La crisis de las cajas golpea la obra social
Las entidades recortan en cultura, deporte y patrimonio por mantener la labor asistencial - La ca¨ªda del 80% en el beneficio obliga a reorientar los escasos recursos
Las cajas de ahorros viven sus peores momentos. La conversi¨®n en bancos y el esc¨¢ndalo de las indemnizaciones multimillonarias en las cajas socorridas por el Estado han socavado su imagen. La crisis golpea ahora donde m¨¢s duele: en esa reputaci¨®n, labrada durante d¨¦cadas, de entidades sociales que destinan alrededor del 20% del beneficio a labores asistenciales en pro de los desfavorecidos. Adem¨¢s de la ca¨ªda de prestigio, est¨¢n los n¨²meros. Y las cifras cantan: la crisis financiera est¨¢ siendo inexorable con este sector por la excesiva concentraci¨®n en el sector inmobiliario y la mala gesti¨®n de algunas de ellas, que se refleja en una ca¨ªda continuada del beneficio. Entre 2007 y 2010 los resultados del sector se han hundido un 80%. Por si esto fuera poco, la normativa internacional obliga a las entidades a incrementar los colchones de capital y, por lo tanto, a repartir menos dividendos. En las cajas (y en los bancos que han creado las cajas), el dividendo es lo que nutre la obra social, que cada ejercicio cuenta con menores recursos. Pero las cajas, o al menos una parte de las ellas, tienen claro que deben mantener a toda costa la obra social por vocaci¨®n, como elemento clave de fidelizaci¨®n de su clientela y como aspecto diferenciador de los bancos. Eso s¨ª: con un planteamiento m¨¢s social, menos cultural.
La dotaci¨®n para obra social ha ca¨ªdo el 55% entre 2007 y 2010
El retroceso del gasto real es del 29% por los fondos de reserva acumulados
Hay pol¨¦mica con las cajas que han recibido dinero p¨²blico
El Banco de Espa?a exige que se limiten a los compromisos firmados hasta 2015
La ca¨ªda de presupuesto se ha paliado hasta ahora gracias a los fondos de reserva constituidos los a?os de bonanza. "Quita y no pon, se acaba el mont¨®n", dice el refr¨¢n, y este puede ser el problema de futuro: si las cajas no elevan sus beneficios en los pr¨®ximos a?os, la dotaci¨®n anual ir¨¢ disminuyendo y, cuando se agoten los fondos, el gasto en obra social se reducir¨¢ de manera dr¨¢stica. Fuentes de la Confederaci¨®n Espa?ola de Cajas de Ahorros (CECA) reconocen este problema, aunque afirman que no hay motivos para la alarma. No obstante, los n¨²meros corroboran esta inestable situaci¨®n: la dotaci¨®n (la parte del beneficio que va a obra social) ha ca¨ªdo un 55% entre 2007 y 2010. Sin embargo, lo realmente gastado solo ha disminuido un 29%, por lo que no se ha notado tanto en la sociedad. La diferencia ha ido con cargo a los fondos acumulados en los a?os de vacas gordas. Cada caja cuenta con su propio departamento de obra social porque las fusiones (las 45 entidades que exist¨ªan anteriormente son ahora 15) no han afectado, en casi ning¨²n caso, a ese cap¨ªtulo.
Javier Quesada, catedr¨¢tico de An¨¢lisis Econ¨®mico en la Universidad de Valencia y profesor de IVIE (Instituto en el que participan algunas cajas), corrobora la dificultad del momento: "Van a ser tiempos muy dif¨ªciles. En los pr¨®ximos a?os, la ingente actividad que se realizaba desde la obra social, que lleg¨® a invertir 2.000 millones en 2008, caer¨¢ entre un 60% y un 70%. Los ciudadanos y las instituciones que ped¨ªan constante colaboraci¨®n a las cajas se van a percatar de todo lo que hac¨ªan". Y a?ade otra idea clave: "El objetivo de reducci¨®n de d¨¦ficit provocar¨¢ un recorte simult¨¢neo en las cajas y en las instituciones p¨²blicas con las que trabajaban en r¨¦gimen de colaboraci¨®n". Este factor ser¨¢ un acelerador para que lo obra social se centre en los temas m¨¢s urgentes en una crisis: preocuparse de los que lo pasan peor, como reclaman las continuas protestas callejeras. Y eso no son teor¨ªas. El viernes pasado se present¨® el informe de Unicef y la Fundaci¨® Pere Tarr¨¦s seg¨²n el cual un 25% de los menores de 16 a?os vive bajo el umbral de la pobreza en Espa?a, una cifra que se agudiza en nueve puntos en el caso de los hijos de inmigrantes.
Otro ejemplo: el Gobierno vasco anunci¨® ayer que sistema de protecci¨®n social de Euskadi -que asegura a los vascos sin recursos una renta de garant¨ªa de ingresos de 650 a 923 euros mensuales- "no se puede sostener" y "entrar¨¢ en quiebra" si no se suben los impuestos. "Ya no son tiempos para hacer labores en ?frica. Sentimos mucho decir no a los que nos piden esas colaboraciones, pero a escasas calles de nuestra sede hay j¨®venes, mayores, discapacitados que lo est¨¢n pasando muy mal. Intentar paliar su situaci¨®n es lo que nos demanda la sociedad y la clientela. No entender¨ªan que gast¨¢ramos dinero en restaurar piedras o en un club de remo, dicho sea con todo respeto", comenta Juan Mar¨ªa Sainz de Buruaga, director general de la BBK, la segunda caja que m¨¢s invierte en este cap¨ªtulo y la primera en proporci¨®n a su tama?o. Tras su fusi¨®n, las tres entidades vascas se han comprometido, por norma, a destinar el 30% del beneficio anual a obra social.
