Solo por placer
A menudo la m¨²sica suena como el escape perfecto. Algunos conciertos de Billy Bond acababan con los asistentes en comisar¨ªa, claro que el rock no ten¨ªa buena prensa con la dictadura argentina. Juan Oreste Gatti (Buenos Aires, 1950) apenas hab¨ªa cumplido la mayor¨ªa de edad la noche en que esta imagen qued¨® grabada en su retina. El grupo, uno de los pioneros del rock argentino, salt¨® a la arena de La Cueva, ya de por s¨ª caldeada por un p¨²blico ansioso, y arranc¨® con un feroz "?Chicos, rompan todo!". La consigna precedida de los acordes del rock and roll corri¨® como la p¨®lvora. El dise?ador rememora la an¨¦cdota de juventud para constatar lo mucho que le pone todav¨ªa la provocaci¨®n. En los ¨²ltimos 30 a?os, su carrera como fot¨®grafo de moda, dise?ador de portadas musicales y cartelista de buena parte de las pel¨ªculas de su amigo Pedro Almod¨®var y de algunos de los ¨¦xitos del cine espa?ol no ha dejado de crecer profesionalmente, pero sigue sinti¨¦ndose un outsider. Hasta ahora, su carrera art¨ªstica siempre se ha movido entre las fantas¨ªas hollywoodienses y la escuela Bauhaus: "Tengo un lado m¨¢s racionalista y otro m¨¢s cercano al glam y al pop".
"De todo lo que he probado,el trabajo es lo que m¨¢s satisfacci¨®n me da"
"?Menos mal que est¨¢ pasando el fe¨ªsmo en la moda! a m¨ª lo que me da placer es crear belleza"
"Soy muy obsesivo y meticuloso. busco un acercamiento a las cosas que tiene que ver con la forma en que observo la vida" "no hago botellas de lej¨ªa, sino proyectos creativos de clientes creativos"
Ha transformado la entrada a su estudio, ubicado en un recoleto callej¨®n del madrile?o barrio de Salamanca, en un jard¨ªn donde el arce ya empieza a te?irse de rojo oto?al. Simp¨¢tico, educado y exagerado hasta decir basta, arranca la entrevista con una de sus m¨¢ximas: "Lo que m¨¢s me gusta en la vida es la jardiner¨ªa. Lo m¨¢s divertido es venir los fines de semana y meterme ah¨ª hasta que termine todo y acabar ara?ado como un soldado del Vietcong. Podar me encanta, me relaja much¨ªsimo".
Rodeado de calders, warhols, muebles de dise?o adquiridos por eBay en lugares rec¨®nditos y los prototipos de algunos de sus dise?os, el creador argentino se reafirma como un punki elegante. Cuesta creerlo, vi¨¦ndole impecablemente vestido de sport, pero el creador de la imagen de marca de Jes¨²s del Pozo, Sybilla y Almod¨®var, a?ade que su reto es "dignificar objetos bastardos".
Cuenta su amiga Alaska que, por m¨¢s que le pide que haga cosas ordinarias, siempre las resuelve de la manera m¨¢s fina. Cualquiera de sus trabajos, da igual que se trate de carteles, fotograf¨ªas, dise?os de zapatos (cre¨® un par para Camper) o frascos de perfume, contiene esa huella que tan bien enmarca la belleza. Quiz¨¢ por eso Contraluz, nombre del libro y de la exposici¨®n antol¨®gica de su carrera que prepara el Canal de Isabel II de Madrid para este mes, deber¨ªa llamarse contra todo. La muestra, adem¨¢s del trabajo m¨¢s representativo, realizado en la moda, el cine, las editoriales, publicidad, gr¨¢fica y direcci¨®n de arte -"las distintas fases de mi carrer¨®n"-, acoge una gran sorpresa: fotograf¨ªas in¨¦ditas en blanco y negro, tomadas a lo largo de los ¨²ltimos 25 a?os.
