El ADN demuestra que el 8,6% de lo que se vende como merluza no es tal

Merluza sudamericana, chilena, merluza negra. Pero tambi¨¦n panga o granadero. El 8,6% del pescado que se comercializa en Espa?a como merluza europea -m¨¢s conocida como merluza del Cant¨¢brico- no lo es. Subespecies m¨¢s baratas -pueden llegar a costar la mitad- y de menor calidad, o incluso otros peces que nada tienen que ver con la merluza, son comercializados como si lo fueran. Es lo que concluye una investigaci¨®n del Consorcio Internacional de Periodistas de Investigaci¨®n (ICIJ, por sus siglas en ingl¨¦s), que ha analizado el ADN de 150 ejemplares de distintos lotes comprados en la Comunidad de Madrid. La muestra, estudiada en los laboratorios de la Universidad de Oviedo, se limita a Madrid porque es el segundo mercado de pescado del mundo. Las autoridades nacionales creen que el error no es un problema de salud p¨²blica. Hablan de "fraude comercial" y "fallos en el etiquetado".

Medio Rural y Marino y Consumo no ven problemas de salud p¨²blica

Cepesca dice que la investigaci¨®n es "interesada" y que no hay enga?o

Errores que han llevado a El Corte Ingl¨¦s a retirar y destruir un lote de 1,4 toneladas de pescado congelado de su marca Aliada etiquetado como merluza argentina cuando en realidad era otro pez com¨²nmente llamado merluza de cola pero que ni siquiera es de la misma especie. Un pescado de menor calidad. Tambi¨¦n mucho m¨¢s barato, seg¨²n los expertos de la Universidad de Oviedo.

Los grandes almacenes, que confirmaron con sus propios an¨¢lisis los resultados del ICIJ, sostienen que el error procede del fabricante y se debe a que ambos pescados se capturan en la misma zona de pesca, la Fao 41, en el Atl¨¢ntico Sur.

La investigaci¨®n, firmada por Mar Cabra, Marcos Garc¨ªa Rey y Kate Willson, detect¨® errores como este -o m¨¢s graves, que vend¨ªan como merluza otro pez-, tanto en pescados frescos como en congelados vendidos en supermercados como Alcampo, Carrefour o Eroski. Tambi¨¦n en pescader¨ªas m¨¢s peque?as, como El Bierzo. En esta tienda del mercado de Los Mostenses, en el centro de Madrid, se encontr¨® uno de los casos m¨¢s claros: panga (un pescado muy barato capturado en Vietnam sospechoso en ocasiones de contaminaci¨®n) que se vend¨ªa como merluza. Un suceso "aislado", seg¨²n el gerente de la pescader¨ªa, que sostiene que puede deberse a que un ejemplar de panga "saltase a la zona que alberga las merluzas".

Los supermercados se escudan en un error humano y puntual. Afirman que siguen estrictos controles de calidad para certificar los productos que venden. No obstante, en los congeladores de Alcampo se detectaron dos lotes de producto mal etiquetados provenientes del exportador Freiremar. Uno de ellos identificaba como merluza lo que realmente era granadero, un pescado poco consumido en Espa?a y de menor valor. Un error que Freiremar, seg¨²n recoge la investigaci¨®n de ICIJ, a¨²n no se explica. El exportador solicit¨® a Alcampo la retirada del lote implicado "por precauci¨®n" y para realizar sus propias pruebas. El pescado, sin embargo, ya se hab¨ªa vendido. Una portavoz de estos supermercados, que expone que ha pedido explicaciones a Freiremar, asegura que el pescado del mismo tipo proveniente del exportador -57 kilos- fue retirado y se est¨¢ analizando.

La legislaci¨®n europea obliga a que todo lo que se vende en la UE est¨¦ identificado desde su captura hasta su venta. Son las autoridades de los pa¨ªses quienes verifican si lo que se vende es realmente lo etiquetado. Una portavoz del Ministerio de Medio Rural y Marino asegura que las competencias de inspecci¨®n, tanto en puertos como en los lugares de venta, es de las autonom¨ªas. Cree, adem¨¢s, que el informe de ICIJ no arroja "conclusiones representativas". "Es una muestra peque?a recogida solo en Madrid", dice.

Un argumento que repite el Ministerio de Sanidad y Consumo. En cualquier caso, "no es un asunto que sugiera problemas de salud alimentaria, sino de etiquetado", sostiene un portavoz del ministerio que dirige Leire Paj¨ªn, que habla de que lo ocurrido es m¨¢s bien un "fraude comercial". Opini¨®n que comparte Medio Rural y Marino.

La investigaci¨®n del ICIJ, sin embargo, ratifica las conclusiones de otras. Como la realizada por investigadores griegos y espa?oles que en marzo reflejaban un problema incluso mayor: un 40% de la merluza que se vende en Espa?a est¨¢ mal etiquetada. Este estudio no hall¨® otros pescados, solo subespecies de menor valor.

En 2010, las autoridades de Madrid realizaron 59 an¨¢lisis de verificaci¨®n de especie. De ellos, 22 los hizo Ayuntamiento. Un n¨²mero que Jos¨¦ Manuel Torrecilla, gerente de Madrid Salud, reconoce escaso. "Estamos iniciando esta actividad porque no es una prioridad de salud p¨²blica. Lo primero es garantizar que el pescado que se vende es seguro", dice Torrecilla, que insiste en que lo que ocurre no es un problema de salud p¨²blica, sino de fraude.

La cadena desde que se pesca el ejemplar hasta el plato es extensa. Por eso, los expertos ven dif¨ªcil identificar una sola causa para el fraude. Stefano Mariani, bi¨®logo marino de la Universidad de Dubl¨ªn, apunta a las cuotas que los pescadores deben cumplir como una de ellas. Pero hay m¨¢s, el de la merluza es un mercado jugoso. En Espa?a -que importa el 60% de este producto que llega a la UE- sus ventas mueven casi 1.200 millones de euros al a?o. El negocio es amplio: hay 12 tipos de merluza, y algunas como la sudafricana son muy baratas. Otras, como la europea, se pagan caras.

La Confederaci¨®n Espa?ola de Pesca (Cepesca), que agrupa a empresas pesqueras, armadores y trabajadores del sector, critica la investigaci¨®n de ICIJ. Aseguran que la organizaci¨®n tiene intereses "ambientalistas" y que la muestra no es representativa. No obstante, sostienen que en cualquier caso no puede hablarse de fraude comercial porque la legislaci¨®n espa?ola no obliga a que el etiquetado especifique el nombre cient¨ªfico del pescado. "Solo la denominaci¨®n comercial, as¨ª que tanto la merluza merluccius [la europea] como la hubbsi [la sudamericana] son merluza", esgrime una portavoz. Esta organizaci¨®n se muestra partidaria de que el nombre cient¨ªfico se muestre en el producto. Tambi¨¦n de que los an¨¢lisis de ADN se extiendan como m¨¦todo de control. El Ayuntamiento de Madrid asegura que este a?o duplicar¨¢ estas pruebas, que no son obligatorias. El Corte Ingl¨¦s las ha incluido en su protocolo tras lo ocurrido.