Un conchazo
Es lo que parece: "Se?oras y se?ores, con todos ustedes... (redoble de tambor)... Concha Velasco". Un show unipersonal, con ella y sobre ella. Dos horas de Concha Velasco cont¨¢ndonos su vida, cantando sus ¨¦xitos acompa?ada en escena por cuatro m¨²sicos (Hello Dolly! o el de La Chica ye-ye, que lo reserva para el gran final), recitando sus fragmentos teatrales (Jardiel Poncela, Zorrilla), repasando sus personajes favoritos (Mariana Pineda, Do?a In¨¦s, santa Teresa de Jes¨²s) e incluso apuntando alg¨²n paso de baile. Desde Las chicas de la Cruz Roja hasta las compresas para p¨¦rdidas m¨ªnimas. Toda una vida. Toda una carrera. Todo un anecdotario sobre su trayectoria profesional (sus inicios, su debut con Celia G¨¢mez, su consagraci¨®n con Tony Leblanc, su relaci¨®n con Dal¨ª). Que nadie se espere confesiones muy personales. Llega a mostrarnos lo que lleva en el bolso (estampitas de santos, neceser con espejito y cosm¨¦ticos, el discurso que ten¨ªa a punto cuando la nominaron como mejor actriz protagonista en una edici¨®n de los Goya, el poema If de Kipling que dedic¨® a su nieto) y a contestar a las preguntas en off de un test de personalidad (su mayor virtud es la disciplina y su mayor defecto, la impaciencia), pero no entra en temas privados. Los comentarios gen¨¦ricos sobre los hombres son ir¨®nicos ("Con los novios, una se pasea; con los amantes, una se acuesta, y con el marido, una, a menudo, ni se pasea ni se acuesta, y lo digo por experiencia propia") y el nombre de Paco Mars¨® suena un par de veces, pero se refiere a ¨¦l con elegancia, sin entrar en materia.
CONCHA. YO LO QUE QUIERO ES BAILAR
Texto: Juan Carlos Rubio. Direcci¨®n: Josep Maria Pou. Teatro Goya, 19 de octubre.
Desinhibida
Otra cosa es el vestuario: embutida en unos panties de compresi¨®n, con zapatos de tac¨®n rojos y una camisa blanca que le tapa lo justo, Concha Velasco se muestra en todo momento desinhibida. Su pasi¨®n por el escenario la lleva a declarar que sobre ¨¦l se siente como en su casa ("la ¨²nica que no me pueden embargar"). Quiz¨¢ por eso, y a falta de bolsillos en la camisa, guarda el pa?uelo que ha sacado del bolso para enjugarse unas l¨¢grimas de emoci¨®n en la nalga para, al rato, hurgar en el body y volver a sacarlo. Qu¨¦ mujer. Y qu¨¦ energ¨ªa para los 71 a?os que confiesa tener con orgullo. Sabi¨¦ndose querida por el p¨²blico, totalmente entregado la noche del estreno, Concha se da toda, o casi, porque hacia el final se envuelve en un cierto halo de misterio al afirmar que lo que no ha explicado puede que alg¨²n d¨ªa salga a la luz.
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