Argentina intenta romper el muro antiabortista en Latinoam¨¦rica
La presidenta Fern¨¢ndez se plantea dar libertad de voto para la ley de plazos, que supondr¨ªa un respaldo al movimiento despenalizador en Uruguay y Brasil

De una mujer, Cristina Fern¨¢ndez de Kirchner, puede depender en las pr¨®ximas semanas que la despenalizaci¨®n del aborto, un tema que sigue siendo objeto en todo Am¨¦rica Latina de un permanente tira y afloja, experimente un gran paso adelante o quede, una vez m¨¢s, empantanado. "La presidenta argentina se ha manifestado en p¨²blico en contra del aborto, pero no se trata de que ella tenga que votar a favor, sino simplemente de que deje libertad de voto a los diputados de su grupo, el Frente para la Victoria", explica, esperanzada, la diputada Cecilia Merch¨¢n, impulsora del proyecto de ley que debe ser discutido el 1 de noviembre.
"En ese caso, estoy segura de que habr¨¢ mayor¨ªa a favor de la despenalizaci¨®n y que daremos un paso decisivo en la mejora de las condiciones de vida de la mujer, no solo argentina, sino latinoamericana", asegura. Cristina Fern¨¢ndez, que se confiesa religiosa y que cont¨® hace poco que hab¨ªa sufrido en su juventud un aborto espont¨¢neo que le "marc¨®", se mantiene, por ahora, en silencio.
Cat¨®licos y evang¨¦licos lideran los movimientos de prohibici¨®n
La diputada ponente de la reforma sufri¨® a los 20 a?os un aborto clandestino
Incluso en casos de ni?as violadas es dif¨ªcil interrumpir un embarazo
Cada a?o, cuatro millones de mujeres arriesgan su vida en cirug¨ªas insalubres
En 2008 el presidente uruguayo Tabar¨¦ V¨¢zquez dio un formidable cerrojazo a las esperanzas de todos los grupos que luchan en Am¨¦rica Latina por poner fin a una situaci¨®n que cuesta cada a?o la vida de m¨¢s de 4.000 mujeres, v¨ªctimas de abortos ilegales, y que lleva a decenas de miles de los cuatro millones anuales que se someten a cirug¨ªas clandestinas a padecer graves secuelas. V¨¢zquez se salt¨® a la torera el voto mayoritario del Parlamento de Montevideo que, por primera vez, hab¨ªa aprobado una ley despenalizadora, e impuso su veto presidencial. Nadie cree que la presidenta Fern¨¢ndez de Kirchner, que entre otras cosas ha defendido el matrimonio homosexual, desee hacer algo similar en Argentina.
Los coletazos de la decisi¨®n de Tabar¨¦ V¨¢zquez fueron dur¨ªsimos, porque el veto, esgrimido adem¨¢s alegando su condici¨®n de m¨¦dico, anim¨® a todos los movimientos antiaborto en Am¨¦rica Latina, que cuentan con un apoyo sin fisuras, no solo de la Iglesia cat¨®lica, sino tambi¨¦n de todas las iglesias evang¨¦licas que crecen d¨ªa a d¨ªa en el continente.
Hace pocas semanas, en Colombia se vivi¨® un nuevo intento de echar para atr¨¢s, incluso, la m¨ªnima legislaci¨®n que, desde 2006, permite abortar en los tres cl¨¢sicos casos de peligro para la vida de la madre, violaci¨®n o malformaciones del feto incompatibles con la vida. Movilizadas por la Iglesia, cinco millones de personas firmaron una solicitud para modificar un art¨ªculo de la Constituci¨®n para que "se defendiera la vida desde la concepci¨®n misma". Por nueve votos contra siete, la comisi¨®n correspondiente del Senado se neg¨® a "blindar" esa obligaci¨®n. El voto decisivo fue el de una mujer, la senadora Karime Motta, que originalmente iba a apoyar la medida y que en el ¨²ltimo minuto cambi¨® su decisi¨®n.
En el caso de M¨¦xico, la batalla se decant¨® justo del lado contrario que en Colombia. El pasado 23 de septiembre, la Suprema Corte pronunci¨® un fallo que convalidaba una reforma legal introducida en los estados de Baja California y San Luis Potos¨ª, seg¨²n las cuales "el derecho a la vida queda protegido desde la concepci¨®n".
