Un centenar de antifascistas revientan un concierto neonazi en Barcelona
Los Mossos detienen a dos personas y otras tres resultan heridas leves
"?Antifascistas! ?Ni un paso atr¨¢s!". Los c¨¢nticos y los pasos de un centenar de personas retumbaban ayer a las ocho de la tarde por la calle de Pujades, a escasos metros del local The Other Place, en el barrio barcelon¨¦s del Poblenou. Dentro, unas 80 personas de las juventudes del partido de ultraderecha Democracia Nacional asist¨ªan a un concierto. En unos segundos, la extrema izquierda, armada con pedruscos y botellas, y a patadas, arremet¨ªa contra la puerta de la extrema derecha. Tras cuatro embestidas, lograron reventarla.
Cuando uno de ellos ya ten¨ªa medio cuerpo dentro del local, una veintena de furgones de los Mossos d'Esquadra llegaron a toda velocidad, aparcaron frente al establecimiento, se abrieron las puertas y decenas de antidisturbios bajaron a la carga. La polic¨ªa evit¨® el cuerpo a cuerpo entre los dos grupos.
La fiscal¨ªa orden¨® grabar la actuaci¨®n para evitar que se incitase al odio
A los antifascistas les dio tiempo de lanzar piedras, cristales y botellas a los que estaban dentro del bar. Tres personas resultaron heridas leves, todas del grupo que estaba en el concierto neonazi. Una de ellas acab¨® con una brecha en la cabeza.
"?Qu¨¦ hac¨¦is grabando las caras! ?Poneos atr¨¢s! ?Que no se nos vea!", grit¨® un joven que capitaneaba a los antifascistas. ?l era de los pocos que iban a cara descubierta. Los dem¨¢s llevaban cascos, capuchas y pasamonta?as.
Al llegar la polic¨ªa, huyeron corriendo, colocando un contenedor en medio de la calle para evitar que los furgones policiales pudiesen seguirles. Pero los Mossos d'Esquadra tuvieron tiempo de detener a uno de ellos, al que redujeron en el suelo. Le acusan de un delito de lesiones, des¨®rdenes y da?os. Posteriormente, detuvieron a una segunda persona por desobediencia a la autoridad.
Durante una hora y media, los Mossos acordonaron las calles adyacentes -solo dejaban pasar a los vecinos- e incluso cerraron la estaci¨®n de metro del Poblenou. Varios agentes de paisano estuvieron buscando por la zona a los autores de los altercados.
"Nos han faltado 20 segundos", lament¨® ayer uno de los agentes. Es el tiempo que habr¨ªan necesitado para impedir que los antifascistas llegaran a la puerta del bar. Antes de los incidentes, un coche de la Guardia Urbana se ocupaba de mantener la paz frente al local. Un joven de est¨¦tica de ultraderecha, que no logr¨® entrar en la sala, se dedic¨® a insultar y amenazar a la prensa. Al ver llegar al grupo de antifascistas, se fue a paso ligero.
El concierto trajo cola. Inicialmente estaba previsto en Sabadell y tanto la fiscal¨ªa especializada en delitos de odio como el alcalde de Sabadell, Manuel Bustos, y los Mossos d'Esquadra decidieron poner todos los medios para evitar que derivase en enfrentamientos o incitaci¨®n al odio. La fiscal¨ªa orden¨® grabar todo lo que all¨ª pasara y Bustos pidi¨® a la polic¨ªa que blindara la Zona Herm¨¦tica, donde estaba previsto que se celebrase.
Vistas las dificultades, Democracia Nacional decidi¨® cambiar el sitio. Por la ma?ana, en su manifestaci¨®n del D¨ªa de la Hispanidad en Montju?c, anunciaron que lo trasladaban a Barcelona, pero no dieron detalles del lugar para evitar que "los salvajes independentistas vengan a provocar incidentes", dijo su presidente, Manuel Canduela.
Pero a las cinco de la tarde, en la red social Twitter, empez¨® a correr el nombre del local en el que se celebraba el concierto. Los antifascistas, tambi¨¦n en la red, llamaron a concentrarse delante.
Algunos de los que a aquella hora se manifestaban en la plaza de la Universitat contra la celebraci¨®n del 12 de octubre acudieron a protestar frente al local. El concierto, que hab¨ªa empezado sobre las cuatro de la tarde, acab¨® abruptamente a las ocho. Y no por la fiscal¨ªa o la presi¨®n policial, sino por la acci¨®n violenta de unos encapuchados de extrema izquierda.
A las 21.30 horas la zona segu¨ªa acordonada, con gran expectaci¨®n entre los vecinos. "?Hay alg¨²n ca¨ªdo?", inquir¨ªa, serio, un se?or mayor. "No, no", le respond¨ªa un mosso. "Aunque lo hubiese, no te lo dir¨ªan", terciaba una se?ora.
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