Banca C¨ªvica (Caja Navarra, Cajasol, Caja Canarias y Caja Burgos) fue pionera en preguntar a sus clientes en qu¨¦ quer¨ªan que se invirtiera la obra social. La respuesta provoc¨® un giro de tim¨®n: m¨¢s dinero para lo que tiene que ver con las personas (mayores y discapacitados) y menos en actividades culturales y patrimonio. Estas ¨¢reas son menos vistosas, tienen menos trascendencia en los medios de comunicaci¨®n (y menor retorno publicitario) y, c¨®mo no, impiden las inauguraciones fastuosas a las que tan aficionados son los pol¨ªticos. "La dependencia pol¨ªtica de las cajas ha sido un factor que les ha desviado de sus principales objetivos sociales", apunta un ejecutivo del sector que pide el anonimato. La prueba de que no todas tienen la misma filosof¨ªa es que de las 13 cajas que m¨¢s invierten (ver cuadro) solo seis ten¨ªan en 2010 la asistencia social como prioridad frente a cuatro (Unicaja, Bancaja, CAM y Caja Sol) cuyo foco estuvo puesto en la cultura y el tiempo libre, seg¨²n datos de la patronal, la CECA.
Con la reducci¨®n del presupuesto llega el momento de decir no a algunas actividades. Entre los casos m¨¢s sangrantes est¨¢ el de la Caja Mediterr¨¢neo (CAM), que lanz¨® a la fama sus veleros de competici¨®n, con los que regateaba el Pr¨ªncipe Felipe en la Copa del Rey de Vela. Tras la intervenci¨®n de la entidad, ni el fondo de rescate (FROB) -que gestiona la caja- ni la Casa Real consideraron conveniente seguir navegando en el barco y se ha rescindido el contrato con el armador. Al margen de casos estramb¨®ticos, las exposiciones itinerantes de pintura con las grandes pinacotecas internacionales, la restauraci¨®n de patrimonio art¨ªstico, la subvenci¨®n a equipos deportivos, el patrocinio de conferencias y congresos y similares interesan menos que antes.
Tambi¨¦n se han buscado f¨®rmulas para ahorrar costes en temas sociales. "Antes las cajas realizaban toda la labor asistencial. Ahora es en colaboraci¨®n con organizaciones sociales. Los resultados son buenos y no hay compromisos a tan largo plazo", dicen fuentes de la CECA. Las principales actuaciones en 2011 se centraron en programas contra la pobreza (infancia y familias en situaci¨®n cercana a la exclusi¨®n); discapacitados, inmigrantes, parados, mujeres maltratadas, as¨ª como la promoci¨®n de vivienda en alquiler a precios asequibles para j¨®venes y mayores. "La crisis se nota en que cada vez hay m¨¢s dedicaci¨®n al trabajo con bancos de alimentos y comedores sociales", afirma la patronal de las cajas.
La Caixa, la entidad que m¨¢s destina a esta partida, est¨¢ considerada una gu¨ªa para muchas entidades. Su presidente, Isidro Fain¨¦, repite constantemente que la transformaci¨®n de la entidad en un banco no cambiar¨¢ su vocaci¨®n. "Tenemos un compromiso con las personas. Esta pol¨ªtica es la que hace que prefiera trabajar aqu¨ª que en un banco, aunque ganara m¨¢s en otro sitio". Ha destinado 500 millones a obra social en 2011. "Mantenemos el mismo presupuesto que en los tres ¨²ltimos a?os. El 67% son programas sociales, lucha contra la pobreza infantil en Espa?a, fomento del empleo entre colectivos excluidos, etc¨¦tera", recuerda Jes¨²s Arroyo, director de la obra social. El grupo BMN, liderado por Caja Murcia, est¨¢ en la misma l¨ªnea. En Caja Madrid han apostado por "crear infraestructuras permanentes que resuelvan los problemas en lugar de peque?as aportaciones. Es decir, levantar edificios y dar la asistencia en colaboraci¨®n con otras entidades", dicen fuentes oficiales.
Los casos m¨¢s pol¨¦micos son las cajas controladas por el FROB o que han recibido dinero p¨²blico. El Banco de Espa?a exigi¨® que limiten su obra social "a los compromisos ya adquiridos" hasta 2015. El regulador pretende que las entidades dediquen sus beneficios "a capitalizarse, a devolver las ayudas del FROB y a pagar sus intereses", que rondan el 8%. Javier D¨ªez-Gim¨¦nez, profesor de Econom¨ªa del IESE, critica que algunas cajas patrocinen motos y cree que es "inmoral que entidades con ayudas del FROB sigan decidiendo c¨®mo invierten la obra social. Con el dinero del contribuyente no deber¨ªan hacerlo. Cada uno debe decidir c¨®mo colabora con la sociedad: otra cosa es quien haya protagonizado una mala gesti¨®n". CatalunyaCaixa, por ejemplo, ha reaccionado autofinanciando la obra social cobrando "peque?as tasas" a los visitantes. Est¨¢ volcada en labores de patrimonio art¨ªstico -La Pedrera de Barcelona, por ejemplo- y los espacios naturales. La CAM, en proceso de subasta, destin¨® 38 millones a la obra social en 2010 y la ha desligado del banco. Es decir, no se vender¨¢. Tiene presupuesto para dos a?os y pretende seguir adelante ahorrando, vendiendo edificios y firmando colaboraciones. Las f¨®rmulas son distintas, pero los expertos creen que solo los enfoques sociales ser¨¢n valorados, a medio plazo, por los clientes. Ese es el reto.
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