400 fuegos en cuatro d¨ªas desbordan el dispositivo de extinci¨®n de la Xunta
Las brigadas son insuficientes y el humo dificulta la labor de los medios a¨¦reos
En la lucha de Ourense contra el fuego manda el fuego. Los ourensanos recurren a m¨¦todos ancestrales para apagar los incendios que amenazan sus viviendas y arboledas ante la escasez de brigadas de la Xunta (Medio Rural comenz¨® en septiembre a reducir a la mitad el dispositivo) y ante la imposibilidad de recurrir a los medios a¨¦reos, aportados en su mayor¨ªa por el Estado, con el cielo cubierto en la provincia por una densa capa de humo. Los medios oficiales acaban tirando de los voluntarios de Protecci¨®n Civil (en teor¨ªa destinados solo a proteger las viviendas) para intentar controlar el avance de las llamas, seg¨²n confirman fuentes de este organismo. Cuando ni los voluntarios llegan, acuden los vecinos provistos de unas ramas.
Con los pozos secos, algunos decidieron regar la pradera con purines frescos
"Anda o demo ceibo", dicen, y reconocen que se est¨¢n valiendo solo de sus medios
"En el Macizo Central sumamos 6.000 hect¨¢reas de monte quemado"
Desde que el d¨ªa 1 empez¨® a arder todo, la Xunta no llam¨® al alcalde
A mediod¨ªa de ayer, un pu?ado de habitantes del pueblo de Gulfar, en A Peroxa, bat¨ªa las llamas con xestas para intentar matar un incendio que amenazaba sus prados y se acercaba a una gran nave de cerdos de Coren. Con los pozos secos tras meses de sequ¨ªa, alguno se decidi¨® a regar la pradera con purines frescos. El fuego, una r¨¦plica de un incendio de la jornada anterior, que, seg¨²n los vecinos, qued¨® sin vigilancia, asom¨® al mismo tiempo que el viento comenz¨® a soplar. En cuesti¨®n de minutos arras¨® una carballeira pr¨®xima. La llamada al 085 no surti¨® efecto: no lleg¨® ninguna brigada. Ning¨²n avi¨®n o helic¨®ptero surc¨® el cielo. La autobomba municipal, un desvencijado Pegaso-Halc¨®n, estuvo todo ese tiempo aparcada frente al bar, en el centro del pueblo.
No fue el ¨²nico fuego que amenaz¨® ayer a este municipio. El alcalde de A Peroxa, Manuel Seoane, reconoce que solo el fin de semana se registraron 86 incendios en esa localidad. "Es imposible atenderlos todos con las cuatro brigadas de Medio Rural que tenemos asignadas", destaca. Mientras el viento dispara las llamas en Gulfar, columnas de humo por doquier anuncian que el contorno est¨¢ tomado por el fuego y que los medios no llegan. Una situaci¨®n "dram¨¢tica" que se repite en casi toda la provincia.
A Peroxa es un campo de batalla. Donde no hay incendios hay rescoldos. Regueros de llamas surgen a cada paso. Este fin de semana fueron desalojados los vecinos de Mirallos. El fuego se ceb¨® con una casa deshabitada y oblig¨® a evacuar a los habitantes de otra. En la localidad pr¨®xima de Corneda, los cinco vecinos aseguran que velan cada noche las llamas que los rodean.
"Anda o demo ceibo", dicen mientras reconocen que se valen solo de sus medios (las ramas de los ¨¢rboles y alg¨²n tractor) para defenderse de los incendios. "Lo vamos tornando", comentan los habitantes para explicar que desv¨ªan las llamas hacia otro lado. En Corneda no han visto una brigada desde hace ocho d¨ªas. "No dan abasto, tuvieron que ir a las casas de abajo, que peligraban", justifican resignados los vecinos. El fuego era tan fuerte que "no consegu¨ªan aplacarlo", explica Pilar, que asegura que lleva una semana "sin dormir, vel¨¢ndolo".
Manuel Taboada, uno de los vecinos desalojados en Mirallos, afirma que el gran fuego del fin de semana se produjo al "juntarse el incendio con el cortafuegos; ah¨ª se desmadr¨®; ni siquiera el alcalde pudo hacer nada". Desde Corneda hasta As Casarizas hay un cementerio de robles, pinos y abedules con las llamas calentando a¨²n sus ra¨ªces. Hasta Bouzalonga todo es rescoldo. All¨ª las ruinas de una casa deshabitada muestran el esqueleto a¨²n humeante de una vida anterior. El somier y la cocina de le?a se retuercen entre las brasas. En el prado pr¨®ximo, cuelgan las manzanas calcinadas de las ramas.
En las zonas protegidas, con un despliegue considerable de medios humanos y materiales del Estado, los incendios son descomunales. El alcalde de Manzaneda y ex brigadista, David Rodr¨ªguez, asegura sentirse desamparado. Su municipio forma junto con los de Chandrexa de Queixa y Vilari?o de Conso el tri¨¢ngulo del Macizo Central donde la Xunta reconoce que se ha registrado un "gran incendio". "No nos llegan los medios y la conseller¨ªa nos dice que hace lo que est¨¢ en su mano", comenta el regidor. "Desde el 1 de octubre en que comenz¨® a arder todo" no recibi¨® ni una llamada de Medio Rural.
Ayer intent¨® comunicarse con el conselleiro, Samuel Ju¨¢rez. Lo atendi¨® "un secretario que me dijo que hac¨ªan lo que pod¨ªan". Rodr¨ªguez alert¨® al representante de Medio Rural de que "entre los tres municipios del Macizo Central se han quemado hasta ahora 6.000 hect¨¢reas", pero en la Xunta "insisten en que no han ardido m¨¢s de 2.000". El Gobierno gallego informaba a mediod¨ªa de ayer de que se manten¨ªan activos los grandes fuegos del Xur¨¦s y el Macizo Central pero no daba cifras de la superficie quemada. Por la noche reconoci¨® que, desde el viernes, se hab¨ªan registrado en Galicia 400 incendios, pero solo dio informaci¨®n de una veintena. A la vista de la situaci¨®n, el Ministerio de Defensa decidi¨® ayer enviar 300 militares m¨¢s, que se suman a los 367 ya desplegados.
Medio Rural tambi¨¦n admiti¨® incendios de importantes proporciones en otras provincias, como uno en el municipio coru?¨¦s de Santiso que arras¨® 800 hect¨¢reas y otro en Vilalba (Lugo) que calcin¨® 200.
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