Numerosas asociaciones de mujeres hab¨ªan pedido que se declararan inconstitucionales esas reformas (que se han llevado a cabo hasta el momento en 18 de las 31 entidades federativas mexicanas) por ser contrarias al Estado laico mexicano, pero su demanda obtuvo un voto menos de los necesarios para prosperar. As¨ª que el aborto seguir¨¢ siendo prohibido en todas partes, salvo en el Distrito Federal, donde una ley de abril de 2007 permite interrumpir el embarazo hasta la semana n¨²mero 12. El debate estuvo, adem¨¢s, rodeado de esc¨¢ndalo, porque particip¨® el propio presidente de la Rep¨²blica, Felipe Calder¨®n, que habl¨® de su "compromiso con el derecho a la vida".
La creciente presi¨®n que ejercen los grupos religiosos en Am¨¦rica Latina qued¨® tambi¨¦n de relieve en Brasil, donde otra mujer, Dilma Rousseff, lleg¨® por primera vez a la presidencia en enero de este a?o. Rousseff, que, al contrario que la mayor¨ªa de los brasile?os, nunca ha hecho gala de creencia religiosa alguna, lleg¨® a decir en 2007, cuando todav¨ªa no era candidata, que "el aborto debe ser despenalizado".
Pero esa opini¨®n desapareci¨® como por encanto durante la campa?a electoral, pues sus asesores aseguraban que podr¨ªa acarrearle serias consecuencias no solo con los cat¨®licos (Brasil tiene la mayor poblaci¨®n cat¨®lica del mundo, m¨¢s de 125 millones) sino con las muy activas iglesias evangelistas, que suponen ya el 20% de los brasile?os. Ni siquiera un l¨ªder tan carism¨¢tico y adorado como Lula abord¨® el tema. De hecho, durante su mandato, la comisi¨®n correspondiente de la C¨¢mara de Diputados vot¨® abrumadoramente en contra de un proyecto de despenalizaci¨®n introducido por un peque?o grupo de parlamentarias. Las cosas quedaron como est¨¢n: de dos a cuatro a?os de c¨¢rcel para las mujeres que aborten sin haber sido violadas o correr peligro de muerte.
En este panorama de casi regresi¨®n de las m¨ªnimas legislaciones aprobadas por muchos pa¨ªses latinoamericanos en los a?os 30 del siglo pasado, la influencia de Argentina podr¨ªa ser decisiva, opinan multitud de asociaciones de mujeres, expertos y m¨¦dicos abrumados por el enorme n¨²mero de abortos clandestinos que se practican en Am¨¦rica Latina y por sus graves consecuencias en la salud p¨²blica. "En Am¨¦rica Latina, incluso en la inmensa mayor¨ªa de los casos de embarazos producto de violaciones no es posible realizar los abortos, que ser¨ªan legales, porque las autorizaciones se posponen y dilatan por m¨¦dicos y jueces que anteponen sus creencias y que dejan pasar los plazos hasta que esa mujer, o esa ni?a, est¨¢ ya condenada a tener el hijo", se queja la diputada Merch¨¢n.
Nadie olvida dos casos que no son, en absoluto, ¨²nicos, ni tan siquiera infrecuentes, pero que se han convertido en paradigm¨¢ticos: la ni?a colombiana de 13 a?os violada por un vecino que fue rechazada en siete hospitales y a la que un juez deneg¨® protecci¨®n jur¨ªdica; y la ni?a brasile?a de nueve a?os violada por su padrastro y embarazada de gemelos a la que la Iglesia excomulg¨® y que tuvo que recurrir a la justicia ante la evidencia de que algunos m¨¦dicos prefer¨ªan que corriera el riesgo de morir.
El debate en Argentina va a coincidir con un nuevo y terrible caso: muy pocos diarios han publicado la historia de una joven de 24 a?os, madre de tres ni?os, que se encuentra desde hace d¨ªas entre la vida y la muerte en un hospital de Puerto Madryn (al sur de Buenos Aires) tras haberse practicado un aborto clandestino. Como tantas otras, la joven, v¨ªctima de una infecci¨®n brutal, ha sido sometida a una operaci¨®n para extirparle el ¨²tero. "N. M. S. est¨¢ en condiciones desesperantes, con fallo renal, hep¨¢tico y respiratorio", comunic¨® un enfadado coordinador del servicio de maternidad del centro hospitalario "Es otra v¨ªctima de un aborto inseguro. Son las mujeres pobres las que no pueden pagarse un aborto en las cl¨ªnicas privadas y las que caen en manos de gente sin escr¨²pulos", critic¨® el m¨¦dico. "Pocos d¨ªas antes ingres¨® en ese hospital una ni?a de 11 a?os, embarazada. Afortunadamente, le van a hacer un aborto legal", comunica a El PAIS un periodista local.
Seg¨²n datos oficiales, en Argentina mueren cada a?o unas 100 mujeres y ni?as, v¨ªctimas de abortos clandestinos, que se han convertido en la primera causa de muerte materna. Se calcula que en todo el pa¨ªs se practican anualmente unos 460.000 abortos inseguros. Es posible que m¨¢s de 70.000 acaben en el hospital.
