Obama: "La protesta refleja la frustraci¨®n"
El presidente de EE UU considera que el auge del movimiento de los indignados es una respuesta popular a la peor crisis que vive el pa¨ªs desde la Gran Depresi¨®n
Barack Obama dijo ayer, en su primera alusi¨®n a las protestas organizadas bajo el emblema de Ocupa Wall Street, que ese movimiento "refleja la frustraci¨®n" del pueblo norteamericano por la peor crisis econ¨®mica desde la Gran Depresi¨®n. Con esta declaraci¨®n, el fen¨®meno que empez¨® como una expresi¨®n marginal y que nunca ha generado movilizaciones significativas, entra en el centro del debate pol¨ªtico en Estados Unidos en un momento hist¨®rico en que la confusi¨®n ideol¨®gica y la decepci¨®n con el sistema prenden aqu¨ª como lo han hecho en otras partes del mundo.
Las personas que respaldan Ocupa Wall Street "dan voz a una frustraci¨®n de m¨¢s amplio espectro sobre el funcionamiento de nuestro sistema financiero", dijo el presidente en una conferencia de prensa. Obama no profundiz¨® m¨¢s sobre el alcance pol¨ªtico o las consecuencias de ese movimiento, pero el vicepresidente, Joe Biden, en una entrevista concedida tambi¨¦n ayer, precis¨® que las protestas iniciadas en las calles de Nueva York "tienen mucho en com¨²n con el Tea Party".
El vicepresidente Biden ve semejanzas entre Ocupa Wall Street y el Tea Party
El movimiento es como un contrapeso de izquierdas a la extrema derecha
Ambos movimientos nacen de las quejas populares por los or¨ªgenes y los efectos de la crisis econ¨®mica, y aunque uno est¨¢ apoyado por la izquierda y otro por la derecha, los dos dicen hablar por los ciudadanos sencillos que no se sienten adecuadamente representados en las actuales instituciones democr¨¢ticas. Ocupa Wall Street pide atenci¨®n para "el 99% de los norteamericanos a los que no escucha"; el Tea Party reclama "devolver el poder al pueblo".
Ocupa Wall Street denuncia la codicia e inmoralidad de los banqueros. El Tea Party, como record¨® ayer Biden, naci¨® en 2009 como protesta por el plan de rescate del sistema bancario, que cost¨® m¨¢s de 700.000 millones de d¨®lares. La persistencia de la crisis que empez¨® en 2008 y sigue provocando hoy una raqu¨ªtico crecimiento econ¨®mico y un desempleo del 9% es una raz¨®n muy justificada para cualquier aventura pol¨ªtica. El Tea Party lo fue en sus inicios: una c¨¢ndida protesta de jubilados y amas de casa que cre¨ªan necesario defender valores perdidos -en ese caso valores religiosos y tradicionales- en el af¨¢n pecaminoso por el dinero. Pero pronto se convirti¨® en un excelente instrumento de movilizar el voto de derechas contra Barack Obama, a lo que ayud¨® la extensa cobertura de la cadena Fox News.
Ocupa Wall Street era tambi¨¦n hasta el mi¨¦rcoles una manifestaci¨®n espont¨¢nea de queja, igualmente interesada en la defensa de valores perdidos -en ese caso viejas aspiraciones hippies de solidaridad y humanidad- y que en su propia marginalidad encerraba su pureza.
El mi¨¦rcoles se le unieron los sindicatos y gracias a eso consiguieron, por primera vez, reunir unos pocos miles de personas. Pero ese apoyo es un arma de doble filo. Pocas organizaciones en Estados Unidos hay m¨¢s institucionalizadas y corruptas que los sindicatos. Son, sin duda, un gran aliado en la agitaci¨®n y la movilizaci¨®n del voto para los dem¨®cratas, pero su pureza reivindicativa se perdi¨® d¨¦cadas atr¨¢s. Son, exclusivamente, una parte del aparato pol¨ªtico de la izquierda.
Eso no le resta legitimidad al movimiento Ocupa Wall Street, algunos de cuyos portavoces han asegurado que no se dejar¨¢n gobernar ni intimidar por los sindicatos.
Pero s¨ª condiciona su desarrollo. Por s¨ª solo, el movimiento, aunque extendido, ten¨ªa muy dif¨ªcil futuro. El mi¨¦rcoles, la manifestaci¨®n de apoyo en Washington reuni¨® a "entre 50 y 70 personas", seg¨²n los organizadores. Ayer esa cifra ascendi¨® a unos centenares, dentro de dos convocatorias separadas cuyos promotores no sab¨ªan a¨²n si unirse. Sin embargo, como parte de una misi¨®n para devolverle la moral a la izquierda y favorecer su asistencia a las urnas, s¨ª puede cumplir un papel de cierta importancia.
Es decir, como un instrumento de contrapeso de izquierdas al Tea Party, Ocupa Wall Street puede ser ¨²til; como el rom¨¢ntico movimiento revolucionario inspirado en la primavera ¨¢rabe, que es como lo presentan algunos de sus defensores, su horizonte es bastante limitado.
En la causa de la movilizaci¨®n del voto progresista est¨¢ el propio Obama, y de ah¨ª sus palabras comprensivas de ayer hacia los que protestan contra el sistema. El presidente advirti¨® que Estados Unidos se enfrenta a una seria amenaza si no se act¨²a urgentemente para combatir el paro. "Podemos acabar con problemas significativamente mayores de los que tenemos ahora", dijo.
Despu¨¦s de dos a?os de cortejar a los republicanos en busca de proyectos consensuados, el presidente ha decidido, ante la proximidad de la campa?a electoral y su mala posici¨®n en las encuestas, recuperar su apoyo entre los dem¨®cratas, de los que ayer reconoci¨® que estaban "frustrados", y movilizar el voto progresista.
Obama expres¨® sus simpat¨ªas por una propuesta presentada por los dem¨®cratas en el Congreso para cargar un suplemento del 5% en los impuestos que pagan las personas que ingresan por encima de un mill¨®n de d¨®lares anuales. Se la trata de la concreci¨®n de la tasa Buffet que la Casa Blanca hab¨ªa anunciado para aumentar la presi¨®n fiscal sobre los ricos. El presidente dijo que ese impuesto "no es resucitar la lucha de clases", sino la ¨²nica forma de poder ayudar a las clases medias. El presidente de la C¨¢mara de Representantes, John Boehner, dijo que esta conferencia de prensa era "la prueba de que Obama ha decidido dejar de gobernar para hacer campa?a".
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