Francia multicolor
Luz y sonido para celebrar en Reims 800 a?os de catedral. Veintitr¨¦s proyectores recuperan al mil¨ªmetro la policrom¨ªa de la fachada. Un aniversario estrella para adentrarse en la regi¨®n de Champagne-Ardenne
Catas de los mejores espumosos y sendas por bosques perdidos, dos invitaciones para vivir con misterio y hedonismo la regi¨®n Champagne-Ardenne. Un brindis por su catedral y parada en la patria natal de Rimbaud. Champagne-Ardenne es una peque?a regi¨®n del noreste de Francia fronteriza con B¨¦lgica que junta departamentos separados por algo m¨¢s que un gui¨®n ortogr¨¢fico. El atractivo para el visitante es poder recorrer esos dos mundos diversos en un viaje corto saltando de la noche al d¨ªa con un solo dep¨®sito de gasolina. De sur a norte, la transici¨®n va de lomas repletas de vi?edos a monta?as cerradas con hayas y robles, de viticultores ejecutivos se pasa a habitantes de bosques sombr¨ªos, en una regi¨®n donde los monjes luminarios fueron vecinos de los poetas malditos y hoy es posible unir ambas rutas en un viaje que va del champ¨¢n a la absenta.
M¨¢s en detalle, la ruta parte de los muros iluminados de una catedral con 800 a?os y llega a la oscura casa de un poeta que no pas¨® de los 37. A menos de una hora de Par¨ªs, este esquinazo del hex¨¢gono golpeado por casi todas las guerras, ense?a adem¨¢s sus viejas heridas y exhibe trincheras, b¨²nkeres y recreaciones de batallas, junto a bosques susurrantes y pueblos en meandros trazados con perfecto comp¨¢s. Y si atendemos a los fabricantes del champ¨¢n que ensalzan las virtudes del subsuelo frente a otros que las sit¨²an m¨¢s en la mezcla, recorrer Champagne-Ardenne entera es como dar la raz¨®n a ambos: el viaje puede ser tan geol¨®gico como metaf¨ªsico al pasar de un mundo de tiza a otro de pizarra, dos elementos tan opuestos como complementarios. Para escribir uno debe desgastarse en el otro.
Mundo Champagne
Para meter un pie en el mundo del champ¨¢n basta con visitar alguna bodega de Reims y sobre todo la vecina Epernay a 30 kil¨®metros, verdadera capital de las burbujas. Pero para zambullirse del todo har¨¢ falta un veh¨ªculo. Y prudencia: compartir el volante o dosificar las catas. El premio ser¨¢ rodar por una Falcon Crest de lomas redondeadas sin m¨¢s horizonte que las cepas, atravesando las tres uvas estrella: del territorio chardonnay en la C?te des Blancs a la pinot noir de la Monta?a de Reims para terminar en el valle del Marne, la reserva espiritual de la pinot meunier.
Para comenzar, conviene partir de Hautvillers, cerca de Reims, donde se puede ver la abad¨ªa de Dom Perignon, el monje benedictino que en 1670 aprovech¨® una segunda fermentaci¨®n del vino convirti¨¦ndolo en espumoso y que junto al memorial del general De Gaulle ostenta una de las tumbas m¨¢s visitadas de la regi¨®n. Con m¨¢s o menos leyenda, cuentan que su eureka fue un comedido: "Bajad hermanos, hay un vino que tiene estrellitas".
De aquellas estrellitas se ha pasado a los caldos estrella, con 5.000 productores de champ¨¢n, 10.000 marcas diferentes y botellas que rozan los 2.000 euros. El n¨²mero de bodegas visitables pasa de cien y los exportadores se han convertido en bar¨®metros del lujo, una especie de CIA enol¨®gica que puede certificar que los chinos se han sumado al brindis mundial mientras han ca¨ªdo los holandeses.
La elecci¨®n de las bodegas puede hacerse a medida, algunas se recorren en un peque?o tren como las de Mercier; otras son m¨¢s did¨¢cticas, como Veuve Clicquot y Mo?t&Chandon, y las m¨¢s sorprendentes esconden un laberinto de galer¨ªas como la fastuosa Pommery o se alzan sobre viejas abad¨ªas como la de San Nicasio en el caso de Taittinger. Las visitas duran hora y media, algunas son en castellano y se rematan con una cata final. Todas exigen cita previa y rondan los 8 euros.
RUINART
? 4 Rue des Cray¨¨res. Reims. Web: www.ruinart.com. Tel¨¦fono: 0033 326 82 88 43.
