El mercado desconf¨ªa del Gobierno italiano y dispara la prima de riesgo
El anuncio de la promesa de dimisi¨®n del primer ministro impuls¨® Wall Street
Las pantallas en las que se ve en tiempo real lo que pasa en los mercados son un galimat¨ªas dif¨ªcil de interpretar para el ne¨®fito. Pero hay veces, como ayer, en que puede hacerse sin dificultad. Las pantallas mostraban que la prima de riesgo italiana se relajaba despu¨¦s de haber empezado el d¨ªa al alza y que la Bolsa sub¨ªa un 3%. Hab¨ªa dudas sobre si Berlusconi podr¨ªa sacar adelante los presupuestos, algo decisivo para su supervivencia en el poder. Lo logr¨® a duras penas y perdiendo la mayor¨ªa absoluta. En ese momento la prima de riesgo se dispar¨®, subi¨® 20 puntos b¨¢sicos en dos horas y cerr¨® en 496 puntos b¨¢sicos. Al mismo tiempo, el ¨ªndice selectivo de Mil¨¢n perdi¨® fuelle y acab¨® ganando apenas un 0,7%. Conclusi¨®n: Los mercados no conf¨ªan en Berlusconi, no creen que apruebe las reformas.
Los inspectores de la UE llegan a Roma para vigilar las reformas
Abunda en esta tesis que horas despu¨¦s, al saberse que el primer ministro hab¨ªa anunciado su dimisi¨®n cuando se apruebe el plan de ajuste el euro gan¨® posiciones y Wall Street, que hasta entonces vacilaba, afianz¨® las ganancias con br¨ªo.
Los problemas de Italia en los mercados se agudizaron el pasado verano. Entonces los inversores situaron al pa¨ªs en el centro de la diana y desplazaron de ese amenazante lugar a Espa?a, hasta entonces se?alada como la siguiente v¨ªctima -si la hay- de la crisis de deuda soberana europea. "El escepticismo de los inversores en Italia ha crecido en los ¨²ltimos meses por la relativamente poco ambiciosa agenda de reformas y por una implantaci¨®n poco vigorosa", reza un informe de Barclays del pasado lunes.
En este tiempo la situaci¨®n se ha agravado tanto que los dirigentes de la Uni¨®n Europea lo asumen sin ambages. "La situaci¨®n econ¨®mica y financiera de Italia es muy preocupante", calific¨® ayer el comisario europeo de Asuntos Econ¨®micos, Olli Rehn, "lo esencial es ahora restaurar la confianza en la capacidad de Italia de lograr crecimiento econ¨®mico y estabilidad fiscal".
Para intentarlo, hoy empieza a trabajar en Roma una delegaci¨®n de supervisores de la Uni¨®n Europea que vigilar¨¢ c¨®mo se aplican las reformas. La delegaci¨®n se encontrar¨¢ un Gobierno d¨¦bil tras la votaci¨®n de ayer.
La grave preocupaci¨®n por Italia en Bruselas est¨¢ m¨¢s que justificada. La deuda italiana est¨¢ muy cerca del punto de no retorno -unos 500 puntos b¨¢sicos en la prima de riesgo y una rentabilidad del 7% en los bonos a 10 a?os- que acab¨® abocando a Grecia, Irlanda y Portugal al rescate financiero. Al sobrepasar estos niveles, los bonos del pa¨ªs de referencia corren el riesgo de perder valor como aval en el mercado interbancario y eso puede desatar una espiral que desemboque en el cierre de liquidez para la banca del pa¨ªs. Esto es lo que empuj¨® a pedir ayuda financiera a Grecia, Portugal e Irlanda.
Pero las dimensiones de Italia hacen dif¨ªcil pensar dificultan esta opci¨®n. Su deuda (1,8 billones de euros) triplica la que suman los tres pa¨ªses rescatados en conjunto y el calendario de refinanciaci¨®n dice que hasta marzo el Tesoro italiano necesita 200.000 millones de euros.
Estas cifras llevan a Barclays -y a una gran cantidad de servicios de estudios y economistas- a concluir que las herramientas de las que se ha dotado Bruselas para hacer frente a la crisis de deuda soberana se quedan cortas. "No creemos que el FEEF [fondo de rescate] sea una red de seguridad adecuada para evitar el contagio a otros pa¨ªses", comentan los analistas de la entidad brit¨¢nica. Ayer, de hecho, la presi¨®n sobre las primas de riesgo de Espa?a, B¨¦lgica y Francia se mantuvo, si bien no fue a m¨¢s.
De ah¨ª que quienes piensan as¨ª apunten hacia el Banco Central Europeo como el ¨²nico capaz de evitar que la crisis vaya a m¨¢s, actuando como banco de ¨²ltimo recurso, es decir, comprando deuda soberana de los pa¨ªses con problemas y disuadiendo a los especuladores de apostar contra los bonos de los perif¨¦ricos.
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