La mete¨®rica escalada social de Lady Goga
Con 31 a?os y una misteriosa fortuna, Gaukhar 'Goga' Ashkenazi ha conquistado Londres. La diva kazaja ha advertido a los medios, ¨¢vidos de emparentarla con su amigo el pr¨ªncipe Andr¨¦s, que no puede casarse con nadie mucho m¨¢s pobre que ella
La mansi¨®n de Tyringham Hall en la campi?a inglesa fue el lugar que eligi¨® Goga Ashkenazi para festejar sus 30 a?os. En la fachada se proyectaba una enorme foto suya y en el sal¨®n principal los invitados se encontraban con una mujer que, balance¨¢ndose desde un trapecio, vert¨ªa vodka en esculturas de hielo de torsos desnudos. Antes de cenar se proyect¨® un documental sobre la vida de la cumplea?era, que hizo su entrada luciendo un ce?ido vestido con cristales de Swarovski. Tom¨® el micr¨®fono y durante su discurso anunci¨®: "Soy la chica m¨¢s rica del mundo".
Aunque no aparece en la lista Forbes, Gaukhar Goga Ashkenazi, una mujer kazaja de 31 a?os, es riqu¨ªsima. Su fortuna viene del petr¨®leo y del gas de su pa¨ªs. Y de su capacidad para relacionarse: entre sus amigos se encuentran Sienna Miller, Nat Rothschild, Saif Gadafi y Natalia Vodianova. De sus conquistas destacan Flavio Briatore ("no es el hombre m¨¢s generoso del mundo", describe Goga), Gerald Butler y el yerno del presidente de Kazajist¨¢n, Timur Kulibaev, con el que tiene un hijo. Su posible relaci¨®n con el pr¨ªncipe Andr¨¦s de York, quien incluso se la present¨® a su madre, la reina Isabel II, ha convertido a Goga en el objeto de deseo de la prensa brit¨¢nica.
En su 30? cumplea?os, tom¨® el micro y anunci¨®: "soy la chica m¨¢s rica del mundo"
"Los hombres no te perdonan los ¨¦xitos a menos que sean menores que los suyos", dice
"Parece que lleg¨® en una nave espacial, y un d¨ªa, de la nada, la vimos del brazo del pr¨ªncipe Andr¨¦s", explica Ellis Cashmore, profesor de la Universidad de Staffordshire y estudioso de la cultura de los famosos. "Goga me recuerda a Zsa Zsa Gabor: ambas eran de Europa Oriental; no se sab¨ªa de d¨®nde ven¨ªa y tampoco ten¨ªa ning¨²n talento especial. Siempre estaba rodeada de hombres, era misteriosa y llevaba un estilo de vida que muchos quer¨ªan imitar", a?ade. De Lady Goga sabemos, por lo que le ha contado a la prensa, que tres ni?eras cuidan a su hijo; que tiene problemas con los mayordomos -uno le rob¨® 115.000 euros y el sustituto era viejo y no aguantaba tantas fiestas-, y que sufre para que su compa?¨ªa de seguros le renueve la p¨®liza de sus joyas.
Su padre, un ingeniero agr¨®nomo de Kazajist¨¢n, encabez¨® los programas agr¨ªcolas en la era Gorbachov, y la familia se mud¨® a Mosc¨², donde Ashkenazi conoci¨® sus primeros lujos: un piso para ellos solos, dacha de fin de semana, coches, ch¨®feres, cocineros, ni?eras...
Con el colapso de la URSS, en 1991, la familia regres¨® a Kazajist¨¢n y Goga se fue a un internado en Reino Unido. Al terminar se matricul¨® en econom¨ªa e historia en Oxford, donde conoci¨® a Dino Lalvani, hijo de un magnate indio de las telecomunicaciones, quien la introdujo en la jet-set. Lo dej¨® por Flavio Briatore, con el que tuvo un ef¨ªmero romance, y en 2003 se cas¨® con Stefan Ashkenazi, hijo de un famoso hotelero, del que se separ¨® tres a?os despu¨¦s (aunque sigue usando su apellido).
