Rubalcaba fue m¨¢s claro y audaz
Todo se desarroll¨® como en un guion escrito de antemano. El candidato socialista, Alfredo P¨¦rez Rubalcaba, al partir de una situaci¨®n de desventaja, sali¨® al ataque, y el candidato del PP, Mariano Rajoy, desde la comodidad que le dan las encuestas, jug¨® a no arriesgar. El resultado fue que Rubalcaba expuso sus planes, su proyecto de Gobierno, con mayor claridad que Rajoy.
En el bloque m¨¢s importante, el de econom¨ªa y empleo, Rubalcaba centr¨® su ataque a Rajoy en dos aspectos muy precisos: le interpel¨® sobre si recortar¨ªa las prestaciones de desempleo y si flexibilizar¨ªa la negociaci¨®n colectiva en las pymes, con el programa del PP en mano, del que hizo gala de haberlo estudiado detenidamente. El candidato popular rehuy¨® el envite. Se mantuvo a la defensiva sobre sus planes y respondi¨®, tambi¨¦n, como estaba previsto en el guion: reproch¨® a Rubalcaba los cinco millones de desempleo como consecuencia de la gesti¨®n del Gobierno socialista, del que form¨® parte hasta julio.
Rubalcaba gan¨® en claridad a Rajoy al exponer su programa econ¨®mico. Precis¨® su pol¨ªtica de ingresos —impuesto para las grandes fortunas y a los bancos para crear empleo— y de ahorro —supresi¨®n de Diputaciones, lucha contra el fraude y reducci¨®n de las Fuerzas Armadas— con el compromiso de mantener las pol¨ªticas sociales.
Rajoy apenas precis¨®. Habl¨® de desarrollar una pol¨ªtica de austeridad, pero no aclar¨® de d¨®nde recortar¨ªa. Su respuesta a Rubalcaba fue hacer un canto gen¨¦rico a la necesidad de crecer para crear empleo, lo que aumentar¨ªa la recaudaci¨®n y asegurar¨ªa las pol¨ªticas sociales. No obstante, en pol¨ªtica social, Rajoy s¨ª adquiri¨® un compromiso: mantener el poder adquisitivo de las pensiones, aunque sin aclarar qu¨¦ har¨¢ en los Presupuestos de 2012. El otro momento de mayor tensi¨®n, adem¨¢s del pulso sobre el recorte a las prestaciones de desempleo, fue el ataque de Rubalcaba a Rajoy por la subvenci¨®n a los centros educativos de ¨¦lite de la Comunidad de Madrid, como avanzadilla de su gesti¨®n educativa, y que Rajoy no admiti¨®.
El final del debate fue m¨¢s relajado. Ambos se comprometieron a gestionar juntos el fin de ETA. Y el corolario fue tambi¨¦n de libro. Rajoy pidi¨® el cambio para superar la crisis y Rubalcaba, muy emotivo, llam¨® a la movilizaci¨®n para soltar el freno de su electorado: la indiferencia por la gran losa en que la crisis ha sometido a la pol¨ªtica.
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