Cameron afronta su primera gran rebeli¨®n de diputados antieuropeos
Los Comunes debaten la convocatoria de un refer¨¦ndum para salir de la UE
David Cameron vivi¨® ayer su primera revuelta euroesc¨¦ptica. En una votaci¨®n prevista anoche, se esperaba que en torno a la cuarta parte de los 305 diputados tories se pronunciaran a favor de una controvertida propuesta para convocar un refer¨¦ndum sobre la salida del Reino Unido de la Uni¨®n Europea. Tanto Cameron como el jefe del Foreign Office, William Hague, se opusieron vivamente a esa propuesta por entender que no es necesaria y que llega en el peor momento.
El debate y votaci¨®n es consecuencia de una petici¨®n popular impulsada por la diputada europea Nikki Sinclair, que ha reunido las 100.000 firmas requeridas para presentar esa iniciativa. El diputado conservador David Nuttall se hizo eco de ella y la semana pasada present¨® una moci¨®n en los Comunes para convocar un refer¨¦ndum con tres opciones: retirada de la UE, renegociaci¨®n de las actuales condiciones o dejar las cosas como est¨¢n.
Como se esperaba, la propuesta fue rechazada por ampl¨ªsima mayor¨ªa
Aunque la votaci¨®n no es vinculante y no ten¨ªa ninguna probabilidad de salir adelante, porque no solo la mayor¨ªa de los conservadores sino casi todos los laboristas y liberales-dem¨®cratas se oponen a abrir ahora esa caja de Pandora, el solo hecho de que se celebrara el debate y el tono en el que transcurri¨® ha reabierto las viejas divisiones sobre Europa en el Partido Conservador.
En casi tres lustros en la oposici¨®n, los tories transformaron esas divisiones en un euroescepticismo visceral y casi un¨¢nime que ha saltado por los aires en tan solo 18 meses en el Gobierno. Como tantas veces, el pragmatismo se impone a los sentimientos y tres euroesc¨¦pticos de coraz¨®n como Cameron, Hague y el canciller del Exchequer, George Osborne, se han visto obligados en las ¨²ltimas semanas a defender una mayor integraci¨®n fiscal en la zona euro.
No es que se hayan vuelto europe¨ªstas: han comprendido que lo mejor para el Reino Unido es estar dentro para intentar poner el freno sin dejar de disfrutar de la ventaja de ser socio. Algo incomprensible para los diputados tories que ayer defendieron con rabia y cierto fanatismo el refer¨¦ndum apelando a la voluntad popular y presentando a Europa como un diablo corrupto e ineficaz que traba el crecimiento denunciando la corrupci¨®n y la ineficacia de Europa. El diputado Nuttall lleg¨® a afirmar que el refer¨¦ndum es necesario porque muchos de los que votaron a favor de Europa en el refer¨¦ndum de 1975 han muerto y eso significa que cada vez hay m¨¢s gente que nunca ha votado a favor de Europa.
Aunque no intervino directamente en el debate, en su comparecencia anterior para dar cuenta de la cumbre europea de este fin de semana, Cameron se opuso a la convocatoria del refer¨¦ndum con el argumento de que "es el momento de reformar la UE", no de abandonarla, y que ser¨ªa absurdo convocar un refer¨¦ndum en plena crisis del euro. El primer ministro subray¨® que nunca prometi¨® un refer¨¦ndum sobre Europa, sino la convocatoria por ley de referendos para ratificar cualquier reforma de los tratados que implicara nuevas cesiones de soberan¨ªa. Su pol¨ªtica sobre la UE pasa por repatriar poderes a los Estados-naci¨®n -es decir, debilitarla-, no por abandonarla, record¨®.
M¨¢s all¨¢ del debate sobre las ventajas o desventajas de la integraci¨®n, lo importante ayer era calibrar el tama?o de la rebeli¨®n contra el Gobierno. El primer ministro ha querido enviar una se?al de firmeza al afrontar el desaf¨ªo con el mayor vigor posible: ordenando lo que se llama "una l¨ªnea de tres l¨¢tigos". Es decir, apelando a la m¨¢xima disciplina de voto en los Comunes.
Pero se estimaba que unos 75 o incluso m¨¢s de 80 diputados conservadores podr¨ªan votar en contra del Gobierno. Seg¨²n los profesores Philip Cowley y Mark Stuart, de la Universidad de Nottingham, esa ser¨ªa la mayor rebeli¨®n sufrida por un Gobierno brit¨¢nico por la cuesti¨®n europea. El conservador Edward Heath sufri¨® al menos 88 rebeliones, pero la m¨¢s grande tuvo el apoyo de 18 rebeldes que se opusieron a la Ley de Comunidades Europeas. Margareth Thatcher mantuvo bastante atado al partido y solo 11 se opusieron al Acta ?nica y 19 a una ley financiera europea en 1985. El mandato de John Major estuvo marcado por las rebeliones de los euroesc¨¦pticos que se opon¨ªan a la ratificaci¨®n del Tratado de Maastricht. Pero la mayor de ellas vio a 41 diputados votando contra el Gobierno conservador de la ¨¦poca.
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