Que hable el pueblo del S¨¢hara Occidental
La primavera ¨¢rabe nos ha dejado un mensaje muy claro: el pueblo debe hablar. En el norte de ?frica y en Oriente Pr¨®ximo, el pueblo clama por su derecho a elegir sobre su futuro.
Pero existe un lugar en el que ese grito desesperado est¨¢ siendo silenciado. El territorio del S¨¢hara Occidental, la ¨²ltima colonia de ?frica, se halla bajo ocupaci¨®n marroqu¨ª desde 1975. Hoy, el pueblo saharaui sufre represi¨®n, violencia y encarcelamiento si trata de reclamar sus derechos. Esto incluye su derecho fundamental a decidir el futuro de su pa¨ªs. Este derecho ha sido refrendado en repetidas ocasiones por el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas y, por extensi¨®n, por Estados Unidos.
Se han producido manifestaciones y protestas en el territorio desde el pasado mes de noviembre, pero han pasado pr¨¢cticamente inadvertidas porque el Gobierno marroqu¨ª impide el acceso al S¨¢hara Occidental a toda la prensa internacional. La misi¨®n de paz de Naciones Unidas en el territorio no tiene potestad para monitorizar la situaci¨®n de los derechos humanos. Ning¨²n pa¨ªs en el mundo reconoce la ocupaci¨®n marroqu¨ª del S¨¢hara Occidental y, a pesar de ello, se permite que contin¨²e.
Espa?a y la UE deber¨ªan presionar a Marruecos, pero han preferido defender sus intereses comerciales
Hoy estoy en Nueva York para dirigirme a la IV Comisi¨®n de las Naciones Unidas como un ciudadano de a pie que, cansado de ver c¨®mo la injusticia perdura ante la pasividad de sus Gobiernos, se siente en la obligaci¨®n de recordarle a sus l¨ªderes sus responsabilidades y para pedirles que:
1. Finalmente se d¨¦ la oportunidad al pueblo del S¨¢hara Occidental de votar libremente sobre su futuro, como garantiza el plan acordado con el respaldo de Naciones Unidas.
2. El mandato de la misi¨®n de paz en el S¨¢hara Occidental incluya la monitorizaci¨®n y protecci¨®n de los derechos humanos b¨¢sicos del pueblo saharaui.
Es extraordinario que sea la ¨²nica misi¨®n de paz de Naciones Unidas desde 1978 que no incluya la monitorizaci¨®n de los derechos humanos. La ONU prometi¨® al pueblo del S¨¢hara Occidental la autodeterminaci¨®n en 1991, cuando el Plan de Paz acordado entre Marruecos y el Frente Polisario, que representa al pueblo saharaui, fue refrendado por el Consejo de Seguridad de la ONU. El Plan de Paz establec¨ªa la organizaci¨®n de un refer¨¦ndum en un plazo de seis meses para decidir si el S¨¢hara Occidental deb¨ªa ser independiente o formar parte de Marruecos. El refer¨¦ndum nunca se convoc¨®. A pesar de haberlo acordado, Marruecos hoy se niega a tener en cuenta siquiera la posibilidad de llevar a cabo un refer¨¦ndum en el que se vote la independencia. Han transcurrido d¨¦cadas de negociaciones en Naciones Unidas, se han adoptado numerosas resoluciones, pero la triste realidad es que el mundo no ha hecho nada para implementar lo que todos hab¨ªan acordado: que el pueblo pudiera votar de forma libre y justa.
En vez de utilizar su asociaci¨®n privilegiada con Marruecos para influir en el progreso de la situaci¨®n del S¨¢hara Occidental, la Uni¨®n Europea elige ignorar la disputa y centrarse en las oportunidades comerciales. Por ejemplo, la UE paga a Marruecos para poder pescar en las aguas del S¨¢hara Occidental, infringiendo la legalidad internacional. Mi propio pa¨ªs debe hacer un examen de conciencia: como expotencia colonizadora, Espa?a deber¨ªa ser el primero en presionar a la Uni¨®n Europea para que busque una soluci¨®n. En lugar de ello, Espa?a elige proteger el acceso de su flota pesquera a las aguas del S¨¢hara Occidental.
Mientras Marruecos trata de posponer las negociaciones auspiciadas por la ONU e instala a colonos marroqu¨ªes en el territorio, 150.000 refugiados saharauis languidecen en campos de refugiados en el desierto del S¨¢hara, donde buscaron refugio tras la invasi¨®n de 1975. He tenido la oportunidad de visitar esos campos. La dignidad y el valor de los refugiados no pueden ocultar el desesperado sufrimiento que soportan, ni la desesperaci¨®n de un pueblo al que la comunidad internacional prometi¨® una libertad que nunca ha llegado.
Esta situaci¨®n es vergonzosa. Pero tenemos la oportunidad de cambiarla. El enviado especial Christopher Ross ha estado trabajando para forjar un acuerdo entre Marruecos y el Frente Polisario. Estados Unidos y Naciones Unidas deben decir a Marruecos que ha llegado la hora de permitir que el pueblo saharaui decida su futuro. Marruecos no puede retrasar este proceso indefinidamente, u ofrecer una aparente autonom¨ªa al territorio, que sigue estando lejos del derecho a votar por su independencia. En su discurso del 19 de mayo, sobre el futuro de Oriente Pr¨®ximo, Obama mencion¨® varias veces la autodeterminaci¨®n: el pueblo debe poder decidir su futuro. Esto es todo lo que reclama el pueblo saharaui. Se les ha prometido, pero se les ha negado continuamente. Treinta y seis a?os despu¨¦s, el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas tiene la posibilidad de cambiar esta terrible injusticia. Que hable el pueblo.
Javier Bardem, actor, es portavoz de la plataforma Todos con el S¨¢hara y actualmente rueda con ?lvaro Longoria un documental titulado Hijos de las nubes sobre el conflicto del pueblo saharaui.
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