"Encarna el estilo de vida que todos tenemos en nuestra fantas¨ªa: poder comprar una mansi¨®n de 32 millones de euros en efectivo, como hizo ella. Tiene mucho talento, aunque no en el sentido convencional. Ha sabido posicionarse en el momento adecuado, en el lugar adecuado... y con los hombres adecuados", apostilla Cashmore.
Goga ha contado que se aburr¨ªa en su matrimonio y que por eso se meti¨® al negocio del petr¨®leo y el gas en su pa¨ªs. No queda claro qu¨¦ porcentaje le ayud¨® Timur Kulibaev, el oligarca que controla el sector. Tienen un hijo juntos, aunque ¨¦l est¨¢ casado con la hija del presidente de Kazajist¨¢n (donde la poligamia est¨¢ despenalizada). "Mi primer contrato, por 120 millones de d¨®lares, lo obtuve sin conocerlo. Lo m¨¢s f¨¢cil es asumir que una persona joven no puede ser exitosa si no se acuesta con alguien poderoso. Pero yo tengo mucha suerte. Estuve ah¨ª en el momento y el lugar adecuados", explic¨® al Evening Standard, propiedad de su amigo Alexander Lebedev. Las sospechas sobre su riqueza obedecen a que Kazajist¨¢n es un pa¨ªs autocr¨¢tico, gobernado por la misma persona desde 1991 (el suegro del padre de su hijo) y con alt¨ªsimos niveles de corrupci¨®n, seg¨²n Transparencia Internacional.
Es probable que Ashkenazi, que sabe estar siempre en el lugar adecuado, haya visto florecer la bonita amistad que une a Kulibaev y al pr¨ªncipe Andr¨¦s. En 2008, el kazajo le compr¨® una casa que el duque de York llevaba tres a?os intentando vender. Aunque ped¨ªa 13 millones de euros, le pag¨® cuatro m¨¢s, 17. La prensa brit¨¢nica sigue cualquier pista que confirme la relaci¨®n entre el pr¨ªncipe y Lady Goga. Saben que es de los pocos candidatos "apropiados" para ella. Y lo saben porque ella misma lo ha dicho: "No puedo casarme con alguien que sea mucho m¨¢s pobre que yo, y eso elimina a muchos candidatos. Los hombres nunca te perdonan tus ¨¦xitos, a menos que sean menores que los suyos. Adem¨¢s, debe de ser mayor de 40, porque m¨¢s j¨®venes son inmaduros, y menor de 50, que si no me aburro".
Las amistades peligrosas
La amistad del pr¨ªncipe Andr¨¦s con Jeffrey Epstein, un empresario condenado por pederastia en Estados Unidos, desat¨® el esc¨¢ndalo en marzo pasado cuando se public¨® una fotograf¨ªa del duque de York abrazando a una adolescente de 17 a?os. La joven hab¨ªa denunciado a Epstein por explotarla sexualmente desde los 14. El pr¨ªncipe, que tiene el cargo de embajador comercial de Reino Unido, se refugi¨® en los brazos de Gaukhar 'Goga' Ashkenazi, quien, ante el silencio del palacio de Buckingham, fungi¨® de portavoz: "Est¨¢ muy, muy molesto y muy muy preocupado [por su futuro como embajador comercial]", explic¨® al 'Evening Standard'. Aunque lo defini¨® como un hombre "adorable, de buen coraz¨®n y honorable", Lady Goga reconoci¨® que "fue bobo fotografiarse abrazando a la masajista de Epstein". Sin embargo, reflexion¨®, "cuando viajas tanto como ¨¦l, se dan situaciones en las que estrechas la mano de personas a las que m¨¢s tarde desear¨ªas no haber conocido". Quiz¨¢ es lo mismo que le pas¨® a ella con su amigo pr¨®fugo Saif Gadafi.
Babelia
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