'Cristianos' e 'Higua¨ªnes'
El goleador argentino del Madrid ha debido competir con Ra¨²l, Van Nistelrooy, Benzema, Kak¨¢ y CR

Cuando Gonzalo Higua¨ªn marc¨® su tercer gol ante el Betis, el s¨¢bado, el Bernab¨¦u estall¨® en un clamor de j¨²bilo. La clase de rugido que consagra a los ¨ªdolos de una hinchada poco inclinada a exhibir las emociones. A sus 23 a?os, Higua¨ªn hab¨ªa dado por superada la operaci¨®n de columna que le posterg¨® durante la temporada pasada y el p¨²blico le dio la bienvenida. Pocos jugadores son tan queridos por el madridismo como El Pipita. Pocos llegaron al club con menos posibilidades de prosperar.
Probablemente no ha habido peor momento para instalarse en Chamart¨ªn que la Navidad de 2006. Con Ram¨®n Calder¨®n en la presidencia, el Madrid llevaba casi un a?o sumido en la crisis institucional m¨¢s grave desde la muerte de Bernab¨¦u. Transcurr¨ªa la mitad del invierno y el equipo met¨ªa pocos goles. La estad¨ªstica revela que por entonces sufri¨® la peor sequ¨ªa de los ¨²ltimos 20 a?os. A los cinco meses de competici¨®n, remataba una media de cuatro veces por partido. La esterilidad del juego amenazaba con barrer a Fabio Capello, el entrenador, antes de visitar el Calder¨®n. El drama se aceler¨® en el derbi: Fernando Torres se adelant¨® (1-0) y el ¨¢rbitro anul¨® un gol a Perea.
El Madrid se tambaleaba y Capello, desde el banquillo, vislumbraba el ocaso, el despido anticipado, la conclusi¨®n menos honorable de una carrera brillante. El naufragio parec¨ªa inminente cuando se conectaron los hechiceros. Guti jug¨® para Cassano, que se gir¨® y lanz¨® con el exterior un pase filtrado entre los centrales. Fue como un conjuro. Y del ritual naci¨® lo inesperado: un chico de 18 a?os apunt¨® el desmarque hacia afuera y se volvi¨® de repente, meti¨¦ndose al ¨¢rea y sorprendiendo a Perea y Z¨¦ Castro. El central luso estir¨® la pierna para llevarse la pelota, pero se encontr¨® con que su adversario le pon¨ªa el cuerpo. No necesit¨® m¨¢s de un toque para mandar la pelota a la red sobre la salida de Leo Franco y anotar el empate definitivo (1-1). As¨ª entr¨® Higua¨ªn en la historia del Madrid. Fue un 24 de febrero.
Ronaldo Nazario hab¨ªa sido traspasado al Milan hac¨ªa unos d¨ªas en el mercado invernal. El vac¨ªo dejado en el vestuario por el brasile?o inspiraba sentimientos de pesimismo en los compa?eros. Jugando con la fon¨¦tica y la iron¨ªa, alguno decidi¨® bautizar al reci¨¦n llegado como Higual¨ªn. "Porque es igual¨ªn que Ronaldo", dijeron. Puesto a competir con Ra¨²l, Van Nistelrooy y Robinho, el futuro de un adolescente sin nombre resultaba sombr¨ªo.
Higua¨ªn meti¨® dos goles en media temporada 2006-2007. Quiz¨¢s, los m¨¢s importantes del curso. El primero, en el derbi, salv¨® a Capello. El segundo, el 4-3 final contra el Espanyol, en el minuto 90 del partido, salv¨® el campeonato.
Si Capello le emple¨® como un recurso para las segundas partes, Schuster no crey¨® en su capacidad como delantero centro. Al menos al principio, el t¨¦cnico alem¨¢n se decant¨® por Van Nistelrooy, Ra¨²l, Robinho y Robben. Solo al principio. Schuster comenz¨® a utilizarlo como extremo por la derecha. Desde esa posici¨®n empez¨® Higua¨ªn a recuperar terreno. Primero se hizo m¨¢s ¨²til que Robben, despu¨¦s se antepuso a Robinho y finalmente acab¨® en la punta del ataque. Tan firme que tampoco Huntelaar, contratado para darle a Schuster el goleador que reclamaba, le quit¨® el puesto. Higua¨ªn meti¨® ocho goles en la temporada 2007-2008 y otros 20 en la 2008-2009. Con el correr del tiempo aprendi¨® de Ra¨²l el secreto de la supervivencia. Para asentarse en la atm¨®sfera inestable del Madrid su preocupaci¨®n deb¨ªa concentrarse en golear antes que en jugar.
La presidencia de Florentino P¨¦rez puso a prueba la lecci¨®n aprendida de Higua¨ªn. El nuevo presidente no le quer¨ªa. Preocupado por renovar el ataque por completo, fich¨® a Kak¨¢, Cristiano y Benzema. Pero el t¨¦cnico, Pellegrini, no disimul¨® sus preferencias. El d¨ªa del cl¨¢sico en el Camp Nou resolvi¨® dejar a Benzema y Ra¨²l en el banquillo. Esa temporada Higua¨ªn marc¨® 27 goles. Un tanto cada 88 minutos. La progresi¨®n solo se rompi¨® por la hernia discal que le envi¨® al quir¨®fano en enero. Esta temporada su promedio es de un gol cada 39 minutos.
Sumada toda la trayectoria, el saldo es fabuloso para un futbolista que a¨²n no completa su etapa de formaci¨®n: 77 goles en 8.800 minutos, uno cada 114
Dice su entrenador, Jos¨¦ Mourinho, que no le considera titular. A Higua¨ªn eso le da igual. Sabe de memoria que su clase no es la de los Cristianos. Sabe que tendr¨¢ que competir. Y sabe que ser¨¢ peor para ellos.

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