El fiscal cree que Bellver prevaric¨® para evitar trabas al aparcamiento

El juicio por prevaricaci¨®n contra Jorge Bellver, concejal de Urbanismo de Valencia y diputado auton¨®mico del PP, qued¨® ayer visto para sentencia. El fiscal confirm¨® su petici¨®n de ocho a?os y medio de inhabilitaci¨®n para cargo p¨²blico al considerar que el edil aprob¨® la construcci¨®n de un aparcamiento junto a los Jardines de Monforte, un bien protegido, salt¨¢ndose un tr¨¢mite legal que hubiese entorpecido la realizaci¨®n de una obra ejecutada por Secopsa y el Grupo Enrique Ortiz, el constructor imputado simult¨¢neamente en los casos G¨¹rtel y Brugal. Las defensas de Bellver y de los otros cuatro empleados del Ayuntamiento imputados solicitaron la absoluci¨®n alegando que en el caso de que hubiesen cometido una irregularidad esta no implicar¨ªa responsabilidad penal sino solo administrativa.

El concejal lamenta los "18 meses de sufrimiento" que dice haber padecido

El fiscal destac¨® en sus conclusiones varios elementos que tras cuatro d¨ªas de juicio no parec¨ªan discutibles. Bellver autoriz¨® el aparcamiento en 2004 sin pedir el informe de la Direcci¨®n General de Patrimonio de la Generalitat, cuando estaba obligado a ello: lo establec¨ªa una orden del Ayuntamiento de 1992 (con Rita Barber¨¢ ya como alcaldesa) y fue recogido tambi¨¦n en otras normas. El argumento de la defensa de que al tratarse de un parking subterr¨¢neo el informe no era necesario es irrelevante, porque para realizarlo era necesario alterar radicalmente la superficie: "Hubo que demoler todo lo que exist¨ªa en la calle", se?al¨® el fiscal.

Frente a la versi¨®n municipal de que el tr¨¢mite omitido era menor, el ministerio p¨²blico record¨® que una obra mucho menos agresiva con el jard¨ªn efectuada en el mismo entorno, elevar la cornisa de la cl¨ªnica Quir¨®n, se retras¨® dos a?os y medio por las cautelas y correcciones introducidas por Patrimonio. En todo el expediente del aparcamiento, agreg¨® el fiscal, "no hay ni una palabra sobre los posibles da?os" que pod¨ªa sufrir el jard¨ªn rom¨¢ntico, a pesar de que la obra se hizo a 20 cent¨ªmetros de su per¨ªmetro.

El problema es que una condena por prevaricaci¨®n exige probar que quienes realizaron los hechos lo hicieron a sabiendas de que era incorrecto. Puesto que ning¨²n testigo (la mayor¨ªa funcionarios del Ayuntamiento y por tanto subordinados de Bellver o, en ¨²ltima instancia, de Barber¨¢) ha sugerido tal cosa, el fiscal aport¨® como prueba el hecho de que el concejal y el resto de imputados s¨ª solicitaron el informe de Patrimonio en varios casos similares (alguno en el ¨¢rea protegida del mismo jard¨ªn) en la misma ¨¦poca.

Al final del juicio Bellver reiter¨® su inocencia, lament¨® los "18 meses de sufrimiento" que ha padecido, defendi¨® a sus t¨¦cnicos como "garant¨ªa de la legalidad" y a?adi¨® "que la pol¨ªtica es una de las actividades m¨¢s nobles a las que uno se puede dedicar".