'N¨¢poles 1944', de Norman Lewis

"Mis libros de viajes favoritos no son, necesariamente, textos viajeros en el sentido preciso de la palabra, es decir: aquellos que relaten un viaje verdadero. A m¨ª, este tipo de libros me gusta escribirlos, pero no demasiado leerlos. Si tuviera que escoger un gran texto viajero en un sentido estricto creo que elegir¨ªa alguno de Norman Lewis. Desde luego, nunca de Chatwin, un escritor demasiado pretencioso para mi gusto.

Norman Lewis, que escribi¨®, por ejemplo, N¨¢poles 1944, (RBA) acud¨ªa a los lugares sin prejuicio ninguno, abierto a las voces de los otros, en tanto que Chatwin llevaba una idea fija en la cabeza que intentaba justificar manipulando vidas. O sea: Lewis no hac¨ªa trampas; y Chatwin s¨ª las hac¨ªa.

A m¨ª me interesan, en este terreno, los libros de ficci¨®n, o novelas, cuyo hilo conductor es un gran viaje. Y, al tiempo, me atrapa el hecho de que ese hilo conductor no sea m¨¢s que un pretexto para hablarnos de una forma de ver el mundo y retratar el alma del hombre. Por eso, entre mis favoritos est¨¢n, en primer t¨¦rmino, La odisea y Don Quijote; despu¨¦s de ellos, como dir¨ªa Rafael el Gallo, "naide". Y luego, unos cuantos, entre los que me vienen ahora a la memoria El coraz¨®n de las tinieblas, de Joseph Conrad, y La vor¨¢gine, de Jos¨¦ Eustasio Rivera.

Son libros muy distintos entre s¨ª. El viaje de Ulises abre las puertas de un mundo nuevo, el de la literatura europea, en la b¨²squeda, no ya del mito, sino del hombre inteligente tratado como personaje de rasgos tr¨¢gicos. Don Quijote viaja, cabalgando sobre el sue?o, en pos de un mundo ¨¦tico que la realidad niega. El Marlowe de Conrad ahonda en los l¨ªmites de lo terrible dentro del coraz¨®n humano, durante una navegaci¨®n rumbo al horror. Y el Arturo Cova de Jos¨¦ Eustasio Rivera nos propone un viaje al interior de la selva como una suerte de perdici¨®n en brazos de la violencia".