Ostenta ser "la Maison de Champagne m¨¢s antigua", o por lo menos la que conserva la primera anotaci¨®n de venta: el 1 de septiembre de 1729, con la bella y florida caligraf¨ªa de Nicolas Ruinart. Bajo sus suntuosos edificios, esconde un entramado de b¨®vedas subterr¨¢neas de tres pisos y ocho kil¨®metros, vestigios de unas antiguas canteras romanas, ideales para la maduraci¨®n y fermentaci¨®n del champ¨¢n en silencio y penumbra monacal. El recorrido es sobrecogedor, se atraviesan catedrales de tiza sumergidas a 38 metros iluminadas como tenues Tindayas, por un sube y baja de escaleras entre hileras de pupitres y botellas. En la superficie, una especie de museo con carteles de Muscha y dise?os salom¨®nicos de copas aflautadas para evitar discusiones entre copistas o flautistas.
KRUG
? 5 Rue de Coquebert. Reims. www.krug.com. Tel¨¦fono: 0033 326 84 44 45.
Krug es a las bodegas de champ¨¢n lo que elBulli a los restaurantes. La gloria que se siente al traspasar su puerta es tan grande como la dificultad de hacerlo. Con miles de solicitudes, las visitas funcionan solo por invitaci¨®n. Si se logra acceder, uno se suma a nombres como Oscar Wilde, Coco Chanel, Ernest Hemingway y otros ilustres amantes de sus champanes. La atenci¨®n es exquisita. Se muestran las ¨²nicas 14 botellas que quedan de 1880, expuestas como tesoros de un naufragio, y se escuchan citas de Andr¨¦ Malraux: "Hay obras que hacen pasar el tiempo y obras que explican el tiempo". Lo mejor, la cata final, un lujo donde se descorchan tres botellas que suman los 1.500 euros. Todo explicado con met¨¢fora musical. Primero la gloria proveniente en exclusiva de una parcela de oro como el Clos de Mesnil: el solo de viol¨ªn. Despu¨¦s las grandezas de un a?o caluroso como 1998, pura sinfon¨ªa vintage. Y se termina con un gran cuv¨¦e que congrega 120 vinos: la orquesta en pleno, suena hasta el tri¨¢ngulo.
PHILIPPONNAT
? 13 Rue du Pont, Mareuil Sur Ay. Web: www.philipponnat.com. Tel¨¦fono: 0033 326 56 93 00.
Interesante por incluir una visita exterior a uno de los mejores vi?edos de la regi¨®n: el Clos des Goisses, 5,5 hect¨¢reas de pendiente de oro totalmente orientadas al Sur sobre el r¨ªo Marne y que esconden en su interior pura tiza. Su 40% de inclinaci¨®n convierten a este Tourmalet de cepas en un para¨ªso tropical donde no hay racimo que escape al sol. La rampa es tal que durante la vendimia instalan redes para evitar ca¨ªdas de sus recolectores acr¨®batas. Por debajo las ra¨ªces gozan de una mineralidad excelsa. Resultado, un espumoso angelical que se elabora con solo uva de esta parcela m¨¢gica, con m¨¢s pinot noir que chardonnay. En la cata, el excelente 2000 a 130 euros la botella, con una alquimia de no creer: aromas de mango, pi?a y miel, junto a caf¨¦, tabaco y humo... m¨¢s exquisito, si cabe, junto a un queso de vaca cuadrado de nombre para anotar: Maroilles.
FRANCK PASCAL
? 1 Rue Valentine R¨¦gnier, Baslieux-Sous-Ch?tillon. Tel¨¦fono: 00 33 326 51 89 80).
Valle del Marne, los pagos de la pinot meunier, la uva m¨¢s denostada del triunvirato champan¨¦s. Conviene llegar hasta aqu¨ª para probarla y conocer a peque?os productores como Franck Pascal, un mago de la biodin¨¢mica que atiende a las visitas con la misma franqueza con la que bautiza a sus champanes: Sagesse, Harmonie, Tolerance. Criticada por algunos por excesivamente esot¨¦rica, la biodin¨¢mica incluye respetar lunas y algo de homeopat¨ªa, como el uso de bases hechas de plantas y minerales. En el caso de este peque?o productor -cuatro hect¨¢reas y 30.000 botellas al a?o- la elecci¨®n fue biogr¨¢fica, cuando tras un servicio militar destinado en t¨®xicos de combate decidi¨® eliminar todos los plaguicidas en el campo y comenz¨® una labor artesanal tan cara como ¨¦tica. El mimo al campo le obliga a tener un empleado por hect¨¢rea y embotellar en un digno, pero feo color marr¨®n. El resultado son unos champanes limpios, capaces de comenzar el aperitivo y acompa?ar la comida, ya sea para crust¨¢ceos o caza. En la cata, las pruebas, como el Harmonie 2005 a 43 euros, un champ¨¢n de culto hecho todo con pinot meunier. Un brindis por las minor¨ªas.
