Van Gogh: suicidio entre interrogantes
Una biograf¨ªa cambia las tesis oficiales y apunta a una muerte accidental
Una nueva teor¨ªa sobre la muerte de Vincent van Gogh puede acabar reescribiendo la historia del arte. Toda la literatura producida sobre el artista holand¨¦s le presenta como el paradigma del genio incomprendido que acab¨® suicid¨¢ndose. Ahora, la m¨¢s reciente de sus biograf¨ªas, titulada Van Gogh: la vida, y firmada por los estadounidenses Steven Naifeh y Gregory White Smith, propone un final a¨²n m¨¢s dram¨¢tico, si cabe. Una bala, disparada por error por un adolescente burl¨®n, habr¨ªa acabado con su vida en Auvers-sur-Oise, cerca de Par¨ªs, un luminoso 29 de julio de 1890. Herido de muerte en un accidente fortuito, Van Gogh tuvo el gesto m¨¢s generoso de su existencia. Dijo que hab¨ªa querido quitarse la vida, y se libr¨® as¨ª de una acusaci¨®n de homicidio imprudente al jovencito. Menos de dos d¨ªas despu¨¦s del accidente, Vincent falleci¨® mientras su hermano Theo le abrazaba susurrando que su tristeza no tendr¨ªa fin.
Herido fatalmente, el artista dijo que hab¨ªa querido quitarse la vida
En el museo dedicado al pintor han acogido con mesura la teor¨ªa
Naifeh y White Smith han dedicado casi un millar de p¨¢ginas y una d¨¦cada de sus propias vidas a reconstruir la trayectoria de Van Gogh. Seg¨²n ellos, el relato del suicidio no cuadra y por eso decidieron reconstruirlo con detalle forense. En primer lugar, rescatan la figura de Ren¨¦ Secr¨¦tan, un chico que veraneaba con su familia en Auvers y sol¨ªa burlarse del pintor. Propenso a las depresiones y exagerado en sus filias y fobias, Van Gogh era una presa f¨¢cil. Ven¨ªa, adem¨¢s, del sanatorio de Saint R¨¦my, en la Provenza francesa. Aunque durante su reclusi¨®n estuvo muy inspirado y pint¨® sin parar, fue un paciente de centro psiqui¨¢trico y sus nuevos vecinos deb¨ªan saberlo. As¨ª que cuando S¨¦cr¨¦tan se disfraz¨® un d¨ªa de vaquero con pistola, el pintor le dijo que parec¨ªa Buffalo Bill. Una broma inocente que, seg¨²n los bi¨®grafos, acab¨® en tragedia. Bebidos y entre burlas y gracias, al cabo de un rato se oy¨® un disparo en un trigal del pueblo. A partir de ah¨ª, el final se precipit¨® y Naifeh y White Smith creen saber lo ocurrido. "Van Gogh regres¨® a su casa tambale¨¢ndose y dando una versi¨®n inconexa y poco cre¨ªble de su supuesto intento de suicidio. Por otro lado, la pistola nunca fue recuperada", ha declarado la pareja de autores a la CBS, donde han presentado la biograf¨ªa del pintor. En su opini¨®n, que tiene algo del romanticismo del Hollywood m¨¢s cl¨¢sico, Van Gogh no buscaba morir, pero tampoco rechaz¨® su destino. Su final, sin embargo, pod¨ªa estropearle el futuro a unos chicos que jugaron con torpeza. Y s¨ª, Naifeh y White Smith aseguran que no solo les perdon¨® como buen cristiano, aunque lleno de sombras en su fe, evit¨® que acabaran en un reformatorio por imprudentes.
Los autores defienden su teor¨ªa con fuerza, aunque admiten tambi¨¦n que esta segunda muerte de Van Gogh que proponen puede eclipsar la biograf¨ªa misma. Su esperanza es que el posible lector se acerque por curiosidad a Van Gogh: la vida, y descubra al ser humano detr¨¢s del artista y su discutida muerte. Porque el verdadero logro del libro radica ah¨ª. Despu¨¦s de leer cientos de documentos, libros traducidos al ingl¨¦s para ellos por el museo Van Gogh, de ?msterdam, y recorrer la correspondencia del artista, dibujan a un hombre mucho m¨¢s complejo de lo mostrado hasta la fecha.
El Van Gogh de estos autores era duro y sensible, manipulador cuando quer¨ªa conseguir algo de su hermano Theo, el ¨²nico que le apoy¨® siempre, y tierno hasta pintar un almendro florido cuando naci¨® su sobrino. Un tipo entregado al arte que pintaba sin sosiego, pero que tambi¨¦n abandonaba a su gente al sentirse traicionado o mal entendido. El pintor que huy¨® del opresivo norte de Holanda en busca de la libertad y la luz de Francia responde a la realidad. Tambi¨¦n el hombre que pod¨ªa sembrar ciza?a porque buscaba el bien supremo del arte.
Fieles a su pragmatismo, en el museo de ?msterdam han acogido con mesura la teor¨ªa del homicidio por imprudencia. Y eso que los autores tienen a su favor una declaraci¨®n del propio Ren¨¦ Secr¨¦tan -no registrada en su ¨¦poca- contando lo ocurrido en el trigal. "Es muy interesante, pero faltan respuestas. Es pronto para modificar la causa de la muerte", dijo ayer Leo Jansen, su conservador. S¨ª que alab¨® el libro porque arroja nueva luz sobre la vida y familia del pintor.
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