Un estudio "desmitifica" el a?o que pas¨® Valle-Incl¨¢n en Santiago antes de su muerte

Ni media Galicia desfil¨® por la habitaci¨®n compostelana donde Ram¨®n Mar¨ªa del Valle-Incl¨¢n agonizaba a finales de 1935, ni un obrero anarquista arranc¨® la cruz de su ata¨²d durante el entierro del escritor en el cementerio de Boisaca. Un estudio firmado por Manuel Alberca y Joaqu¨ªn del Valle-Incl¨¢n y publicado en la revista Cuadrante "desmitifica" estas y otras an¨¦cdotas que orbitaban alrededor del ¨²ltimo a?o de la vida del autor de Luces de Bohemia.

"Este periodo final, como casi toda su vida, ha sido descrito bajo la ¨®ptica del t¨®pico", comienza el ensayo, "deseo de morir en Compostela, tertulia en el caf¨¦ Derby, entierro con tono esperp¨¦ntico...". El propio director de Cuadrante, Francisco Charl¨ªn, lo explicaba ayer durante la presentaci¨®n del ¨²ltimo n¨²mero de la publicaci¨®n de la Asociaci¨®n de Amigos de Valle-Incl¨¢n: "Don Ram¨®n no viene a Santiago porque quiera morir aqu¨ª, sino porque en la ciudad estaba el m¨¦dico Villar Iglesias, su amigo y due?o de la cl¨ªnica m¨¢s avanzada en la lucha contra el c¨¢ncer; es decir, viene por el prestigio de la ciencia m¨¦dica gallega".

Valle, que hab¨ªa nacido en 1866 en Vilanova de Arousa, regresa a su pa¨ªs despu¨¦s de desarrollar una carrera literaria, sobre todo en Madrid, que lo hab¨ªa convertido en personaje y en autor casi legendario. Pero en esa vuelta no solo la complica la enfermedad. Pese a la celebridad alcanzada, el escritor atravesaba lo que se suelen denominar dificultades econ¨®micas. "Sin exageraci¨®n alguna", exponen Alberca y Valle-Incl¨¢n en El ¨²ltimo a?o en la vida del Valle-Incl¨¢n, "la situaci¨®n de don Ram¨®n en 1934 puede calificarse como muy dif¨ªcil (...) y el a?o de 1935 empez¨® peor".

Aquellos ¨²ltimos meses, que en la versi¨®n folclorizada por relatos como los de Arturo Cuadrado o Maximino Casti?eiras dsicurr¨ªan entre tertulias, disputas a voz en grito con los j¨®venes galleguistas y diversos comportamientos exc¨¦ntricos, fueron en realidad el tiempo de un hombre mayo convaleciente y que solo ocasionalmente se dejaba caer por los caf¨¦s. El texto tambi¨¦n trata del final de Valle-Incl¨¢n, contra lo extendido, seg¨²n Charl¨ªn "una agon¨ªa corta y a la que no asistieron m¨¢s que los m¨¦dicos". Muri¨® el 5 de enero de 1936.

Por primera vez en 23 n¨²meros, la revista Cuadrante de los Amigos de Valle es coeditada, en este caso por la Fundaci¨®n Valle-Incl¨¢n, que tiene su sede en Vilanova de Arousa.