En paralelo a todo ese trabajo tan luminoso, al concluir las sesiones de moda, en el momento en que se marchaban todos y en el estudio solo quedaban sus asistentes o alguna modelo amiga, empez¨® a investigar con un car¨¢cter experimental sobre cosas muy abstractas. En esos tiempos muertos, con su cigarrillo mentolado en las manos, jug¨® a ver qu¨¦ suced¨ªa si agitaba una bombilla, fotografiaba el humo o jugaba con la estela de una linterna. Sus amigos dicen que tiene alma de alta costura y esp¨ªritu de cazador. "A medida que avanzaba, fui mirando todos esos elementos y, aunque ten¨ªa cosas diversas, encontr¨¦ una uni¨®n en todos ellos, un com¨²n denominador que soy yo el que lo impregna. A partir de ah¨ª todo adquiri¨® forma y comenc¨¦ a tomar fotos para completar ese trabajo". Para acabar este juego y que el experimento no continuara hasta el infinito, necesitaba buscar el formato libro y la exposici¨®n. Se trata, como muchas cosas en su vida, de cerrar una etapa para dar paso a la siguiente obsesi¨®n.
Frente al color de todo lo realizado anteriormente, Gatti deriv¨® hacia lo negro y neutro, casi acrom¨¢tico. Se trata de algo tan personal que siente que se est¨¢ desnudando, una parte que "me hace sentir vulnerable". Lo otro, la parte p¨²blica, representa trabajo y creaci¨®n; todo ha sido realizado con un fin, pero las obras agrupadas en Contraluz solo tienen que ver con su placer. La periodista Mar¨ªa Vela Zanetti, que lo ha acompa?ado durante todo este tiempo, dice que Contraluz "contiene una parte que festeja la vida y otra que celebra la muerte". Basta pasar la p¨¢gina de la portada y el libro arranca con un "In memoriam a todos mis amigos muertos". El ¨²ltimo, Jes¨²s del Pozo; pero son muchos los ausentes. "Desgraciadamente me toc¨® en pleno la ¨¦poca del sida en la d¨¦cada de los ochenta y he tenido p¨¦rdidas muy fuertes. Esto es un homenaje a ellos".
Entre todo el material destacan, como su propio t¨ªtulo sugiere, fotos cuyo tratamiento ha pasado por usar la luz en contra, pero contiene tambi¨¦n im¨¢genes que son radiograf¨ªas o rayograf¨ªas, donde la luz act¨²a directamente aislando el objeto. "Si coloco un insecto sobre el papel sensible y proyecto la luz, queda su huella. Me gusta que la luz delimite la sombra y que si miras una cara se vea el l¨ªmite de la luz". Hay flores agitadas por el viento, lib¨¦lulas que simulan joyas de un escaparate de Tiffany, palomas que parecen modelos de alta costura, caballos briosos, y siempre la belleza deslumbrante del cuerpo humano. "Soy muy, muy meticuloso y bastante obsesivo, por eso siempre busco un acercamiento a las cosas que tiene que ver con la forma en que observo la vida. Digamos que se trata del punto de vista que tengo hacia los objetos y los elementos, donde hay una especie de descubrimiento de la belleza y un an¨¢lisis muy riguroso de la forma y la figura".
Algo inevitable en una persona que lleva la moda en el ADN. Creci¨® en el estudio de su madre, dise?adora de alta costura, jugando, bajo las mesas de las modistas, a recortar revistas de moda y crear collages con las top models de la ¨¦poca. "En casa no solo se cos¨ªan los trajes, se hac¨ªan los bordados, los sombreros y los guantes. Hab¨ªa un sentido tan fuerte de la elegancia que mis intentos posteriores por convertirme en un destroyer no han funcionado. Creo que he compaginado ambos conceptos". Siempre se ha movido en esa dualidad.
Una dualidad que lo acompa?a desde ni?o. En su caso, el dibujo le salv¨® la vida. Gatti, como muchos veintea?eros, mostraba cierta tendencia al despiste. Con el general Alejandro Agust¨ªn Lanusse en la presidencia, se asom¨® al balc¨®n de su casa en calzoncillos mientras en la calle se desarrollaba un acto militar. Gatti, hijo ¨²nico y ni?o supermimado, pas¨® seis meses en una prisi¨®n de alta seguridad. Para entretenerse le pidi¨® a su madre l¨¢pices de colores y papel, y mont¨® "un chiringuito donde dibujaba y escrib¨ªa postales rom¨¢nticas para madres y esposas, y dibujos pornogr¨¢ficos para que los presos se masturbaran". Ante sus ojos quemaron a un recluso y violaron a otro con un azulejo. "Fue como un rito de iniciaci¨®n, pas¨¦ por el abismo y sobreviv¨ª. Si pas¨¦ por eso, no voy a dejar que un ataque de histeria me anule una sesi¨®n; aquello me dio fortaleza, me da la sensaci¨®n de que puedo manejar cualquier situaci¨®n".