El proyecto de ley que defiende Cecilia Merch¨¢n, una diputada de C¨®rdoba, de 40 a?os, madre de una hija de 20, que representa el Colectivo Juana de Azurduy, contempla la despenalizaci¨®n del aborto hasta las 12 semanas, tal y como propone la Campa?a por el Aborto Gratuito. Cuenta con el respaldo de 16 universidades de todo el pa¨ªs y de grupos de cat¨®licos a favor de una nueva legislaci¨®n. En el Congreso, relata Merch¨¢n, "hay presentados otros cuatro proyectos, pero todos ellos no proponen la despenalizaci¨®n, sino modificar el actual articulo 86 del C¨®digo Penal, que establece los tres casos en los que el aborto no se castiga". En la pr¨¢ctica, esos cuatro proyectos supondr¨ªan postergar, una vez m¨¢s, el debate.
"Hemos conseguido instalar, por primera vez, el debate en el Congreso, con 50 diputadas y diputados que lo respaldan. Estamos seguros de poder reunir los votos necesarios. Solo hace falta que la presidenta Cristina Fern¨¢ndez de Kirchner se plantee que esto es un problema exclusivo del Congreso y conceda libertad de acci¨®n a sus diputados, al igual que dentro de la coalici¨®n radical", afirma Merch¨¢n. Al fin y al cabo, recuerda, ese mismo Congreso aprob¨® hace menos de un a?o el matrimonio igualitario que regulariz¨® la situaci¨®n de parejas homosexuales.
"Yo misma sufr¨ª un aborto clandestino cuando tenia 20 a?os y estuve a punto de morir y de no poder tener hijos nunca m¨¢s. Tenemos que avanzar. Este es el momento, si no, todo quedar¨¢ empantanado otra vez y seguiremos sufriendo casos parecidos", explica Merch¨¢n.

Un delito en la mayor parte del continente
- Argentina. Desde 1921 se permite el aborto en casos de violaci¨®n de mujeres incapacitadas mentalmente y cuando est¨¢ en peligro la vida de la mujer.
- Bolivia. Solo es legal, previa autorizaci¨®n del juez, si el embarazo es resultado de "una violaci¨®n, rapto no seguido de matrimonio, estupro o incesto", y si la vida de la madre peligra.
- Brasil. El aborto se castiga con entre uno y cuatro a?os de c¨¢rcel, salvo si la salud de la madre est¨¢ en peligro o si el embarazo es fruto de violaci¨®n.
- Chile. El aborto es ilegal, sin excepciones. Se penaliza con entre tres y cinco a?os de c¨¢rcel. Desde 2007, se puede suministrar la p¨ªldora del d¨ªa despu¨¦s a las j¨®venes, a partir de los 14 a?os, y los m¨¦dicos tienen obligaci¨®n de atender y no denunciar a las v¨ªctimas de abortos clandestinos.
- Colombia. En 2006, se despenaliz¨® en tres supuestos: peligro para la salud de la madre, violaci¨®n, y cuando el feto vaya a morir.
- Cuba. Desde 1965, la mujer puede interrumpir el embarazo durante las primeras 12 semanas de gestaci¨®n sin justificar sus motivos.
- Ecuador. Es ilegal salvo en caso de amenaza a la vida o salud de la mujer, o si el embarazo es el resultado de violaci¨®n de una mujer disminuida ps¨ªquica.
- M¨¦xico. En el Distrito Federal de M¨¦xico, se puede abortar hasta las 12 semanas. En el resto del pa¨ªs, solo est¨¢ autorizado en los tres casos cl¨¢sicos.
- Nicaragua. Desde octubre de 2006, est¨¢ penalizado bajo cualquier supuesto.
- Paraguay. Desde 1937 se permite solo cuando est¨¢ en peligro la vida de la mujer embarazada.
- Per¨². El aborto es legal cuando est¨¢ en peligro la vida de la mujer. En la pr¨¢ctica, tampoco est¨¢ garantizado el aborto terap¨¦utico.
- Uruguay. En 2008, el Parlamento aprob¨® la ley integral que despenaliza el aborto. Pero el presidente Tabar¨¦ V¨¢zquez la vet¨®, en contra de su propia fuerza pol¨ªtica (el Frente Amplio) y la opini¨®n de la ciudadan¨ªa: un 60% est¨¢ a favor de la despenalizaci¨®n.
- Venezuela. El aborto est¨¢ considerado como delito, pero existe un anteproyecto de normativa que propone la despenalizaci¨®n por plazos.
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