Mundo Ardenne
Dejando a un lado las evocaciones de casta?as frescas en la segunda nariz o los aromas a ciruela claudia y matices de bayas rojas reci¨¦n recogidas... es en la vecina Ardennes, nuestro pr¨®ximo destino, donde la poes¨ªa nos bajar¨¢ a las tripas. Primera parada: la capital Charleville-M¨¦zi¨¨res, una peque?a ciudad que luce gris viniendo de la claridad del mundo de los espumosos y que recibe con una hermosa plaza Ducale gemela de la place des Vosgues en Par¨ªs. Fue aqu¨ª en 1854 donde el precoz Rimbaud vino al mundo, cuando la ciudad sumaba solo 10.000 habitantes. En estas calles pari¨® versos como So?ar es indigno o Tenemos fe en el veneno, dejando claro que los aromas de su vida iban a ser as¨ª, en su primera y ¨²ltima ni?ez.
Junto a un brazo tranquilo del r¨ªo Meuse, encontramos en un antiguo y bello molino del XVII el Museo Rimbaud (Quai Rimbaud. 0033 324 32 44 65). En una primera sala figuran manuscritos como su cuaderno de ingl¨¦s abierto por la B: "Background, backside..." y el telegrama que le dirigi¨® su madre antes de partir al hospital de Marsella donde el poeta yac¨ªa moribundo, con una despedida de dos palabras: "Courage et Patience". Entre los objetos destacan su valija africana, tama?o ba¨²l, y los cubiertos de viaje de un hombre siempre en fuga -el de las "suelas de viento", seg¨²n le defini¨® Verlaine- para el que la vida era "el aire y el mundo no buscados". Al lado, los misteriosos autorretratos en Harare y un par de mercados africanos borrosos fotografiados por ¨¦l mismo de su ¨¦poca de contrabandeo.
En la sala contigua, los homenajes que la extendida rimbaudmania ha dado a luz, como las ilustraciones de Fernand L¨¦ger para el poemario Iluminaciones o las fotos de torsos desnudos de Robert Mapplethorpe para Una temporada en el infierno. La ¨²ltima en llegar, Patti Smith, aporta dos fotos, una de ellas el camino al lavadero que frecuentaba. Ya en la calle, toca cruzar la acera para rematar la visita en La Maison des Ailleurs (0033 324 58 49 60), la casa que habit¨® el poeta en plena efervescencia, cuando de los 15 a los 19 a?os vomit¨® todos sus versos. Hoy las salas han sido intervenidas sonora y visualmente por artistas contempor¨¢neos para dar pinceladas del mapamundi que recorri¨® el enfant terrible en su fuga: gaviotas en Marsella, cantos de Java, bocinas de barco en Aden.... En Sol y carne ya lo dijo: "?Y el horizonte huye en una eterna huida!".
La sombra de Rimbaud no acaba ah¨ª. En el peque?o pueblo de Juniville, a 62 kil¨®metros al sur, en pleno Pays Reth¨¦lois, donde los silos ganan en altura a las catedrales, encontramos huellas de su descubridor y amante Paul Verlaine. Nacido en Metz, el poeta saturniano se refugi¨® en Juniville en 1880, tras pasar su tormentosa relaci¨®n con Rimbaud y nuevamente enamorado de uno de sus alumnos de la cercana Rethel. Verlaine alquil¨® una granja en un amago por hacerse campesino, aunque solo ejerci¨® de contemplador en las labores agr¨ªcolas y el ¨²nico callo que cultiv¨® en sus manos sigui¨® siendo el de la pluma. En estos parajes ultim¨® Sabidur¨ªa y organiz¨® entero Anta?o y Hoga?o, con versos cargados de religi¨®n y arrepentimiento que escrib¨ªa con "los pies magullados, los ojos turbios, la cabeza pesada". Fue la antesala a su malograda vuelta a Par¨ªs. Hoy se visita el Auberge Verlaine (1, rue Pont-P?quis. 0033 324 39 68 00), la posada que frecuentaba el poeta donde se han adaptado habitaciones de ¨¦poca, objetos de escritorio y maravillosos dibujos en tinta de su propio trazo, como uno de su admirado Rimbaud, cuerpo entero y pipa en mano. El museo celebra exposiciones monogr¨¢ficas, la ¨²ltima dedicada a la absenta.