De Buenos Aires salt¨® a Nueva York, donde sigui¨® enganchado al rock y, en paralelo, al dise?o y la moda. Ahora, muchos j¨®venes lo siguen y lo imitan. "No he tenido que claudicar demasiado, no me vend¨ª mucho a la cosa comercial ni a las agencias de publicidad; en cierta forma siempre he trabajado con artistas que son tan outsiders como yo". Sigue viviendo rodeado de m¨²sica. "No puedo trabajar sin ella. No me gusta que sea muy heavy, prefiero los sonidos emocionantes, pero no cursis". Le gustan las cantantes bobas como Nico y Fran?oise Hardy; su grupo favorito se llama Au Revoir Simone.
Hasta ahora, a lo largo de su carrera siempre ha habido una persona que ocupaba el primer plano, ll¨¢mese Almod¨®var, Sybilla o Elena Benarroch. Gatti se manten¨ªa en la sombra porque se sent¨ªa c¨®modo. "En general trabajo con amigos a los que respeto, gente con un lenguaje com¨²n. No hago botellas de lej¨ªa, sino proyectos creativos de clientes creativos. La cosa es que, a veces, m¨¢s que un trabajo parece un picnic". Fue as¨ª desde que aterriz¨® en el ruidoso Madrid de los ochenta; llegaba de Nueva York, contratado por Kenzo para trabajar en Par¨ªs, pero se cruz¨® una oferta de una discogr¨¢fica y empez¨® a dise?ar portadas para los discos de los grupos de la movida, algo que ya hab¨ªa desarrollado con ¨¦xito en su pa¨ªs con los rockeros m¨¢s importantes. Fue el inicio de una carrera que se extendi¨® a la moda y al cine y que le llev¨® a la cima del ¨¦xito. "De todo lo que he probado, el trabajo es lo que me da m¨¢s satisfacci¨®n; lo que me divierte es sentarme frente a la mesa de dibujo, acompa?ado de mi m¨²sica. Hubo un momento en que trabajaba para generar trabajo para otros, iba de comida en comida firmando nuevos encargos; pero aquello se acab¨®, en mi estudio no entran m¨¢s de dos empleados".
Con Almod¨®var forma un gran matrimonio art¨ªstico -con sus "alegr¨ªas y sus peleas"-, pero tambi¨¦n ha colaborado, entre otros, con Fernando Trueba, ?lex de la Iglesia, Lucrecia Martel y Susan Seiderman". Me suelen dar total libertad. Empiezo a documentarme antes de que se ruede, primero leo los guiones y luego visiono en sala de montaje de qu¨¦ va para finalmente sintetizar lo que m¨¢s me gusta. M¨¢s que carteles, busco crear iconos que sean identificables. En general, trato de usar un m¨ªnimo de elementos para provocar mayor expresividad en el cartel. Intento no desvirtuar la personalidad de la pel¨ªcula y que el g¨¦nero se refleje. Eso es algo que se puede seguir en las pel¨ªculas de Pedro; los primeros carteles son m¨¢s petardos, hasta el momento en que entra en una cosa m¨¢s elaborada y hasta m¨¢s oscura".
Moda y cine son lenguajes distintos. Para los carteles busca cierta expresi¨®n y comunicar estados de ¨¢nimo; en la moda, crear atm¨®sfera y belleza. "No estoy de acuerdo con el fe¨ªsmo que impera en la moda, ?menos mal que est¨¢ pasando! En los noventa, todo parec¨ªa impregnado por ese estilo medio grunge o descuidado, y yo me dec¨ªa: para sacar a una chica con el pelo sucio... Se trata de una tendencia, pero personalmente no quiero hacerlo. Nunca he entrado en el fe¨ªsmo, a m¨ª lo que me da placer es crear belleza, belleza por s¨ª misma, sin concepto, sin discurso y esas tonter¨ªas. Prefiero buscar emoci¨®n en las cosas antes que mirar en la basura. Soy completamente antidiscurso".
La exposici¨®n 'Contraluz', de Juan Gatti, se abre en el Canal de Isabel II de Madrid el 23 de noviembre.
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