Dilma Rousseff quiere acabar con los 'sueldazos' p¨²blicos en Brasil
Un senador puede llegar a cobrar hasta 26.000 euros al mes, gastos incluidos
Tras una gran limpieza en varios ministerios por sospechas de corrupci¨®n, la presidenta brasile?a, Dilma Rousseff, se ha embarcado en una nueva cruzada para poner un l¨ªmite a los supersalarios, como los llaman en Brasil, de muchos altos funcionarios. La primera batalla la est¨¢ librando contra el Tribunal Supremo Federal, cuyos miembros quieren incrementar sus sueldos en un 53%. Rousseff se niega en redondo.
El presidente del Supremo, Cezar Peluso, lleg¨® a enviar un escrito en tono de intimidaci¨®n a Rousseff. Ella respondi¨® que no va a rehacer su propuesta de Presupuesto para 2012, que incluye el reajuste del sueldo de los magistrados.
Para zanjar el tema, la presidenta est¨¢ decidida a dar un vuelco en el sistema de retribuciones de pol¨ªticos y altos funcionarios del Estado que permite, por ejemplo, que un senador o exgobernador de un Estado pueda llegar a facturar hasta 60.000 reales al mes (unos 26.000 euros) entre el sueldo, asesor¨ªas, acumulaci¨®n de varias pensiones, dietas y otros ingresos. El sueldo base en Brasil para un trabajador corriente ronda los 300 euros. El plan oficial para frenar los supersalarios lo ha revelado el diario Folha de S?o Paulo. La Constituci¨®n brasile?a habilita a la presidenta para decidir sobre las retribuciones de los funcionarios y todo apunta a que Rousseff utilizar¨¢ este poder para acabar con una pr¨¢ctica que escandaliza a la opini¨®n p¨²blica.
Los miembros del Tribunal Supremo quieren subirse su retribuci¨®n un 53%
Aunque actualmente hay un techo de unos 12.000 euros mensuales para los salarios de los m¨¢ximos cargos de los tres poderes del Estado, la falta de regulaci¨®n permite con facilidad triplicar esa cifra.
La presidenta, por ejemplo, quiere impedir que un alto funcionario retirado que percibe la jubilaci¨®n m¨¢s cuantiosa reciba tambi¨¦n un salario si es llamado a formar parte del consejo de administraci¨®n de una empresa p¨²blica.
La iniciativa de Rousseff ya tiene el respaldo del grueso de su propio bloque y de la oposici¨®n socialdem¨®crata. "Queremos conocer de cerca el proyecto, pero en principio estamos de acuerdo en que es importante limitar los salarios y los gastos de los servidores p¨²blicos. Y, sobre todo, que los propios funcionarios tengan la potestad de subirse sus sueldos", declar¨® el diputado Duarte Nogueira, l¨ªder del oposito Partido Social Dem¨®crata de Brasil en la C¨¢mara. En el mismo sentido se expres¨® el diputado C¨¢ndido Vaccarezza, del Partido de los Trabajadores de Rousseff y l¨ªder del bloque gubernamental: "No conozco los detalles, pero toda la C¨¢mara respaldar¨¢ una mayor transparencia y control de los altos salarios p¨²bicos".
El expresidente Lula da Silva siempre fue partidario de que, para poder contar con los mejores, quienes trabajan en el sector p¨²blico deben ser retribuidos al igual que en las empresas privadas a igualdad de funciones. Pero en Brasil, entre la gente com¨²n, existe la idea de que solo se entra en pol¨ªtica para enriquecerse. Es esa mentalidad a la que la presidenta tiene que enfrentarse por encima de todo.
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