Tras la poes¨ªa, nos queda el norte de la regi¨®n, o lo que es lo mismo, todo el bosque. Un tercio de las Ardennes son pura selva, un para¨ªso para robinhoodes, no extra?a que su s¨ªmbolo sea el jabal¨ª. Se recomienda tomar la carretera que serpentea junto al r¨ªo Meuse y recorrer sus bellos pueblos-meandros como Montherm¨¦, en pleno reino de la pizarra. De vuelta, se puede pasar a las Ardennes belgas y acercarse hasta pueblos como Bouillon para admirar su fortaleza y reafirmarse en que las mejores patatas fritas siguen haci¨¦ndose en la patria de Tint¨ªn.
Ahora toca leer a Julien Gracq y su novela sobre la guerra Los ojos del bosque, en la que dedica 16 calificativos a los bosques de las Ardennes convirti¨¦ndolos en un protagonista m¨¢s con apellidos tan certeros como bosques melenudos, ins¨®litos, enclaustrados, adormecidos, m¨¢gicos, susurrantes... Ejemplos de esos susurros se oyen perfectamente en arboledas salvajes como las que cubren la carretera que va de Haybes a Hargnies, donde dominan las hayas y los robles alternados con otras interesantes masas de carpes y abedules. En el interior, senderos bien balizados para pasear y asomarse a balconadas legendarias como Roc La Tour, donde se pierde de vista todo trazo humano.
Para terminar, cerca de Fumay se abre una oportunidad ¨²nica: ver los bosques desde el cielo, sobrevolarlos por encima de su dosel. El parque Terraltitude (0033 324 57 57 59) incluye una espectacular tirolina de m¨¢s de un kil¨®metro de vuelo libre sobre las copas que atraviesa el propio r¨ªo Meuse y desciende a 115 kil¨®metros por hora cayendo en pleno coraz¨®n del bosque. El r¨¦cord de edad lo tiene un hombre de 85 a?os, que inmediatamente, dicen, quiso repetir. Pura adrenalina. Y los que quieran sobredosis pueden completar en Nocturnia (D946 Bois de Roucy, entre Vouziers et Grandpr¨¦; 0033 324 71 07 38), un parque dedicado a los habitantes m¨¢s trasnochadores de la foresta que incluye los s¨¢bados un interesante y did¨¢ctico paseo para vivir a luz de luna avistamientos de lechuzas y un encuentro con lobos, ideal para despedirse con versos de Rimbaud en su propio escenario: "Cae la noche, corsaria negra". Tel¨®n.
Reims. Pantalla de piedra
Las luces de 'Sue?o de colores' iluminan la catedral para celebrar sus ocho siglos. Capital de las coronaciones reales, Reims fue masacrada al 80% en la I Guerra Mundial, hasta el punto de que las campanas de la catedral se fundieron por el fuego. Por eso parece un milagro que conserve en pie y bien restablecidos sus monumentos declarados patrimonio por la Unesco. En un entorno totalmente moderno de ciudad francesa, uno descubre el palacio Tau (antigua residencia arzobispal, que alberga un museo con los tesoros de la catedral), la bas¨ªlica y antigua abad¨ªa de Saint-R¨¦mi (con las reliquias del santo y el museo de historia y arqueolog¨ªa de la ciudad) y la joya de la corona: la catedral de Notre- Dame de Reims, que este a?o cumple 800 primaveras. Para festejarlo, los escen¨®grafos audiovisuales de Skertz¨°,
Jean-Michel Quesne y H¨¦l¨¨ne Richard, han concebido una org¨ªa de color sobre su fachada g¨®tica que recupera la policrom¨ªa de sus constructores medievales. Cuando se estrena la noche y durante 25 minutos, con dos pases seguidos, se proyecta desde mayo una pel¨ªcula hecha a medida de la imponente pantalla de piedra. Con una minuciosidad de lupa, se cubren al mil¨ªmetro todas las estatuas, el roset¨®n, las jambas... y la catedral en pleno va tomando color cincelada a golpe de p¨ªxel gracias a un trampantojo de alta tecnolog¨ªa.
