El papel de Latinoam¨¦rica en Oriente Pr¨®ximo
Cuando la Organizaci¨®n de Naciones Unidas vot¨® a favor de lo que se conoce como la partici¨®n de Palestina, creando as¨ª el Estado de Israel hace 64 a?os, para luego admitirlo como miembro de pleno derecho en la flamante organizaci¨®n, varios pa¨ªses de Am¨¦rica Latina se abstuvieron -Brasil, El Salvador, Argentina, Colombia, Chile, Honduras- o votaron en contra de las resoluciones pertinentes -Cuba-. M¨¦xico se abstuvo sobre la partici¨®n, pero vot¨® a favor de admitir a Israel en las Naciones Unidas pocos meses despu¨¦s y, m¨¢s tarde, reconoci¨® el Estado jud¨ªo. De hecho, el Gobierno mexicano confes¨® que prefer¨ªa no tomar partido en el embrollo de Oriente Pr¨®ximo.
Hoy, con el fin de convertirse en miembro cabal de la ONU, la Autoridad Palestina (AP) ha solicitado al Consejo de Seguridad que recomiende a la Asamblea General su admisi¨®n. Esto puede o no suceder; de no darse, el simple cambio del estatuto actual de la Autoridad Palestina a uno igual al del Vaticano le permitir¨ªa a la AP participar en varios organismos de la ONU, incluyendo la Corte Penal. Para ello solo se necesitan dos tercios de los votos en la Asamblea.
Los BRICS deben cambiar su pol¨ªtica exterior si quieren tener m¨¢s peso en la escena internacional
Ya no vale invocar la no intervenci¨®n o la primac¨ªa de la soberan¨ªa nacional sobre todo lo dem¨¢s
Ahora bien, la sustancia estrictamente jur¨ªdica o burocr¨¢tica no es lo esencial en este caso. Obligar a Estados Unidos a utilizar su veto en el Consejo de Seguridad, u obtener m¨¢s de unos 150 votos de los 193 Estados miembros de la ONU en la Asamblea, implicar¨ªa una enorme derrota para Israel y Washington. De ah¨ª que todos los votos cuenten y que los de Am¨¦rica Latina sean especialmente importantes. Los dos miembros latinoamericanos del Consejo ya han expresado c¨®mo piensan votar: Brasil, a favor de la admisi¨®n; Colombia se abstendr¨¢. La mayor¨ªa de los pa¨ªses de Am¨¦rica Latina probablemente votar¨¢n a favor de alg¨²n tipo de fortalecimiento del estatuto de la Autoridad Palestina, aunque Chile y M¨¦xico a¨²n no han definido su postura. La comunidad jud¨ªa en Estados Unidos y, en menor medida, la Administraci¨®n de Obama, han intentado convencer a estos pa¨ªses de que no se ganar¨ªa nada mediante el aislamiento de Israel (y de Washington, para el caso) en este tema -poco cambiar¨ªa en el terreno, incluso con el reconocimiento pleno del Estado palestino, si Israel y Estados Unidos no lo aceptan- y mucho podr¨ªan perder M¨¦xico y Chile al distanciarse de un aliado importante, en cuestiones que le importan.
La moraleja de toda esta historia es que la regi¨®n no ha hablado con una sola voz sobre estos temas cruciales. Tampoco lo hizo hace m¨¢s de medio siglo, en 1947, cuando Am¨¦rica Latina quiz¨¢ pesaba menos que hoy en la econom¨ªa mundial, pero mucho m¨¢s en las Naciones Unidas, ya que casi la mitad de los miembros de la ONU que votaron en las dos decisiones antes mencionadas pertenec¨ªan a Iberoam¨¦rica. Ni entonces ni ahora, la mayor¨ªa de estos pa¨ªses ha adoptado una postura de principio -a favor o en contra de Israel, a favor o en contra de los palestinos-. Han actuado m¨¢s bien por conveniencia,dependiendo entonces y ahora del peso relativo y de la estridencia de las comunidades de jud¨ªos o ¨¢rabes en cada sociedad, y de la insistencia de Washington, del bloque socialista o del ALBA integrado por Cuba, Venezuela, Nicaragua, Bolivia y Paraguay.
