Los guantes mejor preparados
Espa?a, con Casillas, Vald¨¦s, Reina, De Gea o Diego L¨®pez, innova para optimizar el rendimiento de los porteros - Sus t¨¦cnicos, ya con t¨ªtulo oficial, usan m¨¢quinas y ejercicios de tenis y b¨¦isbol
Una inadvertida revoluci¨®n se ha larvado durante la ¨²ltima d¨¦cada en el f¨²tbol espa?ol. Sus resultados ya se aprecian incluso en otras Ligas, que lo tienen como referencia al m¨¢s alto nivel en la porter¨ªa, capaz de nutrir con Casillas y Vald¨¦s a los dos grandes del campeonato, el Madrid y el Barcelona, y exportar el lujoso excedente al Manchester United y el Liverpool, defendidos por De Gea y Reina. El emergente rendimiento de una clase media cada vez m¨¢s sobresaliente, en la que destacan porteros como Javi Varas, Guaita y Diego L¨®pez, alerta sobre el trabajo de un colectivo que ha pasado de inexistente a imprescindible, presente en todos los equipos del f¨²tbol profesional y en la mayor¨ªa de los de la Segunda B y que desde esta temporada ha salido del limbo normativo en el que estaba: todo el que quiera ejercer como entrenador de porteros en Primera y Segunda deber¨¢ tener la titulaci¨®n oficial de la UEFA expedida por la Federaci¨®n Espa?ola (FEF). Con ella pueden incluso sentarse en los banquillos, situaci¨®n hasta ahora vedada.
Ochotorena destaca la revoluci¨®n de Hoek: "?l hizo que el meta lance el contragolpe"
La Real Sociedad utiliza un artilugio que dispara el bal¨®n a 160 kil¨®metros por hora
"Es esencial que, por fin, tengamos un reconocimiento legal", matiza Jos¨¦ Sambade, el t¨¦cnico de los guardametas del Deportivo y director del curso de especialista en preparaci¨®n de porteros que organiza la FEF, semillero que mezcla en sus aulas a arqueros en activo, reci¨¦n retirados y licenciados en Ciencias del Deporte con vocaci¨®n t¨¦cnica. "Lo que m¨¢s me sorprende es verme con gente de mucho recorrido que busca un sitio para reflejar ideas y compartir conocimiento", apunta Sambade. "Antes no quedaba m¨¢s remedio que prepararnos entre nosotros. Hac¨ªamos cuatro cosas que sab¨ªamos y listo", detalla Jos¨¦ Manuel Ochotorena, cancerbero amamantado en el Madrid, que desde 1979 hasta su retirada, en 1996, jam¨¢s tuvo un entrenador espec¨ªfico. Desde entonces ha trabajado con los mejores en el Valencia, el Liverpool y la selecci¨®n espa?ola: "Ofrecemos preparaci¨®n, pero tambi¨¦n una cercan¨ªa para comentar cosas ¨ªntimas. Quien se ha puesto unos guantes sabe lo complicados que son los momentos previos al partido. Hay que estar preparado mentalmente".
Bajo los palos hay responsabilidad, pero tambi¨¦n ansia por innovar. Sambade dice que no se reconoce en lo que hac¨ªa hace 10 a?os. "Y espero no hacerlo tampoco dentro de otros 10", matiza. "Es importante que vivamos en la inquietud", corrobora Roberto Navajas, preparador en la Real Sociedad, una casa en la que ese encargo adquiere una dimensi¨®n que entronca con a?os de tradici¨®n. "Pero antes", tercia, "no se trabajaba con los porteros de manera especial. En Gipuzkoa sal¨ªan por cultura, por el efecto emulaci¨®n". Navajas, riojano, lleg¨® a Zubieta cuando era un cadete. Se encontr¨® a Arconada, con el que comparti¨® vestuario durante tres temporadas: "Mi forma de trabajar ahora viene marcada por lo que viv¨ª en ese tiempo como jugador. Esa velocidad, esa potencia y liderazgo... Es muy dif¨ªcil volver a encontrar un portero igual. Si tuviera los pies de Claudio Bravo, ser¨ªa el mejor de la historia, seguro".
