Trichet se despide del BCE exigiendo a la UE una "acci¨®n inmediata"
Alemania y Francia se re¨²nen con el FMI, la UE y el BCE para desencallar la negociaci¨®n sobre el fondo de rescate
La madre de todas las huelgas genera graves disturbios en Grecia. La UE investiga a los bancos por manipular los tipos de inter¨¦s mientras los banqueros, beneficiarios de multimillonarias ayudas p¨²blicas, siguen cobrando sueldos r¨¦cord. La austeridad es una suerte de pensamiento ¨²nico en la vida pol¨ªtica europea. El Estado del Bienestar est¨¢ en el alero. Los mercados han tomado claramente las riendas. Los empresarios italianos dan un ultim¨¢tum a Berlusconi. Y Espa?a mejor no mentarla. El futuro de la eurozona, en fin, se decidir¨¢ en los pr¨®ximos d¨ªas en un ambiente de lo m¨¢s viciado por los interminables problemas bancarios y fiscales. Pero en medio de esas urgencias, Europa despidi¨® ayer por todo lo alto a quien, con aciertos y alg¨²n que otro patinazo, m¨¢s ha hecho por el euro -esa moneda sin patria, hoy m¨¢s que nunca- en lo que va de crisis. Jean-Claude Trichet, presidente saliente del Banco Central Europeo (BCE), dijo adi¨®s oficialmente a su cargo en un acto con toda la fanfarria -m¨²sica cl¨¢sica y solemnes discursos en el interior de la ?pera de Fr¨¢ncfort; gritos y soflamas de los indignados fuera- y dej¨® un mensaje de apremio: "La crisis reclama acciones inmediatas".
"Si el euro fracasa, Europa fracasar¨¢ con ¨¦l", advierte Angela Merkel
Van Rompuy pide a los l¨ªderes de la UE un esfuerzo ante la cita en Bruselas
Los l¨ªderes europeos recogieron el guante y aprovecharon la sobreabundancia de figuras pol¨ªticas de primer orden en Fr¨¢ncfort (incluida la vicepresidenta Elena Salgado) para tratar de desencallar las negociaciones sobre el fondo de rescate europeo. Pero de inmediatez no va precisamente sobrada la eurozona, con Alemania y Francia incapaces de ponerse de acuerdo y con los grandes bancos arremetiendo contra los planes de recapitalizaci¨®n que quieren imponer las autoridades. A falta de acci¨®n, reuniones: la canciller alemana Angela Merkel y el presidente franc¨¦s, Nicolas Sarkozy, buscaron acercar posturas en la capital de las finanzas continentales -Fr¨¢ncfort es la sede del BCE, del Bundesbank y de una de las mayores Bolsas europeas- sobre el cortafuegos m¨¢s adecuado para detener la crisis.
La directora gerente del FMI, Christine Lagarde; el presidente de la Comisi¨®n Europea, Jos¨¦ Manuel Barroso; el presidente Trichet, y su sucesor Mario Draghi trataron de encontrar en un encuentro improvisado una soluci¨®n de consenso. El objetivo es triple: "Hay que reforzar la capacidad del fondo de rescate para asegurar la estabilidad financiera, fortalecer los balances de los bancos y trabajar en una soluci¨®n para Grecia", dijo Trichet. Y el calendario est¨¢ apretado: si no hay acuerdo en la cumbre del domingo, el l¨ªo est¨¢ asegurado. Pero, a d¨ªa de hoy, Europa carece de una voz que diga alto y claro por d¨®nde empezar a andar ese camino.
Trichet es lo m¨¢s parecido a esa voz, pero se va. Se jubila. Tras ocho a?os al frente del BCE, ha cumplido con creces con su principal mandato: garantizar la sacrosanta estabilidad de precios en la eurozona. Y sin embargo, en su despedida apenas se habl¨® de la inflaci¨®n: Europa y su banquero central son conscientes de que ahora el problema es otro. Merkel opt¨® por el mantra que ha acu?ado en los ¨²ltimos meses para enunciar lo que est¨¢ en juego: "Si el euro fracasa, Europa fracasar¨¢ con ¨¦l". Los temores son de lo m¨¢s variado: un impago de Grecia que se contagie a otros pa¨ªses, alg¨²n banco m¨¢s al borde de la quiebra, o una combinaci¨®n de ambos. Y sin embargo, no cabe esperar soluciones milagrosas de la cumbre del domingo: "Esa reuni¨®n no ser¨¢ un punto y final de la crisis", advirti¨® Merkel.
Antes, el presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, reclam¨® "flexibilidad" al BCE y a Alemania. "Los pa¨ªses ricos deben hacer concesiones", dijo. Pese a que la bicefalia Berl¨ªn-Par¨ªs parece haberse hecho definitivamente con la agenda, Van Rompuy intenta recuperar el mando para Bruselas y ayer envi¨® una carta a los Veintisete: "La situaci¨®n econ¨®mica sigue empeorando" y la cumbre deber¨ªa "estar a la altura de la situaci¨®n", subray¨®.
Apenas hay l¨ªderes o instituciones europeas que puedan decir que han estado a la altura de las circunstancias. "Tal vez uno de los pocos sea precisamente Trichet", apunt¨® Guntram Wolff, del think tank de Bruselas Bruegel. "Su legado es, a grandes rasgos, positivo, a pesar de los lunares que suponen las subidas de los tipos de inter¨¦s de julio de 2008, justo antes de que la crisis empeorase, y las dos alzas de tipos de 2011, que tampoco han tenido el don de la oportunidad: Europa est¨¢ otra vez cerca de la recesi¨®n".
En Fr¨¢ncfort todo fueron flores para Trichet: Giscard d'Estaign, Helmut Schmidt, Draghi y todo aquel que subi¨® a la tribuna de oradores no escatim¨® elogios para el banquero central del euro. Al cabo, el BCE impidi¨® males mayores con la barra libre de liquidez a la banca y con las compras de deuda p¨²blica de Italia y Espa?a, pese a que los analistas le reprochan tibieza en sus intervenciones en el mercado de deuda. Trichet no atiende a esas cr¨ªticas. Ayer se le vio emocionado y defendiendo con pasi¨®n la idea de Europa, su proyecto de crear un Ministerio de Finanzas para la eurozona , su compromiso con el futuro del euro. "Continuar, seguir adelante: no hay otro futuro para Europa que la Uni¨®n", dijo parafraseando a Jean Monet. "Saber no es suficiente; hay que actuar. Querer no es suficiente; hay que poder", cerr¨® citando a Goethe. En la platea, los l¨ªderes se romp¨ªan las manos aplaudiendo, justo antes de citarse para la en¨¦sima reuni¨®n, antes de la en¨¦sima cumbre, por en¨¦sima vez con el agua al cuello, para tratar de acabar con este delirio del que Europa no parece saber c¨®mo despertar.
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