El milagro es que 800 a?os despu¨¦s la fachada vuelve a contar su historia. El sonido acompa?a, la proyecci¨®n del andamiaje de los canteros y sus martillazos dan paso a las trompetas que anuncian la coronaci¨®n de reyes, para terminar en una pirotecnia desenfrenada donde el efecto de los 23 proyectores transforma la fachada alternando pinceladas impresionistas tipo Monet, solarizaciones a lo Man Ray y los grafitis estilo Keith Haring. Es el postre, la historia del arte concentrada sobre piedramilenaria.
De d¨ªa, el templo muestra sus mejores galas en su silencio de piedra: la capilla con vidrieras de la pasi¨®n seg¨²n Chagall es una de sus joyas, y el p¨®rtico con el famoso ¨¢ngel de la sonrisa se ha convertido en emblema de la ciudad. Junto a ¨¦l, otras 2.303 estatuas rodean la seo, que levanta su imponente mole de 138 metros de largo por 30 de ancho con torres de 83 metros renacidas de las cenizas gracias a la ayuda de, entre otros, el se?or Rockefeller.
Del resto de Reims, adem¨¢s de sus bodegas, destaca la capilla Foujita, en el 33 de la Rue Champ-de-Mars, mandada construir por el pintor japon¨¦s, que frecuent¨® los c¨ªrculos bohemios de Montparnasse y se convirti¨® al cristianismo en esta ciudad pasando a llamarse L¨¦onard en homenaje a su admirado Da Vinci. Como agradecimiento a la ciudad, levant¨® un peque?o templo de inspiraci¨®n rom¨¢nica en el verano de 1966. Fue su ¨²ltima obra; ¨¦l mismo se encarg¨® de los frescos, que traz¨® con t¨¦cnicas medievales como otra fiesta de color, esta vez m¨¢s personal. Hoy Reims se llena de japoneses que vienen a contemplar la interpretaci¨®n b¨ªblica de su paisano, que permiti¨® adem¨¢s retratarse como un espectador m¨¢s en el calvario.
En octubre, el espect¨¢culo R¨ºve de couleurs (Sue?o de colores) tendr¨¢ lugar de viernes a domingo, a las 20.30.
? www.cathedraldereims.fr/schertzo
Museos b¨¦licos. Turismo de trincheras
Sedan, Meuse, Marne... la toponimia de Champagne-Ardenne est¨¢ llena de metralla y recuerdos de batallas. La oficina de turismo compila bajo el lema "Un campo de batalla, tres guerras" todos los museos y lugares de inter¨¦s que la guerra franco-prusiana, la Gran Guerra y la II Guerra Mundial dejaron tras de s¨ª en este bulevar de invasiones. Hay senderos balizados para seguir los pasos del heroico sargento York, memoriales, cementerios de todas las nacionalidades,museos de la Resistencia, b¨²nkeres y mojones de liberaci¨®n en la carretera que usaron los aliados en 1944. Entre losmonumentos defensivos m¨¢s antiguos destacan el castillo fortaleza de Sedan o la ciudadela de Rocroi. En Reims, el Museo de la Rendici¨®n conserva intacta y solo se han vaciado los ceniceros en la sala donde el 7 de mayo de 1945 se firm¨® con pluma Parker y de madrugada la capitulaci¨®n del ej¨¦rcito alem¨¢n. Y el a?o pr¨®ximo se estrenar¨¢ en Ardennes la ampliaci¨®n del Mus¨¦e Guerre et Paix, que centraliza toda la historia, los uniformes, municiones y blindados de las tres grandes guerras.
Charles Philipponnat - Viticultor. Burbujas sinceras
"Trabajo, trabajo, trabajo". Son los tres secretos que el viticultor Charles Philipponnat revela que, desde 1522, le ha transmitido su familia para dar con el mejor de los espumosos. En la eterna discusi¨®n entre terru?o o mezcla, el maestro dice que nada vale tanto como el oficio. Dentro de ese trabajo destaca por su sinceridad, sus etiquetas desvelan hasta la fecha del deg¨¹ello, dando un plus de honestidad a la frase in vino veritas. Philipponnat conoce la deriva del mundo a trav¨¦s del paladar: "Se terminaron aquellos jarabes azucarados de anta?o, caminamos hacia champanes m¨¢s secos, porque vivimos de forma m¨¢s ligera".
