Arrimados a Harlem
Podr¨ªamos atribuirlo a que Obama organizara aqu¨ª en marzo una cena para recaudar fondos para su campa?a a raz¨®n de 30.800 d¨®lares el plato. O a que Alicia Keys quede a cenar con Ralph Lauren en sus mesitas. O a que la mism¨ªsima Anna Wintour se plantara en una de sus fiestas. Algo tiene el caf¨¦ Red Rooster que ha logrado un constante peregrinaje de celebridades desde el Down-town neoyorquino al renacido barrio de Harlem.
Sin portero ni lista de puerta, con los vecinos del barrio por toda compa?¨ªa, las caras conocidas que acuden aqu¨ª se acogen a su atm¨®sfera familiar infinitamente m¨¢s relajada que las fiestas de moda cuajadas de curiosos y fans. Detr¨¢s de su ¨¦xito hay b¨¢sicamente alb¨®ndigas escandinavas, un gallo colorado y una suerte de Obama cocinero; nada de desgarrados literatos, ni estrellas del jazz, ni tampoco la certera pluma de James Baldwin.
Obama organiz¨® una cena para recaudar fondos a 30.800 d¨®lares el plato
El chef Marcus Samuelsson, icono de estilo que se rifan las revistas de moda, ex ni?o prodigio tras los fogones de Aquavit en Midtown y Merkato 55 en el Meatpacking, nacido en Etiop¨ªa y criado con su familia adoptiva en Suecia, tiene buena parte de culpa. Bajo el nombre de un m¨ªtico bar clandestino tom¨® hace un a?o este caf¨¦ a un par de calles del Apollo, donde triunfaron Ella Fitzgerald o Billie Holiday. A un paso queda tambi¨¦n la oficina de Bill Clinton, uno de los habituales a sus almuerzos junto con Bono, Michael Stipe o Paul McCartney. Cuesta conseguir reserva, pero en el bar, abierto los fines de semana hasta las 2.00, se les puede encontrar a la caza de una dosis de exotismo.
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