La purga de don P¨ªo
Se acercan las elecciones y debemos prepararnos. No frecuento los m¨ªtines; acudo a las librer¨ªas: all¨ª estamos y all¨ª est¨¢n tambi¨¦n los candidatos. Tengo en mis manos el volumen de Esteban Gonz¨¢lez Pons. Cuando digo el volumen me refiero a una obra que le publica Ruzafashow, imagino que con mucho desprendimiento y amistad.
La cubierta tiene una imagen retocada del candidato. Parece un dibujo hecho al natural, pero es un truco de photoshop que idealiza al protagonista. Es tan fantasioso el grafismo, sale con un careto tan fino, que no nos enga?amos: vamos a leer un libro de ficci¨®n. La imagen se debe a Piluca Bertol¨ªn. Sin duda, la dise?adora lo idolatra.
Es posible que en la librer¨ªa el volumen figure entre las autobiograf¨ªas. Yo lo pondr¨ªa en la secci¨®n de fantas¨ªa, de fantas¨ªas inanimadas. Leer a Gonz¨¢lez Pons es inflamarse con una prosa de adornos. Prosa de adornos: eso dec¨ªa P¨ªo Baroja de la escritura hinchada y vacua. Hay quien piensa que escribir bien es abrumar al lector con afectaci¨®n: precisamente aquello que detestaba Baroja. Las galas ret¨®ricas son ornamentos, s¨ª; pero son aderezos de cementerio, cosas rancias que se notan muertas, de ultratumba, dec¨ªa el escritor vasco.
Iba a extenderme sobre dicha obra, la de Gonz¨¢lez Pons, pero he pensado que mejor ser¨ªa dejar al protagonista de esa f¨¢bula para otra ocasi¨®n, cuando falten pocos d¨ªas para la convocatoria electoral. Escribo esto y me doy cuenta de que he consumido la mitad de mi columna hablando de ese libro. A¨²n hay remedio: puestos a tratar hoy de f¨¢bulas, prefiero hablarles de otras ficciones, m¨¢s inspiradoras y nada cursis, que encontrar¨¢n en las librer¨ªas. Las de P¨ªo Baroja, precisamente.
Leer a Baroja hoy nos sirve para limpiar el resto de prosa fatua que nos quede, para quitarnos el lirismo facundo, la monserga. Nos sirve para diagnosticar lo real, los defectos del liberalismo, la Espa?a cuyos males a¨²n perduran. ?Espa?a? "Espa?a circula por nuestras venas", dice Gonz¨¢lez Pons. "Si morimos todos muere Espa?a", a?ade el candidato con mucha inflamaci¨®n.
Regreso a Baroja para curarme en salud. "Una vida vulgar, contada con detalles y con sencillez, puede ser para m¨ª amena y entretenida". En cambio, "explicada con una ret¨®rica pretenciosa, me parece aburrida e insoportable", a?ade el novelista. Eso es: dejo ya al candidato. Me voy pitando a un seminario que esta semana la UIMP de Valencia organiza sobre Baroja a ver si me administran algo contra la l¨ªrica cotorra. Antes, no obstante, me pasar¨¦ por alguna librer¨ªa para prescribirme como paliativo las ¨²ltimas reediciones del novelista. Me impondr¨¦, adem¨¢s, la purga de Benito repiti¨¦ndome mil veces: no debo leer prosa de adornos ni ret¨®rica charlatana; no confundir¨¦ lirismo con liberalismo.
http://justoserna.wordpress.com
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