Marc Gaillot - Gu¨ªa. Verlaineman¨ªa
Marc Gaillot lleg¨® por primera vez al Museo Verlaine de Juniville como alba?il para arreglar una ca?er¨ªa, pero ese d¨ªa el gu¨ªa oficial del museo falt¨® y le conminaron a bajar de la escalera para atender a una visita. Marc Gaillot cuenta que ley¨® algunos carteles para explicar algo del museo y a?ade: "El resto me lo invent¨¦". A partir de entonces no dej¨® de leer al poeta, hasta convertirse en uno de sus grandes expertos y, de paso, en el gu¨ªa oficial del museo. No se sabe si la alba?iler¨ªa ha perdido a un manitas, pero est¨¢ claro que mucha gente se acerca para escucharle. "Verlaine escribi¨® 25.000 cartas", cuenta, "lo que da una media de cinco al d¨ªa. En las que yo llevo le¨ªdas, he contabilizado ya 44 amantes oficiales. Y, eso s¨ª, solo un gran amor perdido: Mathilde". Para Marc Gaillot, la atormentada relaci¨®n con Rimbaud fue superada por Verlaine, no as¨ª la p¨¦rdida de su mujer. Reivindica que Verlaine se merece cierta verlaineman¨ªa: "Es moderno en fondo y forma, todos sus poemas esconden mensajes contrarios a lo que aparentan, como hac¨ªan los trovadores cargados de inteligencia, salvo en los poemas de amor, donde lo que hace es dejar hablar directamente a la herida".
Alain Tourneux - Conservador. Amigo n¨®mada
En el cementerio de Charleville-M¨¦zi¨¨res, donde se encuentra la tumba de Rimbaud, decidieron instalar en 2006 un buz¨®n a la entrada con la efigie del poeta para evitar la masificaci¨®n de objetos y cartas que aparec¨ªan junto a la l¨¢pida. Bernard Colin, encargado del camposanto, vac¨ªa tan ilustre recipiente y cuenta que abundan cosas extra?as: "Sobre todo son medallas, y una vez alguien dej¨® una botella de absenta medio llena". Tambi¨¦n Alain Tourneux, conservador del Museo Rimbaud, tiene acceso a la correspondencia que llega a correos de la ciudad con el nombre del poeta. "La mayor¨ªa son cartas de j¨®venes que se dirigen a su amigo Arthur, no faltan las declaraciones de amor, y las direcciones son muchas veces inventadas". Dice Tourneux que la relaci¨®n de Rimbaud con su villa natal fue conflictiva: "Siempre tuvo la necesidad de huir, pero siempre que volvi¨® lo hizo aqu¨ª. Esta ciudad fue su puerto de amarre, lleg¨® a llamarla la atroz Charletown, pero tambi¨¦n desde ?frica escribi¨® que a?oraba los paisajes y las cuevas de las Ardennes". De momento, 200 cartas han llegado a la villa natal del poeta, que aventuraba en un poema: "Soy realmente de ultratumba".
? Oskar Alegr¨ªa es autor del proyecto de retratos de ciudades www.lasciudadesvisibles.com
Gu¨ªa
C¨®mo ir
? De Par¨ªs a Reims, desde la Gare de l'Est parten trenes cada hora. El trayecto sale por 30 euros y dura 45 minutos. Informaci¨®n: www.tgv-europe.com.
Dormir
? Le Dormeur du Val (0033 324 42 04 30). 32 Rue de la Gravi¨¨re, Charleville-M¨¦zi¨¨res. Hotel moderno y rimbaudiano. La habitaci¨®n doble, 100 euros.
? Hotel Au Touring (0033 326 47 38 15). 17 Boulevard du G¨¦n¨¦ral Leclerc, Reims. C¨¦ntrico y c¨®modo. Doble, 56 euros.
Comer
? Brasserie du Boulingrin (0033 326 40 96 22). 48 Rue de Mars, Reims. Junto al mercado. Men¨² brasserie, 18 euros.
? Le Diapason (0033 324 59 94 11 25). Quai Rimbaud, Charleville-M¨¦zi¨¨res. Gastronom¨ªa ardenesa con toque moderno. Men¨² entre semana, 25 euros.
? La Table du Pays (0033 324 40 42 46). Hargnies. Cocina de sabor en un pueblo de monta?a. Cacasse ¨¤ cul nu y otras delicias ardenesas por unos 20 euros.
Informaci¨®n
? Turismo de Champagne-Ardenne (0033 326 21 85 80; www.tourisme-champagne-ardenne.com).
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