Atenas en Halloween
Algo raro tiene la UE que, cuando pasa por las dificultades m¨¢s agudas, alguno de sus pa¨ªses miembros convoca un refer¨¦ndum que las agudiza m¨¢s a¨²n. Y, tambi¨¦n, que a muchos de los pa¨ªses que a ella se incorporan, a veces tras larga espera, le entran unas ganas incontenibles de abandonarla. Esto ¨²ltimo le pas¨® a Reino Unido que, tras superar 12 a?os de espera y dos vetos del general De Gaulle, estaba cuestion¨¢ndose en refer¨¦ndum su permanencia apenas dos a?os y medio m¨¢s tarde. Tambi¨¦n Fran?ois Mitterrand en 1992 hizo su propio triple salto mortal, convocando un refer¨¦ndum para aprobar el Tratado de Maastritch en plena crisis del Sistema Monetario Europeo (antecesor del euro) provocada por la negativa, tambi¨¦n en refer¨¦ndum, de los daneses a ratificarlo. Mitterrand consigui¨® un apoyo tan ajustado que fue conocido como "le petit oui" o peque?o s¨ª. Entretanto los mercados hab¨ªan pasado un verano totalmente inestable que acab¨® con la salida de la libra esterlina y la lira italiana del SME y a punto estuvo de acabar con ¨¦l.
?Ganar¨¢ Papandreu este refer¨¦ndum? O casi mejor: en realidad ?quiere ganarlo? Sus reticencias al acuerdo de la semana pasada no hicieron sospechar de sus intenciones: forman parte de esos comportamientos algo forzados que solo se sabe interpretar retrospectivamente. Aunque, si se piensa en lo que sali¨® del acuerdo, quiz¨¢s haya una gran jugada pol¨ªtica detr¨¢s de todo ello. Y mucho, mucho agotamiento.
?Por qu¨¦? Aunque el acuerdo parec¨ªa muy generoso con Grecia (una quita del 50% de su deuda) y aunque los bancos acreedores llegaran a firmarlo "voluntariamente" en un porcentaje significativo como para no declarar la mora o default de Grecia, dejaba a esta en una situaci¨®n de pr¨¢ctica quiebra a plazo fijo: en el a?o 2020 tendr¨ªa a¨²n una deuda sobre PIB del 120% o, lo que es lo mismo, el porcentaje de endeudamiento que ahora tiene la baqueteada Italia. Visto desde hoy, y aunque los c¨¢lculos hechos a nueve a?os vista es muy probable que resulten err¨®neos, la perspectiva para Grecia sigue siendo muy deprimente. De ah¨ª la tentaci¨®n de, por una parte, amarrar bien todos los extremos del apoyo pol¨ªtico interno y, por otra, de intentar reducir la carga financiera en una negociaci¨®n cada vez menos amable con los socios europeos y la banca acreedora.
Tambi¨¦n est¨¢ detr¨¢s la tentaci¨®n de salirse del euro, siempre presente. Al fin y al cabo no son pocos los que jalean a Grecia y la animan a seguir ese camino. ?Acaso no decidi¨® Islandia dejar de pagar a sus bancos? Y ah¨ª est¨¢n. Quienes as¨ª opinan se olvidan de que se dej¨® de pagar a ahorradores europeos que depositaron su dinero en bancos islandeses. Y se olvidan de que Islandia pas¨® en el proceso de tener una tasa de paro del 0,8% a tenerla del 9,26% y ahora en 6,6% (Grecia ha pasado en estos tres ¨²ltimos a?os del 6,5% al 16,5%). Lo que prueba que no hay atajos y que lo que se expulsa por la puerta se termina colando por la ventana. Pero la salida del euro complicar¨ªa mucho m¨¢s la situaci¨®n: multiplicar¨ªa por un factor a¨²n desconocido la deuda denominada en la nueva moneda y provocar¨ªa un p¨¢nico bancario previo para retirar los dep¨®sitos de los bancos antes de que los saldos en una moneda fuerte se conviertan a otra moneda devaluada.
Grecia no puede pagar de ninguna de las maneras. Mejor que el BCE monetice una gran parte de su deuda, antes de que sea tarde. El gesto de Papandreu, entre la desesperaci¨®n, el capricho y el c¨¢lculo pol¨ªtico, recuerda cuando Perseo se cubr¨ªa la cabeza con un yelmo de niebla para perseguir a los monstruos. Y los monstruos han salido ya todos a pasear. La misma noche de Halloween.
Juan Ignacio Crespo es analista financiero.
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