Prende la indignaci¨®n
?Qui¨¦n hubiera pronosticado que la mecha encendida hace cinco meses en la Puerta del Sol por los calificados por la derecha faltona y c¨ªnica de perroflautas, y antes en la plaza Tahrir de El Cairo por una juventud desesperada y ansiosa de democracia, iba a prender en ciudades de medio mundo? ?Qu¨¦ tienen en com¨²n los indignados de Madrid con los estudiantes de Londres, las clases medias de Israel, los irritados de la India contra la corrupci¨®n dirigidos por una activista de 74 a?os, los j¨®venes chilenos hijos de la clase media, adolescentes que ocupan los institutos desde hace meses y han puesto contra la pared el modelo liberal tecnocr¨¢tico del millonario Pi?era, en un Chile que sin embargo crece al 6%, o con la disidencia estadounidense del Ocupa Wall Street? Europa juega una partida de ajedrez a 17 bandas creyendo que le sobra tiempo. El t¨¢ndem Merkozy, que integra las dudas de una Alemania esc¨¦ptica y replegada con la debilidad del presidente franc¨¦s, que saca pecho por una Francia que ya no es, no puede con la crisis que suma 23 millones de parados y ha detenido el crecimiento. Estamos ante la peor Europa posible, aparte de todas las dem¨¢s que se han ensayado, escribe Garton Ash. El miedo es contagioso y el desaliento se extiende por el mundo rico. Va a tener raz¨®n el ministro de Econom¨ªa italiano, Giulio Tremonti, cuando advirti¨® que "esto es como el Titanic, no se salvan ni los pasajeros de primera". Depende, que dir¨ªa Rajoy.
El presidente Obama ha puesto en el mapa a los indignados al decir que entend¨ªa sus frustraciones
?Recuerdan cuando Obama, en 2009, pronunci¨® la frase dirigida a los banqueros "Soy el ¨²nico que est¨¢ aguantando a pie firme entre ustedes y las horcas?" Lo p¨²blico, tan denostado, procedi¨® al primer rescate de Wall Street, los bancos se comprometieron a dar dinero para encender el motor econ¨®mico y dos a?os m¨¢s tarde el mundo est¨¢ al borde la segunda recesi¨®n. Ahora, en Europa se va a pasar de nuevo el platillo en el segundo rescate bancario; el sistema necesitar¨ªa 200.000 millones para recapitalizarse. En los mercados no hallar¨¢n esa cantidad; de una manera o de otra, los ciudadanos contribuyentes volver¨¢n a salir al quite. La calle indignada expresa su frustraci¨®n porque entiende que los de primera clase no pagan el peaje debido por su condici¨®n de privilegiados.
"Ya es hora de que el 99% se levante contra el 1%", es el lema m¨¢s coreado e impreso en las pancartas de los indignados que acampan en la punta sur de Manhattan, en las puertas de Wall Street. Es el "levantamiento de la multitud", escriben los acad¨¦micos izquierdistas Toni Negri y Michael Hardt en Foreign Affairs. El desestimado 1% controla el 40% de los activos disponibles de EE UU. La protesta en el coraz¨®n del capitalismo, ridiculizada en un primer momento, comienza a ser tomada en serio y se habla del regreso de una nueva disidencia en EE UU. El Ocupa Wall Street ya dobla en popularidad al Tea Party, con un apoyo del 60% entre los j¨®venes y el 66% entre los dem¨®cratas. No va contra los pol¨ªticos, la Casa Blanca o el Congreso, sino directamente contra la codicia de los banqueros y el desigual reparto de la riqueza. Y contra la percepci¨®n de que esta fiesta la est¨¢n pagando los menos culpables. Desde Madrid a Nueva York se denuncia un sistema pol¨ªtico en manos de los intereses de ¨¦lites empresariales y financieras, y agradecido por ello. Gritan que lo que es bueno para Wall Street no es bueno ni para EE UU, ni para el mundo en general. Mayoritariamente j¨®venes, parados, precarizados, o subempleados con trabajos frustrantes. Estudiantes que no pueden devolver los cr¨¦ditos que adquirieron para pagar la universidad. En la primera superpotencia hay 46 millones de pobres, la mayor cifra de su historia, y uno de cada cuatro propietarios no puede pagar la hipoteca.
El movimiento de los indignados es m¨¢s moral que pol¨ªtico. Es generacional: "Si tu sangre no hierve ahora, es que no es sangre". Por supuesto que no tienen programas detallados. No les corresponde. Es abigarrado, descentralizado, horizontal. Utiliza con astucia la capacidad innata de los exasperados, nativos digitales, para manejar la tecnolog¨ªa de las redes sociales. Para bien o para mal no tiene un l¨ªder. No se disolver¨¢ a cambio de un par de leyes ni ser¨¢ digerido por los partidos, en Espa?a ya hemos visto pat¨¦ticos intentos. No es el anti-Tea Party desde la izquierda, pero s¨ª coincide con un momento en el que el populismo extremista conservador parece haber tocado techo. El presidente Obama los ha puesto en el mapa despu¨¦s de decir que entend¨ªa sus frustraciones. Refleja la impotencia de los dejados atr¨¢s por un sistema pol¨ªtico, abducido por el capitalismo financiero, que ha abandonado a sus ciudadanos y nos ha mentido.
fgbasterra@gmail.com
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