La canci¨®n de Espronceda
Viento en popa, a toda vela, no corta el mar sino vuela, el PSOE hacia el disparadero a bordo de un polvor¨ªn. Aquel partido que llamaban, por sus resultados, el temido, y que lleg¨® a gobernar Espa?a del uno al otro conf¨ªn, va directo al acantilado, en medio de una tormenta, que empieza a no tener fin. Sin rumbo y abandonado a su suerte, Rubalcaba y Gri?¨¢n en la popa, las Generales a un lado, las Auton¨®micas al otro, y all¨¢ a su frente la crisis, hiriendo a Europa de muerte, sin ideas ni bonanza, sin capacidad de torcer el viento, sin ideolog¨ªa ni templanza.
Espronceda lo clav¨®. Yo no tanto, ya lo s¨¦, pero admitir¨¢n que al PSOE le est¨¢ pasando lo que al pirata de la canci¨®n, que navega en medio del oleaje, virando cada d¨ªa a todo trapo, pero m¨¢s perdido que el barco del arroz. La crisis econ¨®mica se ha convertido en una tormenta perfecta contra el partido en el Gobierno, ya sea en Espa?a, Francia, Alemania o Estados Unidos. Los envites de los mercados no dan tregua y est¨¢n echando por la borda la credibilidad de los dirigentes, los derechos laborales y el Estado del Bienestar. El dinero es su tesoro, su Dios Goldman Sachs, su ley, la codicia y el miedo, su ¨²nica meta, trincar.
Lo que no advirti¨® Espronceda en su canci¨®n es que los diez ca?ones por banda se iban a poder disparar contra su propio barco, o que fueran sus bravos marineros los que inundaran a prop¨®sito la sala de m¨¢quinas. Esto es lo que le est¨¢ ocurriendo al PSOE, que sale a ca?onazo en la quilla por semana con r¨¢fagas procedentes de fuego amigo. Cuando no ocurre en C¨¢diz, con la elecci¨®n de la tripulaci¨®n, sucede en M¨¢laga con la recogida de un tr¨¢nsfuga al que pusieron a pilotar una de las naves y termin¨® recalificando el bergant¨ªn. En Andaluc¨ªa, se suceden los naufragios pol¨ªticos, pero ninguno de los que provocaron este desaguisado acab¨® tirado por la borda. La normalidad consiste en aguantar el temporal, cada uno en el virreinato de su provincia, viento en popa, a toda vela, de cabeza hacia el acantilado. Aqu¨ª, los capitanes no abandonan el cargo ni con agua del mar hirviendo.
En el PSOE hace meses que muchos dirigentes no trabajan para ganar unas elecciones que saben, de antemano, p¨¦rdidas. Las generales se celebran el 20-N, pero los generales en sus provincias est¨¢n acumulando munici¨®n para el 21-N. La situaci¨®n es simple. Se trata de los preparativos para la verdadera batalla, la que se producir¨¢ despu¨¦s del recuento. Los unos, utilizando su jerarqu¨ªa, las listas electores y los escasos cargos p¨²blicos que van quedando para rodearse de incondicionales con vistas al d¨ªa del ajuste de cuentas. Para ello, da igual las capacidades de cada uno. Lo importante, es la destreza con la espada. Los otros, agazapados en las trincheras, vi¨¦ndolas venir, sabiendo muy bien lo que viene, y armados hasta los dientes. Desde hace tiempo, lo ¨²nico que parece que importa ya son los restos del naufragio y la pelea consiste en hacerse fuerte en primera l¨ªnea de costa. Ya saben que, en los naufragios, los primeros que llegan se reparten los restos del bot¨ªn.
Nunca un fort¨ªn estuvo m¨¢s desprotegido. Y nunca un abordaje result¨® m¨¢s f¨¢cil para los contrincantes. El PP tiene los vientos a favor, llega con la bandera de conveniencia y esconde las ideas de su capit¨¢n. Adem¨¢s, nadie pierde su sitio en el barco a la hora de arriar velas. No s¨®lo Mariano Rajoy, sino tambi¨¦n Javier Arenas, ha realizado ya el reparto del bot¨ªn, antes incluso de encontrar la isla del tesoro. Y tienen a toda la tripulaci¨®n a sus pies, en medio de muchos cantos de sirena.
Con diez ca?ones por bando -por cada bando del PSOE-, voto en popa, a toda bola, el d¨ªa del recuento, no cortar¨¢n el mar, sino volar¨¢n, los cuchillos en las sedes, que quiz¨¢s, de haberlo sabido, hubiera cantado "Esproncede"..., que me rima mejor que Espronceda.
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