Pero Arconada, portentoso como era, tambi¨¦n fallaba. Incluso hay quien le recuerda m¨¢s por ello que por su trayectoria, que tuvo continuidad incluso tras monumentales pifias. "Es muy importante asumir un error, absorberlo. No tolerarlo es incompatible con el puesto. Por eso buscamos gente lo m¨¢s estable posible. El error te hace crecer. El acierto, no tanto. Tenemos que formar porteros autocr¨ªticos", pide Sambade.
"Se puede trabajar m¨¢s en la gesti¨®n del error", coincide Ochotorena; "tenemos casos de porteros con grandes condiciones a los que les cuesta estar a la altura ante situaciones de riesgo". El trabajo diario busca generar situaciones nuevas y cambiantes. "Es imprescindible el factor sorpresa, que no sepan lo que van a hacer, porque adaptarse a situaciones que no puede controlar es parte del trabajo de un guardameta", reflexiona Navajas.
El desaf¨ªo propicia que el ingenio se agudice. Hace tiempo, el preparador de la Real Sociedad vio en un torneo de cadetes un artefacto que le llam¨® la atenci¨®n. Busc¨® y lo encontr¨® en una web de Estados Unidos. Ahora, en Zubieta, trabaja con una m¨¢quina que lanza balones hasta a 160 kil¨®metros por hora. A Roberto Carlos se le llegaron a medir disparos a 110. Claro que el artilugio a¨²n no ofrece efectos tan endiablados como los del brasile?o. "El funcionamiento es similar al de las que emplean en el tenis o el b¨¦isbol. Ayuda a trabajar la puesta en acci¨®n explosiva porque, cuando golpea un delantero, el portero ya anticipa con la carrera o el gesto por d¨®nde puede ir el chut. Con la m¨¢quina no tiene esa informaci¨®n".
Con todo, los t¨¦cnicos ense?an ahora a algo m¨¢s que a parar. "Es esencial integrar a los porteros en el juego colectivo", estima Ochotorena, que ve un antes y un despu¨¦s en el f¨²tbol espa?ol con la llegada de Frans Hoek, preparador que se sum¨® en 1997 al Bar?a con Louis van Gaal. "Sorprendi¨® a todos. Cambi¨® m¨¦todos e integr¨® al ¨²ltimo hombre en el entramado t¨¢ctico del equipo. Para ¨¦l, era vital el portero no solo en la fase defensiva, sino tambi¨¦n en la ofensiva. Antes valor¨¢bamos m¨¢s el trabajo en base al cansancio o la exigencia y ¨¦l dio un vuelco al tipo de preparaci¨®n que se hac¨ªa en nuestro f¨²tbol. Vald¨¦s y Reina llevan su sello", dice. "Con ¨¦l", a?ade, "todo ten¨ªa que ver con el juego del equipo. Hab¨ªa que ser capaz de cubrir espacios tras la defensa y empezar el contragolpe".
El nivel ha subido y la sofisticaci¨®n es un cl¨¢sico. Ya no extra?a trabajar los reflejos con pelotas de tenis o bajo presi¨®n inducida. Los juegos y la preparaci¨®n mental alumbran ejercicios curiosos. Arnau, que trabaj¨® con Hoek en el Bar?a, detalla c¨®mo en el M¨¢laga, su ¨²ltimo destino, su preparador se pon¨ªa tras una porter¨ªa y le detallaba a gritos todos sus errores: "Mientras tanto, segu¨ªan llegando los balones y hab¨ªa que pararlos". Al final, la exigencia y la formaci¨®n han generado una dispersi¨®n del talento. Por todo el pa¨ªs proliferan las escuelas de base. "Antes era inaudito, pero ahora no todos los ni?os quieren marcar goles", concluye Sambade.
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