Atrapados en una sola pol¨ªtica
Estamos atrapados en una sola pol¨ªtica. Y lo estamos cuando m¨¢s necesitar¨ªamos que se discutiera de pol¨ªtica, cuando m¨¢s deber¨ªamos debatir de d¨®nde venimos y ad¨®nde vamos. Por todas partes se nos dice que no hay otra salida que la que se nos ofrece desde los Gobiernos (?) de Europa, de Espa?a, de Catalu?a o de Barcelona.
La promesa es que si eliminamos grasa, si hacemos acto de contrici¨®n por nuestros derroches pasados, si aceptamos que hay mucha gente que vive del cuento, si aceptamos que nos hemos de esforzar m¨¢s, todo volver¨¢ a sonre¨ªrnos, pero nada va a ser igual. Nos empecinamos en encomendarnos a quien pueda asegurarnos que pocas cosas van a cambiar. Con el "Virgencita, que me quede como estoy", muchos sectores sociales, muchas administraciones, muchas organizaciones, muchas empresas y muchas personas tratan de afrontar el cambio de ¨¦poca, pero no hay salida en el conservadurismo, sea ese conservadurismo de derechas o de izquierdas.
Hay poca gente en partidos, instituciones, sindicatos, patronal, dispuesta a repensar las cosas y afrontar las consecuencias
Solo hay salida si aceptamos que las cosas han de cambiar y que ello implica cambios en las estructuras de poder, en las formas de decidir, en la manera de entender el desarrollo, en nuestras pautas vitales. En este sentido, fue pat¨¦tico, en el ajetreado debate de pol¨ªtica general del Parlament, o¨ªr a Artur Mas contestar a Joan Herrera record¨¢ndole la URSS y los males de la econom¨ªa planificada, cuando el dirigente de ICV entr¨® en pol¨ªtica en la d¨¦cada de los noventa. Una respuesta sovi¨¦tica de Mas ante propuestas discutibles si se quiere, pero no estigmatizables con recursos obsoletos. Todo el debate tuvo un tono a?ejo, por repetitivo y previsible. Al final, se recordar¨¢ ese debate m¨¢s por los centenares de propuestas y el l¨ªo de votaciones que por su capacidad de sugerir caminos nuevos para el pa¨ªs. Mucha politiquer¨ªa, poca pol¨ªtica.
Ese es el problema. Hay poca gente en las instituciones, en los partidos, en los sindicatos, en las patronales, dispuesta a repensar las cosas y afrontar las consecuencias, incluso personales, de ese reset democr¨¢tico. En Europa estamos atrapados por la l¨®gica nacional-estatal y no somos capaces de afrontar un problema de regulaci¨®n financiera que requiere la escala adecuada. En Espa?a buscamos salida en un cambio de Gobierno que no resolver¨¢ nada. Y en Catalu?a quieren convencernos de que el problema lo tenemos nosotros, ya que la pol¨ªtica que sigue el Gobierno es la ¨²nica posible.
El mismo Sandro Rosell se esforz¨® en la asamblea de compromisarios en defender la "despolitizaci¨®n" del club, mientras apoyaba la incorporaci¨®n de Qatar en la camiseta. Dec¨ªa Ramon Besa que "a Rosell le falt¨® grandeza para hablar del pasado y talento para hablar del futuro". ?Cu¨¢nta verdad no solo aplicable al f¨²tbol! Nos hablan de recortes, de solidaridad, mientras dejan de pagar obligaciones contra¨ªdas. Si se nos piden sacrificios y se nos exige ser solidarios, ?no deber¨ªamos saber y participar en lo que va a acabar todo esto? ?O es que no lo saben? Si es as¨ª, como creo, ?no ser¨ªa mejor evitar la soberbia y la pedanter¨ªa propia de aquellos que est¨¢n totalmente seguros de hacia d¨®nde nos dirigimos?
Nos espera una campa?a electoral en la que el PP tratar¨¢ de evitar compromisos, el PSOE (?o mejor Rubalcaba?) prometer¨¢ todo aquello que no ha hecho y el resto procurar¨¢ sobrevivir. Y todo ello frente a una ciudadan¨ªa cada vez m¨¢s enrocada en sus cuitas, distante, pero expectante, y ansiosa por encontrar a alguien que diga la verdad y que haga pol¨ªtica, es decir, que hable de valores, de compromisos, y que explique que si no resolvemos el desenfreno del mercado financiero, no saldremos de esta.
El otro d¨ªa, el Banco Internacional de Pagos de Basilea ((BIS) certific¨® que el 25% de las transacciones financieras del mercado las generaban las HFT o m¨¢quinas de contrataci¨®n de alta frecuencia, m¨¢quinas que, sin control humano alguno, utilizan algoritmos que deciden operaciones en apenas cinco segundos. Y mientras, hablamos de que con sacrificios recuperaremos la confianza de los mercados. Necesitamos m¨¢s pol¨ªtica, mejor pol¨ªtica.
Joan Subirats es catedr¨¢tico de Ciencia Pol¨ªtica de la UAB.
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