Trampantojos a la vista
Trampantojo es una palabra en pompa, que los franceses llaman trompe-l'oeil (quien haya le¨ªdo a Valle Incl¨¢n o a G¨®mez de la Serna seguro que le suena). Se trata de una ilusi¨®n de la vista, una t¨¦cnica pict¨®rica del barroco que, jugando con la perspectiva, es capaz de hacernos dudar de la realidad. Aunque en Barcelona -tan poco dada a barroquismos- se ha convertido en una forma barata y lac¨®nica de disimular paredes medianeras.
Quiz¨¢ el trampantojo m¨¢s conocido sea el que hay en la avenida de Camb¨®, justo enfrente del mercado de Santa Caterina. Fue realizado en el a?o 2000 por Miquel Ballester, Rafael Cerdan, Jonathan Cerdan y Andreu Mitjans, que reprodujeron sobre una pared desnuda el aspecto que ten¨ªa este mismo edificio a principios del siglo XX. En la planta baja est¨¢ la poller¨ªa modernista Pav¨ªa, en la que una se?ora mayor parece estar esperando a que le hagamos una visita. Y sobre ella cuatro balcones a los que se asoman los retratos de los due?os de la finca, perro incluido. A pesar de su car¨¢cter rec¨®ndito, siempre ver¨¢n alg¨²n turista parado, intentando averiguar si lo que est¨¢ viendo es real o ilusorio. Sea cual sea su conclusi¨®n, acaba fotografi¨¢ndolo.
Pese a su car¨¢cter rec¨®ndito, siempre hay alg¨²n turista mirando si es real Es una t¨¦cnica pict¨®rica capaz de hacernos dudar de la realidad
Algo parecido -aunque de dimensiones mucho mayores-, se encuentra en la calle de los Enamorats, muy cerca de la plaza de las Gl¨°ries. A este se le conoce como "Los balcones de Barcelona" y fue realizado en 1992 por el colectivo de artistas franceses La cit¨¦ de la cr¨¦ation. En ese a?o ol¨ªmpico se decidi¨® asear un poco aquella pared desnuda tan visible, y sobre ella se dibuj¨® una fachada de una t¨ªpica finca de vecinos del Eixample, con todo su vecindario asomado a los balcones. La gracia est¨¢ en que, si se fijan, ver¨¢n que los inquilinos de esta inusual escalera son viejos conocidos de la ciudad. Con un humor muy fino, puede verse desde Crist¨®bal Colon a Antoni Gaud¨ª, pasando por Pablo Picasso, Pau Casals, Carmen Amaya, Jacint Verdaguer y Francesc Maci¨¤. Un lujo de vecinos que parecen escudri?ar el denso tr¨¢fico que pasa frente a sus aceras.
M¨¢s modestos, encontramos dos edificios enfrentados en los n¨²meros 237 y 239 de la calle Gran de Sant Andreu. Aprovechando un encaje en la l¨ªnea de las casas, se pintaron unos balcones que muestran a diversas personalidades del barrio, como el doctor Puigvert, el poeta Ignasi Iglesias y Salvador Dal¨ª, que en su d¨ªa don¨® una de sus obras para salvar la Uni¨® Esportiva Sant Andreu. Sin dejar este enclave, en la vecina plaza de la Pomera existe un conjunto de casitas rurales, pintadas en lo que fue el resultado de un gran socav¨®n durante la construcci¨®n del t¨²nel del metro de la l¨ªnea 1, entre Sant Andreu y Fabra i Puig. Para dignificar aquel percance, los vecinos encargaron en 1987 un trampantojo al pintor Antoni Gabarre, que en tonos blanco y ocre reprodujo un peque?o pueblecito. Algo as¨ª como una imagen ectoplasm¨¢tica de c¨®mo deb¨ªa ser este lugar hasta no hace muchas d¨¦cadas.
Quiz¨¢ la m¨¢s discreta est¨¦ en la plaza de Sants. Apenas un pedacito de muro decorado con unos sumarios balcones, tan discretos que apenas son percibidos como un decorado. Para acabar esta ruta solo dos ¨²ltimas piezas. La primera, situada en el patio interior del hotel Albinoni, en el Portal de l'?ngel, obra de Carles Arola. La segunda, una versi¨®n algo conceptual del tema, aunque con un gran resultado. Si miran hacia arriba desde la calle de los ?ngels, ver¨¢n sobre la finca de la calle de Elisabets 20 una estructura met¨¢lica que disimula la pared pelada. Est¨¦n atentos, pues no se trata de un conjunto de antenas de televisi¨®n, sino de una escultura, de un trampantojo sui generis que se nos ha vuelto a colar en la retina.
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