Un torrente de literatura y amistad
El fallecimiento del escritor y cr¨ªtico F¨¦lix Romeo a los 43 a?os sobrecoge a la nueva narrativa espa?ola - Referente generacional, deja un libro in¨¦dito
Para entender la importancia de la figura del escritor F¨¦lix Romeo no bastan los tres libros que public¨® sino las decenas que, sin ser suyos, ide¨®, impuls¨®, orient¨® o anim¨® a escribir. Nacido en 1968 en Zaragoza y fallecido ayer en Madrid por un paro cardiaco, Romeo es una figura clave dentro de una generaci¨®n de autores que encontr¨® en ¨¦l a un aglutinador, a un agitador y a una de sus voces m¨¢s l¨²cidas y s¨®lidas.
Su ¨²ltima novela, a¨²n in¨¦dita y titulada La noche de los enamorados, se detiene en un episodio clave de su vida: su estancia en la c¨¢rcel de Torrero entre 1994 y 1995. Romeo fue condenado entonces por insumisi¨®n a 26 meses de prisi¨®n. La mayor¨ªa los cumpli¨® en tercer grado, tras un juicio por negarse a hacer el servicio militar y el servicio social sustitutorio. El libro parte del retrato del que fuera su compa?ero de celda, Santiago Dulong (nieto del alcalde Zaragoza durante la Rep¨²blica y acusado del homicidio de una mujer), para ofrecer una reflexi¨®n ¨ªntima sobre su propia experiencia all¨ª dentro.
Trueba: "Mantuvo en Zaragoza un n¨²cleo duro y la convirti¨® en epicentro cultural"
Era una historia que le persegu¨ªa desde hace a?os, como le persigui¨® la de su anterior novela, Amarillo (Plot, 2008), con la que puso final a la dolorosa amargura que le caus¨® el suicidio, a principios de los a?os noventa, de su amigo y compa?ero de piso en Barcelona, el escritor Chus¨¦ Izuel. Le cost¨® a?os superar aquel episodio. Una muerte que le trajo sensaciones como la ausencia, la culpabilidad, y una impotencia que su extrema vitalidad le imped¨ªa digerir.
Romeo era amigo exagerado de sus amigos. "Su inter¨¦s no era solo por las ideas, tambi¨¦n era por las personas", recuerda el editor Miguel Aguilar. "Siempre era estimulante estar a su lado. Le interesaban desde el ¨²ltimo poeta bielorruso a la ¨²ltima corriente de pensamiento abstracto". Arrastrados por su voz de trueno y su inmenso cuerpo, los suyos se dejaban llevar por una energ¨ªa que no parec¨ªa de este mundo. "Era una fuerza de la naturaleza", afirma Ignacio Mart¨ªnez de Pis¨®n, quien recuerda el impacto que le caus¨® conocer a un chico ocho a?os m¨¢s joven que ¨¦l pero de una pasmosa precocidad intelectual. "Ten¨ªa 17 a?os y ya empezaba a hacer cr¨ªtica literaria. Me llam¨® la atenci¨®n que alguien tan joven estuviera tan formado. Lo hab¨ªa le¨ªdo todo. Sab¨ªa m¨¢s que cualquiera". Su sed de conocimiento le hizo vivir muy deprisa. "Le¨ªa sin parar y dorm¨ªa muy poco. Ten¨ªa una energ¨ªa que te movilizaba, que pon¨ªa a los dem¨¢s en tensi¨®n intelectual".
"Nos impuls¨® y nos ayud¨®", afirma David Trueba. "Siempre ley¨® mis libros y guiones antes de publicarlos porque su opini¨®n era importante. Sus conceptos del arte, del cine, de la literatura, le convert¨ªan en una referencia. Es una pieza fundamental de nuestra generaci¨®n y con un m¨¦rito a?adido: siempre desde Zaragoza, manteniendo all¨ª un n¨²cleo duro que convirti¨® la ciudad en un epicentro cultural".
Quiz¨¢ por eso la noticia de su muerte record¨® a algunos la conmoci¨®n que caus¨® en 2008 la desaparici¨®n de otro referente generacional, el escritor barcelon¨¦s Francisco Casavella.
Como recuerda su agente, M¨®nica Mart¨ªn, Romeo ten¨ªa energ¨ªa de sobra para todo tipo de autores: "?l era una rareza: hizo escritores a Cristina Grande, Ismael Grasa, Eva Puyo o Paloma y Daniel Gasc¨®n... ?incluso consigui¨® que Labordeta escribiera! Empujaba a todos a perseguir sus sue?os. Y mientras hac¨ªa escribir a los dem¨¢s ¨¦l se volv¨ªa m¨¢s t¨ªmido y exigente consigo mismo".
Ese rigor, su enorme autocr¨ªtica y perfeccionismo, hac¨ªan de ¨¦l un hombre tocado por la melancol¨ªa. Hab¨ªa debutado en 1996 con Dibujos animados, un libro lleno de referencias generacionales (Correcaminos y el Coyote, tigretones, phoskitos, Uri Geller y Sergio y Est¨ªbaliz) que le coloc¨® con fuerza en el panorama de la nueva narrativa espa?ola. Sigui¨® con Discotheque y, finamente, Amarillo, "un libro perfecto" para Trueba.
Entre uno y otro dirigi¨® el programa cultural de La 2 La mandr¨¢gora y escribi¨® decenas de art¨ªculos en los que brillaron sus dotes de ensayista y polemista. Y entre uno y otro, tambi¨¦n, sent¨® a su lado durante noches y tardes impagables a decenas de amigos y escritores (Marcos Giralt Torrente, Nicol¨¢s Casariego, Malcolm Otero Barral...) que encontraban en su honestidad a la aragonesa un refugio para sus inquietudes.
Esos mismos amigos recordaban ayer las barricadas de libros que imped¨ªan el paso a sus casas o c¨®mo le acompa?aron durante muchas noches a las puertas de la c¨¢rcel. "?bamos a cenar y luego le acerc¨¢bamos a Torrero. ?l se quedaba all¨ª mientras nosotros segu¨ªamos de copas", evoca con tristeza su compatriota Luis Alegre, una de las personas que le acompa?¨® con un libro en la mano que ya no recuerda el primer d¨ªa en que ingres¨® en prisi¨®n.
La historia de aquel joven erudito e insumiso impact¨® a Fernando Trueba. Cuando en 1996 le pidieron participar en la pel¨ªcula colectiva sobre el nacimiento del cine Lumi¨¨re y compa?¨ªa junto a David Lynch, Spike Lee, Wim Wenders y Michael Haneke, entre otros, eligi¨® la salida de Romeo de la c¨¢rcel como una nueva imagen fundacional. Su rostro, su inmensa ternura, le bastaron para resumir la emoci¨®n de un torrente que nac¨ªa para no morir jam¨¢s.
Babelia
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