.

"Luego los chicos se fueron a casa de Salvador, que quer¨ªa darle un libro a su amigo", explic¨® ayer Par¨¦s. Los hombres dejaron la bicicleta en la puerta. Al salir del piso, hab¨ªa desaparecido. "Dieron una vuelta por el barrio para intentar recuperarla, pero no la vieron", lament¨® Par¨¦s. Como era tarde, el amigo de Iborra se dio por vencido y se march¨®.

Entonces fue cuando el poeta, ya solo, encontr¨® a dos hombres con la bicicleta, delante de su casa, en el n¨²mero 12 de la calle de Palma de Sant Just. Al reprenderles, presuntamente, se inici¨® la pelea que acab¨® con Iborra apu?alado mortalmente. Los Mossos d'Esquadra detuvieron entre el jueves por la noche y ayer por y la ma?ana a los presuntos autores del crimen, Saodi M. y Zakaria Y. M., de nacionalidad marroqu¨ª, los dos con numerosos antecedentes por robos con fuerza.

Se da la coincidencia de que Iborra viv¨ªa en la misma escalera que los dos hombres acusados de darle muerte. Los detenidos ocupaban el entresuelo 1? del edificio. Iborra viv¨ªa en el 2? 1?. Ayer un trabajador se afanaba en cerrar la puerta del piso ocupado, que los Mossos d'Esquadra echaron abajo, seg¨²n los vecinos, para detener a uno de los acusados. Dentro, un par de colchones tirados en medio del desorden.

"Basta ya", repet¨ªa ayer Par¨¦s, angustiado. El hombre, amigo del poeta, protest¨® por la inseguridad en el barrio. Como ¨¦l, varios vecinos coincidieron en la queja. "Una persona muy inteligente, de gran humanidad, se ha ido para siempre", lament¨®, mientras atend¨ªa el aparcamiento donde trabaja.

Aleixandre y pistachos

En la puerta de la casa del poeta muerto hab¨ªa ayer una decena de velas, un ramo de claveles blanco y varios pu?ados de pistachos. Un hombre con acento extranjero se acerc¨® con celo y un papel, que enganch¨® en la pared. En ¨¦l, escrita a mano, la primera estrofa del poema Las ¨¢guilas, del espa?ol Vicente Aleixandre.

"No conoc¨ªa al chico, pero he sabido por los medios que era poeta. He pensado que quiz¨¢, all¨ª donde est¨¦, lo lea y le guste", explic¨®. Varios amigos del poeta y profesor fallecido le preparan un homenaje. El d¨ªa 13, en la sala L'Horiginal, rendir¨¢n tributo a Salvador Iborra.