Esta falta de convicci¨®n de los latinoamericanos en asuntos tan graves -con la excepci¨®n de los pa¨ªses del ALBA, que poseen las convicciones equivocadas, pero tienen la virtud de creer en ellas casi religiosamente- ha excluido a la regi¨®n de otros temas internacionales importantes, como la reciente crisis en Libia y la actual en Siria. En lo que respecta a la resoluci¨®n de la ONU para el establecimiento de una zona de exclusi¨®n a¨¦rea y de protecci¨®n civil en Libia, Brasil, junto con los otros BRICS y aspirantes a potencia mundial como India, se abstuvo, al igual que China y Rusia; Sud¨¢frica vot¨® a favor a rega?adientes y debido a una presi¨®n personal de Barack Obama. Y ahora en el intento de europeos y norteamericanos para imponerle sanciones de la ONU a Bachar el Assad de Siria, los BRICS han ido de mal en peor.
En primer lugar enviaron una misi¨®n de tres pa¨ªses (Brasil, India y Sud¨¢frica) a Damasco, en una lamentable analog¨ªa con el camino de San Pablo, para "persuadir" a El Assad de dejar de asesinar a su pueblo. Huelga decir que el dictador din¨¢stico no respondi¨® que "s¨ª, efectivamente, hab¨ªa matado a unos cuantos miles aqu¨ª y all¨¢, pero ahora que lo mencionaban sus amigos, tratar¨ªa de ser m¨¢s cuidadoso". Sigui¨® haciendo lo mismo.
Luego emitieron declaraci¨®n tras declaraci¨®n afirmando que Siria no era Libia, que no permitir¨ªan otra intervenci¨®n de Occidente para lograr un cambio de r¨¦gimen en otro pa¨ªs ¨¢rabe, bajo el pretexto de la responsabilidad de proteger y de consideraciones humanitarias, solo porque su gente parec¨ªa molesta con el dictador local.
En palabras de Ken Roth, director ejecutivo de Human Rights Watch: "Est¨¢n castigando al pueblo sirio, ya que no estaban contentos con que la OTAN haya tomado la iniciativa de proteger a los civiles en Libia y la haya transformado en un mandato para el cambio de r¨¦gimen. Acertada o no esa decisi¨®n, constituye un grave error penalizar al pueblo sirio por ello. Ese no es el tipo de liderazgo que se espera de posibles futuros miembros permanentes del Consejo de Seguridad".
Las naciones m¨¢s grandes de Am¨¦rica Latina, junto con los dem¨¢s BRICS, buscan un papel m¨¢s destacado en el mundo, pero este no es el camino para lograrlo. Seguir invocando tesis como la no intervenci¨®n o la primac¨ªa de la soberan¨ªa nacional sobre todo lo dem¨¢s fue muy v¨¢lido para estos mismos pa¨ªses en otra ¨¦poca, y lo sigue siendo para otras naciones a¨²n en la era actual. Pero es incompatible con la transformaci¨®n de algunos en potencias mundiales en el ¨¢mbito diplom¨¢tico.
China e India son ya potencias econ¨®micas mundiales, por la fuerza misma de los hechos. Pero traducir esa jerarqu¨ªa a posiciones de fuerza o prestigio en la arena pol¨ªtica internacional es otra cosa. Para ello, resulta imperativo asumir responsabilidades en momentos cr¨ªticos como las coyunturas libia y siria, como la creaci¨®n del Estado palestino, en temas cruciales como el programa de enriquecimiento nuclear de Ir¨¢n o de las violaciones de los derechos humanos en m¨²ltiples pa¨ªses. Ello no implica alinearse con las potencias occidentales, pero tampoco mantener las posiciones de anta?o.
Am¨¦rica Latina, por una parte, y los BRICS por la otra, solo podr¨¢n alcanzar el papel internacional al que aspiran si cumplen con los compromisos que dicho papel entra?a. Hay alguna que otra se?al alentadora, pero son solo eso: se?ales. Falta mucho m¨¢s.
Jorge Casta?eda fue canciller mexicano y es profesor de la Universidad de Nueva York y de la Universidad Nacional Aut¨®noma de M¨¦xico.
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